Las hojas arrancadas de los fusilados se cosen en La Candamia
El secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, inaugura el monumento de homenaje a las víctimas del franquismo
Los cientos de personas, hombres y mujeres , fusilados en Puente Castro durante la Guerra y la posguerra española por la represión franquista fueron rescatados este sábado del olvido público. Con la inauguración del monumento en "homenaje a quienes con su vida, su compromiso con la justicia social y la defensa de la legalidad, la libertad y la democracia", las hojas arrancadas de la memoria volvieron a su cuaderno.
Una veintena de personas cosieron con la palabra el recuerdo que la piedra de granito de Cabra, traído desde Córdoba, solidifica en este lugar a los pies de la «montaña sagrada» de León. «El Gobierno de España quiere sumarse a este acto de homenaje a las personas que fueron fusiladas en este campo de tiro de Puente Castro», para «combatir el olvido y convertirlo en un lugar de memoria», dijo el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, poco antes de descubrir el monumento.
El Campo de Tiro de Puente Castro se convirtió a partir de octubre de 1936 en el lugar donde los piquetes de ejecución fusilaron a cientos de personas condenadas a muerte en los juicios sumarísimos que se celebraban en el cuartel del Cid o la Diputación provincial tomada por los sublevados, "el teatro de tribunales" y "la pantomima de juicios", como señaló el presidente del Foro por la Memoria de León, Eduardo Silva Bafaluy.
Esta organización ha sido la promotora del monumento, aprobado por el Ayuntamiento de León en 2018 a propuesta del grupo municipal León en Común, y a cuya inauguración, pospuesta por la pandemia, asistió el secretario de Memoria Democrática, Fernando Martínez. "Que vuestro nombre no se borre de vuestros corazones", prosigue la leyenda grabada sobre las tres láminas de granito de Cabra, traído desde Córdoba, que desde ahora preside el camino de la Trascandamia.
El Centro de los Oficios del Ayuntamiento de León, donde se labró la escultura, ha respetado las formas de la piedra original que con sus curvaturas laterales asemejan las hojas arrancadas de un cuaderno de espiral. La concejala de Cultura, Evelia Fernández, que acudió en representación del alcalde, señaló que el monumento "es un espacio de homenaje y recuerdo", mientras que el subdelegado del Gobierno en León, Faustino Sánchez hizo hincapié en que el hito "refuerza la dignidad de las víctimas y de toda la sociedad".
Se cosió la memoria y se bordó la historia. Lo ocurrido no fue culpa de la República y hay que contar la historia en la verdadera sucesión de acontecimientos. Así se estudiará en las escuelas, dijo el secretario de Estado.
"Habrá un capítulo dedicado a la II República y a los avances que supuso para la sociedad, los trabajadores y las mujeres. Luego hubo un golpe de Estado, que fue la causa de la Guerra de España y tras ganarla de la represión franquista", subrayó.
"Fue un golpe de estado fracasado por la resistencia de los trabajadores y demócratas, que trajo tres años de guerra", recordó Eduardo Silva al señalar que en León se contuvo hasta el 20 de abril gracias a la "resistencia obrera". Después empezaron los paseos, los fusilamientos y las desapariciones.
Desde octubre de 1936 hasta bien entrados los años 40 los piquete de ejecución asesinaron, por mandato de los tribunales franquistas, a más de un millar de personas. En los apuntes del cementerio constan de entre 30 y 50 fusilamientos al mes en los tres años de la guerra, como destacó Iván Pastrian, secretario del PCTE (Partido Comunista de los Trabajadores de España).
El Foro por la Memoria, que también impulsó la Capilla Laica del cementerio de León con los nombres de las personas fusiladas o paseadas, quiere que este espacio de memoria forme parte de una red dentro de la provincia como "lugar emblemático de la represión".
La periodista Olga Rodríguez, experta en Oriente Medio y Derechos Humanos, apuntó que a lo largo de su carrera ha sido testigo de procesos memorialistas en todo el mundo, mientras se hablaba en organismos internacionales de la "anomalía española". Una anomalía sustentada en décadas de "adoctrinamiento de todo el país" que hace que a día de hoy aún perduren "los silencios, el miedo y los relatos falseados".
La recuperación de la memoria, señaló, "es importante para el avance democrático". La periodista añadió que "la pérdida de memoria no es solo olvido, también es ignorancia", para poner como ejemplo el caso de Argentina que conoce de primera mano "porque mi compañero es hijo de un desaparecido" y ha recibido justicia y reparación.
Recordó a varias personas cercanas fusiladas en Puente Castro, como el alcalde de Mansilla de las Mulas, cuyo hermano fue paseado en Villadangos; el inspector de enseñanza Rafael Álvarez, vinculado a la Institución Libre de Enseñanza y tío abuelo de su padre... "Un país sin memoria no puede tener un civismo sano", concluyó.
"A veces tengo la sensación de que la Guerra o posguerra de España aún no ha terminado", dijo el escritor y premio Cervantes Antonio Gamoneda, que puso el colofón al acto. "Si es verdad que a los que aquí murieron o fueron asesinados por causas políticas, esas causas políticas aún permanecen", resaltó. El poeta rescató de su memoria infantil las escenas que contemplaba desde su balcón en la carretera de Zamora, con los presos que llegaban a San Marcos en los trenes. "Vi pasar muchos, y muchos de aquellos están aquí".
"Años después pude ver documentos del tribunal municipal y en todos ellos ponía que la causa de la muerte era parada cardíaca... No mentía el secretario, Pero contribuía a la ocultación del crimen", prosiguió. Con este relato quiso poner ded relieve la importancia de la memoria y de su transmisión: "Vosotros sois la contraocultación, los tenéis el deber de informar a los jóvenes: que no quieran ignorarlo, por favor". Gamoneda terminó con una crítica a una democracia que considera coja e incompleta porque está dominada por "una dictadura económica".
En el acto intervino también Eloína Terrón, quien recordó los versos de Gamoneda, «Un país solo no es una patria, un país es una patria con justicia»; Carmen Franganillo, en representación de Izquierda Unida, apuntó que «la pérdida de memoria es una enfermedad terrible que también afecta a las sociedades y nuestro país aún sufre esa enfermedad».
«Hoy es un día importante para la memoria», dijo la escritora Sol Gómez Arteaga si bien alertó de los «tiempos de ceguera, confusión y ruido que vivimos» y advirtió: «Para pasar una página primero hay que haberla leído» y «para sanar como sociedad hay que ponerle palabras al silencio».
Ignacio Fernández, en representación de Comisiones Obreras, mencionó las aportaciones del sindicato a la creación de lugares de memoria y del mismo Consejo de la Memoria Democrática de Castilla y León que «hoy está dormido por razones que todos conocéis». El secretario provincial de UGT, Enrique Reguero, hizo referencia a las fosas comunes. «Todavía quedan demasiadas en nuestra tierra» y reivindicó la memoria de las republicanas y republicanos que defendieron la democracia. «No todos fuimos culpables».
El historiador y profesor de la Universidad de León Javier Rodríguez repasó las investigaciones llevadas a cabo desde finales del siglo XX que han certificado por los papeles de los piquetes de ejecución la actividad del campo en la zona donde se alza el monolito. «Hoy por fin es un lugar de memoria», dijo tras recordar y agradecer a las víctimas y advertir que «peor que el olvido es la tergiversación».
Ana Gaitero, recordó a dos mujeres fusiladas en el campo de tiro, como fueron la miliciana Manuela García, el 12 de marzo de 1938, y la maestra de Cirujales Genara Fernández García, el 4 de abril de 1941.
El acto fue cerrado con la interpretación de la Internacional y el Himno de Riego con dulzaina a cargo de Pedro Gómez. Poco antes Mar Ferreras leyó un texto del añorado Toño Morala y su nieta Vega ponía colofón con un ¡Salud y República! que pocas veces se habrá oído en la voz de una niña. Sólo faltó la voz y la guitarra de Isamil9 que permanecieron en silencio.