Ana del Ser: «La mejora del expediente digital me motiva y exige mucho trabajo»
Son cinco apoyos imprescindibles para la presidenta de la Audiencia Provincial de León. Consuelo Barrera, Javier Turienzo, Yolanda Flórez, Teresa Sánchez y Aurelio Fernández forman parte del equipo de máxima confianza de Ana del Ser.
«No tengo horario». Esta frase pronunciada al inicio de la entrevista con Ana del Ser, presidenta de la Audiencia Provincial de León, y el equipo de colaboradores con el que ha elegido aparecer en la fotografía para este reportaje, define no sólo su trabajo sino el de su personal de confianza más cercano. El Pleno del Consejo General del Poder Judicial reeligió a la magistrada como presidenta de la Audiencia Provincial de León en 2021 en el que es su segundo mandato al frente de la institución judicial que preside desde 2015.
Del Ser obtuvo 18 de los 21 votos del Pleno. Tres vocales votaron en blanco. «No descanso, teletrabajo, y no hace falta que venga a la Audiencia. Aquí están las personas con las que trabajo y estoy conectada las 24 horas a través del expediente digital, incluso los fines de semana. Salvo que tenga vistas, visitas, deliberaciones, reuniones y otras cosas previstas en la agenda, no tengo que venir físicamente al despacho». Saca tiempo para casi todo y cuenta con un núcleo duro formado por Consuelo Barrera, Javier Turienzo, Yolanda Flórez, Teresa Sánchez y Aurelio Fernández.
La presidenta de la Audiencia Provincial envía el primer correo a las nueve de la mañana, o incluso antes cuando es necesario, y a las diez empiezan las deliberaciones. «¿Pasó algo Consuelo?», es la primera frase con el equipo. Consuelo Barrera es el hilo conductor y la fortaleza de Ana del Ser para sacar adelante todo el trabajo que asume. Su mano derecha, su asistente personal, su persona de máxima confianza con la que tiene conexión telefónica directa a cualquier día y hora. Consuelo ocupa uno de los dos puestos de libre designación para funcionarios en Justicia—el otro puesto lo ocupa otro funcionario con el juez decano—.
Es tramitadora, lo que antes se conocía como auxiliar. «Mi trabajo consiste en hacer todo lo que me pida la presidenta». Una frase redonda en la que caben también las labores de seguimiento de control del concurso de traslados de jueces y magistrados, de los jueces sustitutos y organización de los titulares del medio centenar de juzgados que hay en la provincia de León. «Cualquier día y a cualquier hora, al ritmo de la presidenta», dice. «Fastidia mucho tener que suspender un juicio y la lista de los sustitutos es limitada», asegura Consuelo. Ana del Ser interviene: «Tenemos que llamar a todo el mundo y pedirles el favor. Las sustituciones son voluntarias y se pagan poco. Se hacen a mayores del trabajo diario. Casi suplicamos. Mi responsabilidad es la creación de plazas, controlar que no haya sobrecarga de trabajo, realizar las memorias...».
Consuelo Barrera tiene el teléfono del trabajo desviado a su móvil «y siempre lo llevo conmigo. Los juicios no pueden suspenderse y si hay una baja hay que buscar inmediatamente a un sustituto». Sabe que esta disponibilidad para resolver los problemas con las instrucciones de la presidenta se hace en un ambiente de consideración por el personal. El teléfono se utiliza cuando surge un imprevisto realmente importante. La presidenta y todos los trabajadores respetan los tiempos de descanso. Por eso, cuando el teléfono suena a deshora es porque sucede algo grave. Entonces la maquinaria se pone en marcha con ese sentido de la responsabilidad de quien se sabe parte importante de un proceso «que también tiene su contraprestación cuando la que necesita algo personal soy yo. Para hacer este trabajo hay que estudiar psicología y hacerlo todo con mano izquierda».
Una de las labores de Consuelo es filtrar «todo lo que pasa por mí» y antes de que llegue a la presidenta. «No podemos recibir a las partes cuando estamos pendiente de deliberar, no se puede desequilibrar el proceso. Después de la sentencia ya es otra cosa», apostilla Del Ser. «Tengo muchas llamadas de gente de la calle que se interesa por saber cómo va un procedimiento. Entonces le pido a Consuelo que me mire el expediente y en qué momento está de instrucción y todo lo que afecta al caso». Y Consuelo es la que hace esa labor de investigación, que pone sobre la mesa de la presidenta. «No se puede escapar ningún detalle porque en función de esa información ella decide si acepta entrevistarse con la persona que lo solicita», afirma Consuelo.
Expediente digital
Ana del Ser invierte mucho tiempo en la mejora del expediente y el visor digital. «Formo parte del grupo de trabajo que se ha puesto en marcha para este asunto en el Consejo General del Poder Judicial. El trabajo ahora es mucho más fluido y estamos muy avanzados». Al día siguiente de esta entrevista, Del Ser participó en una ponencia sobre la robotización de la Administración de Justicia y la mejora del expediente a nivel nacional. «¡Consuelo, no puedo ir hoy a nada!», es la frase que le indica a su asistente que el día llega completo de actividad.
«La mejora del expediente digital me motiva mucho, pero me exige mucho trabajo», explica Del Ser. Una falta de tiempo que tendrá que gestionar de cara a las próximas elecciones municipales al sumar otra responsabilidad más como miembro de la Junta Electoral Provincial. «También me lleva mucho trabajo la red de especialistas de la UE, de la que formo parte, que aconseja a la carrera judicial sobre las normas europeas». Del Ser es la coordinadora de un equipo integrado por 18 jueces. «No te puedo decir cuántas horas duermo», responde. «Todo lo que hago tiene que ser compatible con mi trabajo como juez. Tengo una reducción de jornada que no puedo aplicar. Tengo que dar ejemplo».
Como jueza, dicta una veintena de sentencias al mes. Para resolver este trabajo tiene el apoyo de Yolanda Flórez, entre cuyas funciones está la de asistir a los magistrados en la tramitación de los expedientes. Controla la entrada de procedimientos en apelación. «Ahora los asuntos aparecen en una pestaña digital y el juez contesta por el visor digital, ya no hay papeles. El juez tiene visibles los expedientes a través del ordenador para dictar las sentencias. Yo incorporo las resoluciones y doy traslado a las partes. Estoy pendiente de que todo llegue y vuelva a su tiempo». Un apoyo directo para la gestión. «Mi misión es que no se quede ningún asunto pendiente». Al año tramita una media de 1.200 expedientes. «Con lo que más cuidado hay que tener son los asuntos relacionados con menores y los expedientes de personas con discapacidad», asegura esta gestora jurídica con 33 años de experiencia.
Para este reportaje, Ana del Ser aparece en la foto sentada en uno de los sillones de su despacho en el Audiencia Provincial.
Auxilio judicial
A su izquierda, de pie, está Consuelo, y junto a ella Teresa Santos y Aurelio Fernández. Los dos pertenecen al servicio de auxilio judicial, lo que antes se conocía como agentes judiciales. Prestan su servicio en tribunales, juzgados, fiscalías y cualquier otro órgano de la administración de Justicia. Se ocupan de los actos de comunicación, de los medios técnicos necesarios para que se lleven a cabo los juicios y las condiciones adecuadas de la sala, entre otras cosas. «Asistimos a la sala de vistas, controlamos que lleguen a tiempo las citaciones, que las videoconferencias, si son necesarias, estén listas cuando se requieren en la sala. Lo preparamos todo según el guion que nos mandan previamente». Un trabajo invisible, sin el que ni jueces ni fiscales ni abogados podrían celebrar las vistas. «Los que más complejidad de organización tienen son los juicios con jurado porque todo tiene que estar preparado para el momento que se requieren en la sala y a su vez tiene que estar todo coordinado con el resto de las secciones».
Todo lo que se necesita en una sala cuando comienza un juicio depende de la organización previa del servicio de auxilio judicial. CD, escuchas, vídeos, testigos, videoconferencias... «Con la tecnología, la organización de los juicios es cada vez más compleja». Lo habitual es que uno de estos profesionales esté siempre en la sala vigilando de que nada falle «pero en los juicios complicados suele haber otro compañero fuera, controlando los testigos, que esté toda la tecnología a punto y las intervenciones en directo entren en el momento que se requieren». Todo para que las vistas transcurran sin pérdidas de tiempo y sin esperas que lo prolonguen más de la cuenta. «Nada puede fallar, sería un desastre», apunta Ana del Ser. Un trabajo encadenado cuyas instrucciones llegan del Scop (Servicio Común de Ordenación del Procedimiento) Penal, que son los que gestionan las citaciones.
Seguridad
Todo lo relacionado con la seguridad durante la celebración de los juicios depende de la presidenta, una parte de las funciones directas de Ana del Ser. «Me pongo en contacto con el jefe de prensa del Tribunal Superior de Justicia y si hay mucho interés mediático y es un proceso complicado pido ayuda a la Policía para que refuercen al equipo de seguridad».
Al ser preguntada, Del Ser recuerda que el juicio por el asesinato de Isabel Carrasco «fue complicado. Sobre todo para aislar a los miembros del jurado de los medios de comunicación. En ese juicio había 70 medios de comunicación acreditados y a nivel de organización fue muy complicado».
La naturaleza del juicio define su peligrosidad. En el caso de la vista por el caso de los Larralde «más que complicado, fue peligroso», según Del Ser. El juicio de la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiemde tuvo sus complicaciones por las numerosas conexiones por videoconferencia.
Al equipo de confianza de Ana del Ser se acaba de incorporar Javier Turienzo. El día en que se hizo este reportaje era su primera jornada en la sección 1º, aunque este tramitador judicial lleva 34 años en la Administración de Justicia en el campo Penal. «Estamos para dar apoyo a los magistrados, darles cuenta de los procedimientos». En la práctica no hay ninguna diferencia con el trabajo que realiza Yolanda «aunque ella está en un escalafón superior y lleva también asuntos de menores y recepción de asuntos».