EL ‘SÍ’ MÁS CÓMODO
Para pronunciar el ‘sí quiero’, la novia actual huye del disfraz y busca un vestido afín a su personalidad, con ciertos detalles que impriman carácter, pero sin excesos ni apuntes barrocos: lo que prima es la comodidad para disfrutar de su boda y llegar hasta el final sana y salva
La moda nupcial apuesta por la comodidad: la novia quiere disfrutar de su día. «La novia actual decide lo que quiere y cómo lo quiere», dice Susana Hidalgo, diseñadora malagueña con gran experiencia en el sector nupcial.
«La novia busca confort, quiere un diseño cómodo para disfrutar de su boda, un evento que ahora se ha convertido en una gran fiesta en la que se suele lucir más de un vestido», señala Hidalgo. «Hay mujeres que quieren un vestido para todo el día, pero otras escogen dos o más para lucir a lo largo de la jornada», añade la diseñadora, que apuesta por diseños sexi, livianos y que se puedas transformar en función de las necesidad de las novia.
«El blanco sigue siendo el blanco nupcial por excelencia, aunque sea la segunda, tercera o cuarta boda», dice entre risas y también propone tonos tan elegantes y sutiles como el rosa o el celeste empolvado.
No se ciñe a las tendencias del momento, prefiere trabajar un vestido nupcial personalizado con detalles artesanos «con el que la novia se sienta cómoda», detalla.
El abrigo es la pieza clave de la colección de la tinerfeña Inmaculada Rodríguez, que se inspira en la opulencia de corte de Versalles para crear vestidos de novia originales con grandes capas, vistosos abrigos e incluso atractivos pantalones combinados con tops.
«La novia busca su mejor versión con un vestido nupcial que sea elegante, sobrio y con un toque sensual», dice Inmaculada Rodríguez que apuesta por patrones con cortes profundos y atractivos que adorna con pétalos de diferentes tejidos sobre los hombros, el cuello o los puños.
Jordi Dalmau, uno de los diseñadores de moda nupcial más rompedor del momento, ha creado una colección para novias originales, desenfadadas, atrevidas, diferentes y que buscan sorprender en su boda.
El rojo y el negro se mezcla con el blanco en diseños con cortes desiguales, piezas con escotes en la espalda, faldas abullonadas, románticas mangas transparentes o vestidos de tul, tejido que se ha convertido en una seña de identidad desde sus inicios hace más de doce años.
Flores en versión XXL adornan algunos de las creaciones confeccionadas en tejidos tales como guipur, seda, encaje chantilly o brocados de la mejor calidad.
Dalmau, que cuenta entre sus clientas a Mónica Naranjo o Chenoa, apuesta por la diversidad de estilo con el objetivo de resaltar la belleza de las novias en una fecha tan señalada.
«Cada proyecto se trabaja con ilusión, mimo, originalidad y de manera artesanal», advierte el diseñador, que empezó siendo mecánico de coches y ahora es toda un referencia en el sector nupcial.
BLANCO Y MÁS. Aunque el blanco sigue siendo el color por excelencia, cada vez más novias se suman a la tendencia de otros colores, como el rosa empolvado o el celeste. Para las más vanguardistas (y atrevidas) el rojo y el negro, o la combinación de ambos VESTIDO Y MÁS. No sólo gasas y tules, cola y velo. Cada vez más novias optan por incluir en su ‘ajuar’ de ese día un abrigo o un chal. Suave si es verano o primavera, más contundente si la boda es en invierno o en un otoño avanzado. FLORES. Flores en versión XXL adornan algunos de las creaciones confeccionadas en tejidos tales como guipur, seda, encaje, chantilly o brocados.