Treinta años de payasadas solidarias por todo el mundo

Payasos sin Fronteras cumple 30 años y lo celebrará a lo grande con una gala solidaria en el Teatro San Francisco el día 29 de abril. Todos los beneficios irán destinados a los proyectos que Payasos sin Frontera tiene tanto en León, para la infancia desfavorecida, como los internacionales en beneficio de la infancia refugiada y desplazada por conflictos bélicos o desastres naturales.

En la gala, presentada por Angie piruleta, Roberto González y Nacho Morán , clown de León y Astorga, respectivamente, actuarán Maitomano (circo de Ponferrada), Jean Philippe Kikolas (circo de Burgos), Fernando Ballesteros, como Claudio Cleaner Clown (circo de Burgos), Zamoclown /magia de Astorga) y Pepo Rueda (clown de Madrid).

El evento tendrá lugar a las 18.00 horas con una única función apta para todos los públicos. El precio solidario es de 10 euros.

Payasos sin Fronteras se gestó en las navidades de 1992, cuando un payaso profesional, Tortell Poltrona, recibió una llamada de la escuela Porjecte en Barcelona para que se realizaran espectáculos en los campos de refugiados de la antigua Yugoslavia. «Los niños y niñas ayudarían en parte de los gastos para que los artistas pudieran emprender el viaje. Esta acción formaba parte de unas jornadas a favor de la Paz organizadas en Barcelona para intentar detener la incipiente guerra de los Balcanes», destaca Nacho Morán, uno de los payasos sin fronteras natural de Astorga. La primera actuación del grupo fue en febrero de 1993, hace treinta años.

Los artistas de la compañía Tortell Poltrona realizaron espectáculos en el campo de refugiados de Savudrija de Veli Joze, en la península de Istria, actual Croacia. «La utilidad del circo y el arte de la risa con población refugiada se evidenció en la respuesta de los niños de Veli Joze. Se decidió hacer un segundo viaje dos meses después con un grupo de malabaristas. En este viaje se sentaron las bases para la creación de una organización que ayudara a los artistas a repetir estas experiencias, haciendo espectáculos gratuitos para las personas que padecen situaciones de crisis, especialmente para la infancia, como los niños y niñas de la escuela Projecte había solicitado inicialmente»

En 1993, equipos artísticos de España (payasos, titiriteros, bailarines, magos, músicos, y más) lanzaron ocho expediciones en la ex Yugoslavia e invitaron a artistas conocidos en el circuito internacional a participar. «En 1994 hubo 19 expediciones. En los siguientes años, respetando las mismas normas éticas con las que se fundó la organización española, se crearon en Bélgica, Canadá, Francia, Alemania, Irlanda, Sudáfrica, Suecia, EE UU, Finlandia y Australia nuevas organizaciones. En el 2011, estas 9 organizaciones consideran necesaria la creación de una Federación Internacional con el fin de mejorar la comunicación y la coordinación entre las secciones de los diferentes países».

En el año 2012 se formó la Asociación CWBI (Clowns Without Borders International). Actualmente ya son 15 los países miembros.

Payasos Sin Fronteras es una entidad sin ánimo de lucro que funciona en régimen asociativo registrada en el Ministerio del Interior. Se fundó en 1993 y se considera de Utilidad Pública por orden del Ministerio del Interior de 27 de febrero de 1998.

«Es difícil de cuantificar con números los beneficios de la alegría, pero el sistema demanda números e indicadores. Así que la organización también se ha puesto a cuantificar desde un punto de vista científico el beneficio de las actuaciones en la salud mental de los niños y niñas que asisten a ellas».

Durante años se llevaron a cabo proyectos de espectáculos de payasos combinados con técnicas de apoyo psicológico, en la que participa la Unidad de Trauma y Crisis de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). «Se demostró que las actuaciones de los payasos disminuyen los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en los niñas y niños de forma relevante. Parece que el resultado de estas investigaciones científicas fue sorprendente para las especialistas de la psicología, pero quien ha participado en una expedición de Payasos Sin Fronteras, sabe que su paso no es estéril, así lo muestra el brillo en los ojos, o la alegría y ganas de jugar que va quedando como rastro tras el paso de los zapatones», destacan desde la organización.

La gala que se celebrará el 29 de abril en León será la cuarta actuación benéfica de Payasos sin Fronteras en el Teatro San Francisco «pero en esta ocasión hay un motivo que la hace más especial: Payasos Sin Fronteras ha cumplido 30 años de historia, llevando a cabo la misión de ofrecer apoyo emocional y psicológico a la infancia refugiada, desplazada o en situación de vulnerabilidad en todo el mundo». Durante este tiempo, y en especial durante estos últimos años de pandemia, la entidad también ha llevado a cabo acciones en León para la infancia más desfavorecida. Las expediciones tradicionales de Payasos sin Fronteras incorporaron nuevos destinos y las rutas habituales de una oenegé se modificaron en una nueva estrategia por la pandemia del coronavirus.

«En el Teatro San Francisco de León se conjugará el día 29 la diversión y el buen humor con un claro carácter solidario. El espectáculo será apto para todas las edades e incorporará actuaciones de grandes artistas colaboradores de Payasos Sin Fronteras que participarán de forma completamente desinteresada».

Para las personas que no puedan asistir pero quieran colaborar se ha habilitado una Fila Cero. Pueden hacerlo a través de Bizum al 01725 o en la cuenta de PSF en Triodos Bank ES31 1491 0001 21 2013636127 (indicando como concepto ‘Gala Solidaria PSF León).

Ucrania en el corazón

Polonia es el último destino al que se han dirigido los payasos leoneses, siempre con Ucrania en el corazón, lugar al que ya han realizado varias expediciones. De hecho, otra gala solidaria organizada en León el año pasado ayudó enviar a la expedición que trabajó en la ciudad polaca de Lublin, donde conviven familias y cientos de niños y niñas que huyen de la guerra de Ucrania. En esta empresa para arrancar una sonrisa a los menores que son víctimas de la guerra participaron dos leoneses, Ester Abad, y su personaje Papaya , y el astorgano Adrián Zamorano, Zamoclown . Gracias a esta expedición, formada por cuatro miembros, volvieron a sonreír 1.500 niños y niñas.

Con la risa se supera los traumas. Esa es la filosofía de vida con la que recorren el mundo este grupo de payasos que busca entretener a los más pequeños que viven en países donde es difícil convivir en paz por los conflictos bélicos.