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Primeras figuras humanas tartésicas

Los restos de la mítica civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos VIII y IV a.C. se han encontrado en la excavación de Casas del Turuñuelo

Uno de los cinco relieves antropomorfos del siglo V hallados. SAMUEL SÁNCHEZ VAQUERO

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EFE

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Las excavaciones en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, en las proximidades de Guareña (Badajoz), han sacado a la luz los restos de cinco relieves antropomorfos del siglo V a.C., los primeros pertenecientes a la cultura tartésica, la mítica civilización prerromana que ocupó el suroeste de la Península Ibérica entre los siglos VIII y IV a.C.

El descubrimiento se ha realizado durante la excavación del sector este del yacimiento, el área por el que se accede al patio del edificio donde se documentó un masivo sacrificio de animales, principalmente caballos.

Lo insólito del nuevo hallazgo es que las representaciones corresponden a rostros humanos, lo que supone un cambio de paradigma en la interpretación de la cultura tartésica, considerada anicónica por representar la divinidad a través de piedras sagradas y de motivos animales o vegetales.

En la presentación del hallazgo han estado presentes la delegada institucional del CSIC en Andalucía, Margarita Paneque; el director del Instituto de Arqueología de Mérida (IAM), Pedro Mateos; y los directores de la excavación e investigadores del CSIC, Esther Rodríguez y Sebastián Celestino. «Se trata de las primeras figuras humanas de Tartesia, ya que hasta ahora había figuraciones pintadas en cerámicas, pero no había ninguna representación», señaló Celestino

También ha detallado que hasta ahora se creía que la cultura tartésica era icónica, pero «nos hemos encontrado con que poco antes de la Dama de Elche ya se hacían este tipo de esculturas».

Sobre las figuras, Esther Rodríguez ha puntualizado que son «rostros idealizados» y que les ha llamado la atención «no solo la belleza de las esculturas, sino sobre todo las joyas que portan», ya que son tartésicas. «Las arracadas que llevan como pendientes aparecen documentadas en Cancho Roano y otros yacimientos del sur peninsular, por lo que va a revolucionar la historia del arte antiguo en nuestra península», ha señalado la directora de la excavación.