Diario de León

MÁS ALLÁ DE SCARFACE

Con «Ant-Man and the Wasp: Quantumania», Michelle Pfeiffer volvió a mediados de febrero a los cines, tres años después de su último trabajo en la gran pantalla. La actriz californiana, que veía cine clásico de niña y pensaba que ella también podía hacer lo que los actores, está de cumpleaños

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Este 29 de abril hace 65 años que Pfeiffer vino al mundo en Santa Ana, California, Estados Unidos. De pequeña era siempre la niña más alta de la clase y pegona con los chicos. «Si alguna vez alguien necesitaba que golpearan a alguien, venían y me pedían que lo hiciera», dijo la actriz a Interview Magazine en 1988. No muy amiga de las entrevistas, Pfeiffer contó al director Arren Aronofski en una entrevista para la misma revista que pasó su infancia lejos de la industria del entretenimiento. «De hecho, ni siquiera iba mucho al cine», dijo. «Mi madre no conducía. Mi padre no podía ser molestado. Entonces, realmente no iba a ningún lado. Pero lo que hacía era quedarme despierta hasta muy tarde viendo películas antiguas en televisión. Ni si quiera puedo decirte cuáles eran porque era muy joven. Pero recuerdo ver lo que estaban haciendo y decirme a mí misma: ‘Yo puedo hacer eso’». Su madre solía llamarla «mi pequeña actriz» y, aseguró, debía haber sido una niña muy dramática. Pfeiffer era una «chica surfista», que pasaba tiempo en la playa y llevaba chancletas en invierno. Cuando llegó al instituto escogió teatro para evitar el nglés porque se le daba mal. Los chicos de teatro eran considerados los raros, pero ella, aseguró, se sintió inmediatamente en casa. «Y me encantó. Dejé las otras clases menos esa. Pero no pensé en ello seriamente porque no estaba en mi realidad en absoluto. Luego fui a la escuela de estenografía y comencé a trabajar en el supermercado Vons», dijo a Inteview Magazine.

Su futuro no pasaba por los taquígrafos. En el supermercado estaba frustrada porque no era algo que quisiera hacer el resto de su vida. Se preguntó al respecto mientras atendía a un cliente en la caja registradora. «Y era actuar», se dijo en aquella ocasión. El primer paso hacia su meta fue participar en el concurso de belleza Miss Orange County, que ganó. Luego, Miss California: «Bueno, todos tenemos que empezar por algún sitio», escribió en su cuenta de Instagram hace alrededor de dos años, cuando publicó un vídeo del evento. A finales de los setenta comenzó a trabajar en series de televisión, como «Fantasy Island», de 1978, «Delta House», en 1979, y «B.A.D Cats», de 1980. Ese mismo año debutó en el cine con «The Hollywood Knights» y «Fallin in Love Again». Un año después estrenó «Charlie Chan and the Curse of the Dragon Queen» y, en 1982, «Grease 2». Su gran oportunidad llegó con la mencionada «Scarface».

Durante el rodaje de la cinta, que duró alrededor de seis meses, Pfeiffer trabajó en un entorno altamente masculinizado en el que ella y la actriz Mary Mastantonio eran las dos únicas mujeres. Elvira, su personaje, era la mujer trofeo de Montana, interpretado por Al Pacino. «A veces al interpretar un objeto puedes decir más de la cosificación de las mujeres que si interpretaras a alguien fuerte», dijo en la actriz según recoge el libro «Scarface Nation». «Ella era un adorno, como otro Rolls-Royce o algo, para los dos hombres con los que estuvo. Sentí que al interpretar algo que refleja la vida de alguien de esa manera, podría hacer como un alegato feminista».

Scarface sanó cualquier herida que el fracaso de «Grease 2» pudiera haber hecho en su carrera y Pfeiffer siguió sumando trabajos como «Into the Night», en 1985; «The Witches of Eastwick» y «Love Field», por la que recibió su tercera candidatura al Óscar. Durante los noventa trabajó en películas como «Batman Returns», «The Age of Innocence», «Dangerous Minds», «One Fine Day» y «The Story of Us», entre otras.

El nuevo milenio trajo nuevas incorporaciones a su filmografía como «I am Sam», «Hairspray», «Personal Effects», y «Chéri». A finales de la siguiente década la frecuencia en la que trabajaba en la interpretación se redujo. Ya para entonces había decidido dar y dedicar tiempo a su familia: una niña que había adoptado en 1993 y un niño que tuvo en 1994 con su entonces y actual marido David Kelley.

Sus trabajos más recientes, además de «Ant-Man and the Wasp: Quantumania», «French Exit», de 2020, «Maleficent: Mistress of Evil» y «Avengers: Endgame», en 2019; «Ant-Man and the Wasp», en 2018, al igual que «Where is Kyra». Un año antes fue parte del reparto de «Mother!» y «Murder on the Oriente Express».

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