Salud mental es, a veces, no tener nada que decir
Cada dos meses entro de puntillas en este espacio, como si de un lugar sagrado se tratara. Mientras enciendo una vela suena de fondo música de piano, Ludovico Einaudi con la banda sonora de Los intocables, suele ser el elegido para tratar de acallar mi mente. Tampoco falta a la cita un café, ese líquido elemento testigo de tantos afectos y que siempre asocio con bienestar, es para mi como la clave de sol al pentagrama.
Me acomodo en la silla, trato de no pensar, y claro, pienso el doble. Ya sabemos lo que pasa si te dicen que no pienses en un elefante rosa.
Pienso que un folio en blanco se convierte en suerte si hace semanas no sabías ni dónde los habías guardado. Pienso en lo que voy a cenar, en si seré capaz de terminar el artículo, y en el tiempo que hará mañana.
Me distraigo con temas más trascendentes, como la felicidad, que según Marian Rojas consiste en «vivir instalado de forma sana en el presente, habiendo superado las heridas del ayer y mirando con ilusión al futuro». Rafa Nadal dice que vive en un aquí y ahora continuo, no sólo cuando las cosas le van bien. En cualquier caso se trata de una elección que hacemos cada día y detrás hay mucha perseverancia, mucha aceptación y mucha acción, porque si no nos movemos permanecemos en el mismo sitio, y porque la felicidad no se busca, se crea y se experimenta.
Mi mente sigue saltando de un lado a otro, como un mono loco. Acabo de despertar a una primavera que veo más luminosa que nunca y hasta me parece que todos los cerezos florecieron para mí. La celebro con la misma fuerza que se abrazan los amigos recién estrenados el último día de campamento.
Un marco que no parece muy acorde para hablar de salud mental, más relacionada con sombras. Pero es el mejor, porque la oscuridad desaparece con luz, y el verde esperanza que cubre todo puede ser nuestro aliado.
Salud es, a veces, no tener nada que decir, cuando no te duele nada no te das cuenta. Nada que contar porque lo que es, es. Salud mental es que hayas transitado por estos caracteres, acomodado, con café y música y de fondo o no.
Porque no olvidéis que los incendios se previenen en invierno y porque no hay elefantes rosas, o sí.