Salamanca salda su deuda con el último rey de León

«La paciencia todo lo alcanza». Esta frase de Santa Teresa, que acompaña al vítor de la doctora honoris causa en el claustro de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca, a la entrada la capilla, le va como anillo al dedo a Alfonso IX del que no hay más rastro como fundador de las Scholas Salmantinae, el germen universidad, que una placa situada a la derecha de la sentencia de la santa y que comparte con AlfonsoVIII y Alfonso X el sabio.

 El último rey de León, hijo de Fernando II y Urraca de Portugal, nació en 1171 en Zamora y subió al trono en 1188, con tan solo diecisiete años. Su reinado se prolongó durante 42 años hasta su fallecimiento en 1230  en Sarria (Lugo). Alfonso IX ha dejado uno de los legados más conectados con el mundo moderno. Más allá de las conquistas —en 1230 consiguió integrar Badajoz al reino— es el rey leonés al que se debe que León haya sido reconocida por la Unesco como Cuna del Parlamentarismo, como impulsor de la reunión de la Curia Regia en León, en 1188, al poco tiempo de acceder al trono. Esta asamblea que se celebró en San Isidoro se considera el germen de las cortes democráticas, 

Otra herencia del reinado de Alfonso IX que sigue viva es la Universidad de Salamanca. En 1218, el rey leonés decidió fundar el cento de estudios salmantinos que daría lugar a la actual universidad, una de las de mayor proyección internacional. Con motivo de los actos del octavo centenario de esta institución, el Ayuntamiento de Salamanca y la Usal decidieron saldar una deuda pendiente con el rey leonés y dedicarle uno de los medallones que jalonan los arcos de la plaza.

La obra ya está en marcha. El escultor Óscar César Alvariño Belinchón ya tiene los andamios dispuestos y la intimidad necesaria para esculpir el busto de Alfonso IX en el pabellón real, a la izquierda del Ayuntamiento de Salamanca. El último rey leonés es también el último de las sagas regias que lucen sus rostros en la fachada salmantina.

Felipe V, a quien se debe la construcción de este espacio, tiene hasta tres medallones. Una larga lista de reyes castellanos, desde Alfonso I de Castilla hasta Isabel la Católica y Fernández son vigías de la plaza casi desde sus orígenes, en el siglo XVIII. Un total de 62 personajes históricos completan el repertorio de los medallones y todavía hay 24 libres (23 cuando se complete el icono de Alfonso IX).

El escultor ha querido dar a Alfonso IX un toque «ilustrado y no guerrero», con «semblante sereno y un estilo renacentista». Un porte que contrasta con la figura airada y de evocaciones bélicas que se erige en la plaza de Santo Martino de León de este rey.

La Universidad de Salamanca recuerda que Alfonso IX de León quiso tener estudios superiores en su reino y por ello creó en 1218 las ‘scholas Salamanticae’, germen de la actual Universidad de Salamanca que cumple más de 800 años de historia ininterrumpida creando, promocionando y divulgando el conocimiento».

Alfonso IX es considerado por la Usal como «un hombre ilustrado y adelantado a su tiempo, no solo por haber creado la Universidad de Salamanca, sino también por otras acciones como plantear las primeras Cortes que permitían la participación de diversos sectores de la población además de los habituales nobles».

En aquellos comienzos de las scholas Salmanticae se contaba  con un maestro en leyes, otro en decretos, dos de decretales, dos de lógica, dos de gramática, dos de física o medicina, uno de órgano, un apotecario, un bibliotecario y dos conservadores.

Gracias al monarca leonés, cuyo reino se llegó a extender desde Galicia y Asturias a León, Zamora, Salamanca, Cáceres y Badajoz, «la Universidad de Salamanca se convirtió, junto con París, Oxford y Bolonia en una de las primeras universidades europeas y hoy en día es la única española que ha mantenido su actividad a través de los siglos», admite la Usal en su portal digital.

Sin embargo, apenas hay un pequeño recuerdo a Alfonso IX en el recinto salmantino. Una placa en la que comparte honores con Alfonso VIII y Alfonso X el Sabio en las Escuelas Mayores —sede actual del Paraninfo— a la derecha de la puerta de la capilla de las Escuelas Mayores, junto a la célebre frase de Santa Teresa «la paciencia todo lo alcanza» que acompaña a su vítor como doctora honoris causa por la Universidad de Salamanca desde 1922.

El reconocimiento a Alfonso X se debe a que en 1254 este rey Alfonso X establece las normativas de organización y dotaciones financieras y en 1255, el papa Alejandro IV publica las bulas pontificias que reconocen la validez universal de los grados por ella otorgados y se le concede el privilegio de tener sello propio.

En el paraninfo hay un retrato de Carlos IV, que tuvo un importante papel al instituir enseñanzas como la medicina, y otro de Juan Carlos I. «Al principio se daban las clases en la Catedral», apunta como justificación un antiguo rector de la Usal.

Mucha paciencia ha tenido que tener el rey leonés para que su icono ocupe el privilegiado espacio público de la plaza Mayor de Salamanca. El acuerdo entre el Ayuntamiento de Salamanca y la Universidad de Salamanca se pactó en 2017, pero la tramitación administrativa se demoró hasta diciembre de 2022 cuando se adjudicó el trabajo escultórico a la propuesta Séptimo de Óscar César Alvariño Belinchón.

A lo largo de la historia dos personajes han sido apeados de los medallones. El icono de Godoy fue destruido en 1808 durante la Guerra de la Independencia   y el  de Franco se retiró en 2018 tras una larga pugna judicial de Izquierda Unida con el consistorio. La representación femenina en la plaza es muy escasa, como en su día puso de manifiesto la profesora de Historia Contemporánea Josefina Cuesta con una iniciativa en la que se realizaron iconos de mujeres destacadas de Salamanca y de su universidad, entre ellas la leonesa Nieves González Barrio, la primera mujer que se graduó en Medicina en esta universidad. 

Isabel la Católica, Juana I de Castilla, Santa Teresa de Jesús, Isabel II y la reina Sofía, que está junto a Juan Carlos, y las alegorías de las dos repúblicas españolas. ambas representadas por rostros femeninos, son las únicas mujeres que han conseguido medallón en la plaza Mayor de Salamanca. De momento, hace justicia a Alfonso IX.

El escultor que inmortalizó a Pepe el Barquillero en Ponferrada

El escultor que realizará el medalón de Alfonso IX, Óscar César Alvariño Belinchón, ha realizado otros seis bustos en la plaza  Mayor de Salamanca y además está muy vinculado a Ponferrada. 

Belinchón es el autor de la escultura que recuerda en la plaza del ayuntamiento de la capital berciana a Pepe el Barquillero, un personaje entañable y muy querido en la ciudad que ha quedado inmortalizado junto a su barquillera y un cesto desde 2001. Una placa recuerda el nombre completo — José, Pepe, Cortés— de este hombre que era como un imán para los niños de otros tiempos. En Ponferrada tiene también una figura ecuestre en homenaje al caballero templario en la calle Madrigal y en Flores del Sil tiene una figura abstracta en homenaje al agua.

Alvariño Belinchón, profesor titular del Departamento de Escultura de la Universidad Complutense de Madrid, es también el autor de los medallones de Miguel de Unamuno; Elio Antonio de Nebrija (1992); Fernando VII (2005); Alfonso XIII (2005); La Primera República (2005), y D. Juan de Borbón (2005). Cuenta con numerosos premios y obras en exposiciones, además de obra pública en diversas provincias españolas y también en Estados Unidos y México y Uruguay. Su proyecto Séptimo para la escultura de Alfonso IX fue seleccionado entre una veintena de candidaturas que concurrieron al concurso público que convocó el año pasado el Ayuntamiento de Salamanca. Uno de los méritos reseñados es su amplio conocimiento de la plaza.