CUIDAR LA PIEL DE LA PIEL
Compuesta por una compleja red de sustancias orgánicas, la barrera cutánea, es decir la superficie de la capa más externa del tejido que recubre nuestro cuerpo, hace que la piel tenga un aspecto y sensación saludables. Para lucir una tez radiante y fresca, hay que mantener esa barrera siempre nutrida e hidratada
Para entender las funciones, es decir «todo lo que hace» la barrera cutánea, necesitamos primero saber cómo está estructurada la piel según los especialistas.
El tejido que recubre nuestro cuerpo está formado por tres capas principales con varias subcapas cada una: la capa superior (epidermis), la capa media (dermis) y la capa inferior (hipodermis), según explican desde Nezeni Cosmetics (https://nezeni.com), firma especializada en cosmética alta en ingredientes y principios activos y baja en conservantes. «La barrera cutánea o barrera de la piel es la superficie exterior de la piel, incluyendo el estrato córneo, la capa más externa de la epidermis», explican desde Kiehl’s, firma del grupo L’Oréal, especializada en tratamientos faciales, corporales y capilares. «Una barrera cutánea saludable puede ayudar a defenderse de agresores ambientales como el sol y la contaminación, ayuda a retener y regular la humedad dentro de la piel, es la mejor defensa frente a los ‘radicales libres’ (sustancias que dañan a las células) y evita que aparezcan alteraciones en la piel, tales como sensibilidad, rojeces o descamación», puntualizan desde Kiehl’s. «En conjunto, los compuestos de la barrera cutánea se conocen como el `factor de hidratación natural´ de la piel, porque ayudan a mantener las capas más profundas hidratadas y nutridas», señala por su parte Esperanza Sáenz, responsable de imagen de Nezeni.
Añade que su función es «crear una tez fuerte, hidratada y suave que mantiene dentro los humectantes naturales y evita que entren las bacterias y las sustancias químicas del medio ambiente».
Desde Nezeni proponen una rutina en cinco pasos para mantener nuestra barrera en perfectas condiciones:
1USA UN LIMPIADOR DE IMPUREZAS.
«El uso de limpiadores es fundamental para la rutina de belleza, ya que consigue disminuir el sebo, prevenir la aparición de ‘puntos negros’, eliminar impurezas y dejar la piel preparada para absorber mejor el o los tratamientos posteriores», señala Sáenz.
2CALMA LA PIEL CON UN TÓNICO.
El uso de un tónico inmediatamente posterior a la limpieza cutánea ayuda a cerrar los poros, a equilibrar de nuevo el pH (equilibrio ácido-alcalino) de la piel, refrescar e hidratar, evitando las posibles alteraciones que pueda haber provocado la limpieza sobre la piel, según Sáenz.
3APLICA UN SÉRUM PROTECTOR.
Según la especialista, «hay varios ingredientes claves para que un sérum favorezca una buena protección de la barrera cutánea». Señala que la combinación de ácido hialurónico de distintos pesos moleculares, contribuye a hidratar las distintas capas de la piel, llegando a las más profundas, donde favorece la síntesis de colágeno, una proteína beneficiosa para los tejidos de la piel.
4PROTÉGETE DE LA RADIACIÓN SOLAR.
La radiación solar hace que la piel pierda mucha hidratación y también provoca daño en el ADN (material genético) celular, por lo que es recomendable aplicarse un protector solar al menos media hora antes de exponer la piel al sol y repetir la aplicación como mínimo cada dos horas, según Sáenz.
Esta experta recomienda utilizar protector solar con un factor de protección «cuánto más alto mejor» y adecuado a la zona geográfica en la que estemos, y que esté compuesto por filtros físicos (ingredientes minerales) inocuos para la piel, según explica.
El producto elegido debe contener sustancias humectantes, (azúcares, colágeno, ácido hialuronico, ácido láctico) capaces de aumentar el contenido de agua en la piel, así como emolientes (aceites vegetales de jojoba y almendras, manteca de karité, ceramidas, colesterol y ceras) que actúan como lubricantes y restauradores de la superficie de la piel