Toque del pan para las labradoras
Villavante hará sonar las campanas el día de San Isidro en honor a las mujeres que hacían las labores del cultivo del centeno y el trigo hasta su transformación en pan
Las campanas de Villavante sonarán el día de San Isidro en honor a las labradoras. JESÚS F. SALVADORES
La capital leonesa del toque manual de campanas rinde homenaje a las labradoras. El próximo lunes, coincidiendo con la fiesta de San Isidro Labrador, los aprendices de campaneros harán sonar los bronces con el toque del pan, una original idea para fundir en la tradición la memoria de las mujeres que desempeñaron todos los oficios necesarios para cultivar los cereales y transformarlos en el básico alimento.
Mujeres olvidadas que fueron ralbadoras —las que hacían la primera labor de la tierra necesaria para sembrar el trigo o el centeno—; aradoras, sembradoras, atabladoras, escardadoras, regadoras, segadoras, engavilladoras, amorenadoras, acarriadoras, amedadoras. trilladoras, acamboneadoras, parvadoras, bildeadoras, limpiadoras, acribadoras, ensacadoras. También las molineras, panaderas, campesinas, ganaderas, agricultoras u horticultoras. Todas labradoras en este homenaje que promueve Juan Miguel Celadilla con la colaboración de la Escuela de Campaneros de Villavente.
El toque de campanas del pan dedicado a esas labradoras que muchas veces iban cargadas con las criaturas al campo, se estrena el lunes a las doce de la mañana como preludio a la misa de San Isidro que será oficiada por el obispo de Astorga y retransmitida por el canal televisivo La 8 León. Esta iniciativa del sindicato de Asaja se empezó a hacer en 2020 en la parroquia de San Isidro Labrador de León y ahora se traslada a Villavante como «una tradición» a celebrar cada año en un pueblo, apunta el presidente, Arsenio García Vidal. La Junta Vecinal, como es costumbre, paga la misa y las flores a San Isidro y este año organiza una paella al precio de tres euros, comentó su presidenta Carmen Mielgo del Riego.
El homenaje a las sanisidrinas y sanisidrines recordará a personas como Concepción Villadangos, horticultora con mucha sapiencia; Emilio Vidal Reñón, indagador y experimentador con nuevos cultivos, Blas González Jáñez, inventor de la máquina de arrancar «habas» (alubias) y otras que saldrán de la memoria de un pueblo que no quiere olvidar a quienes son su raíz.