Los largos síes de 19 matrimonios de León

«No hay fórmulas, cada uno tiene que aplicar la suya», afirma Josefa Fernández, de 87 años, que ha pasado junto a su marido, Julio de Paz, de 94, nada menos que 70 años.En su caso, los pilares han sido, además de la buena salud, «mucho respeto y amor».

Julio y Josefa se casaron el 8 de diciembre de 1953 en Soguillo del Páramo. «Celebramos tres bodas al mismo tiempo, la nuestra y las de dos hermanas mías», comenta Julio de Paz. «Fue una felicidad grande, una locura tremenda y la juventud...», recuerda Josefa. Ella tenía 18 años cuando dio el sí en el altar y su marido 25.

Hubo boda, anteboda y tornaboda y luego seis hijos que han formado sus propias familias y con los que este año celebrarán sus bodas de platino.La pareja reconoce que no es fácil que un matrimonio dure tanto tiempo y menos hoy en día. «Por mucho que corráis ya no vais a durar tanto porque os casáis muy tarde», advierte la mujer.

Josefa y Julio se consideran afortunados porque la salud les ha ha acompañado para permanecer juntos tantos años y por la familia que sacaron adelante. En el pueblo pasaron los primeros años del matrimonio, viviendo del campo. Después decidieron emigrar a la ciudad. Julio se colocó de mecánico y Josefa se dedicó a la casa y la crianza. Un marriage d’amour , como el título de una de las piezas que interpretó la pianista Laura Rodríguez Llamas, profesora de Piano de la Escuela Municipal de Música de León. La música, un diploma acreditativo y un ramo de calas fueron los obsequios municipales a la larga vida matrimonial de las 19 parejas leonesas que respondieron a la convocatoria de la Concejalía de Mayores para homenajear a los matrimonios que cumplen sus bodas de oro, diamante y platino en la capital leonesa en este 2023.

Julio y Josefa ya son más que un matrimonio de platino —a los 65 años— al cumplir los 70 años de casados. Una fecha memorable, aunque «ahora lo celebramos todos los años».

De los otros 18 matrimonios, cuatro conmemoran sus bodas de diamante, 60 años; y 14 cumplen este año sus 50 años de casados, bodas de oro. Elías y Celia, de 93 y 82 años, cumplirán en agosto las bodas diamante. Sesenta años juntos desde que se dijeron el sí en la iglesia de Riolago y los convites acostumbrados de boda y tornaboda. «Tuvimos dos días de boda y luego la tornaboda, con 500 invitados», recuerda Elías.

El único secreto para esta pareja de tan larga vida nupcial es «quererse» porque «tuvimos días de todo». Lo mejor: «Dos hijos muy especiales», uno médico y otro inspector de trabajo. Elías fue director del área industrial en la Vidriera Leones y Celia ama de casa. «Me dediqué a cuidar de los hijos», apostilla.

Anastasio Castrillo, de 87 años, y Ascensión Yagüe, de 78, también cumplen las bodas de diamante. Natural de Arenas de San Pedro, ella, y madrileño, él, cuentan que se conocieron en Toledo en una boda: «De una boda salen otras bodas». Estuvieron un año de novios y luego se sacaron en el pueblo de Choni. Cuatro hijos y siete nietos son su mayor motivo de orgullo. «Él ya vivía en León porque era profesor en el CHF», explica la mujer. Cuando cerró, «hice las oposiciones del Estado y saqué el número 1», añade el hombre. Le tocó dar clase en Mallorca y otros lugares antes de retornar a León. Este verano celebrarán en Arenas de San Pedro los 60 años de su vida matrimonial, cuya felicidad lleva prendida en el pecho el más pequeño de sus nietos: un pin con la foto de la boda. «El buen comportamiento mutuo, el respeto y la comprensión» son las claves de la larga vida de este matrimonio. «Hemos sido muy felices y yo la madre más feliz del mundo», asegura.

Félix Vidal y Ángeles Redondo acaban de cumplir sus bodas de oro. Se casaron en la iglesia de Santa Ana de León después de un largo noviazgo de cinco años. «Nos ha ido bien, con sus baches», asegura esta pareja con dos hijas y tres nietos. El «amor» es la clave de su unión después de más de medio siglo. «La vida, las hijas, las nietas...», sus razones para mantener el fuego del hogar. Y del corazón.. «Discutir hemos discutido, pero hay que aguantar y no tener rencor», aseguran Félix y Ángeles. «La ilusión por las hijas, el verlas estudiar» han sido el motor de este matrimonio en el que los dos cónyuges han tenido su propia vida laboral. Ella en el sector de seguros y en él en el farmacéutico. «Nos ayudaron mucho nuestros padres y los dos hemos colaborado en casa», apostillan.

Los ‘sies’ más largos de los matrimonios leoneses recogen el premio de la longevidad nupcial por decir muchas veces no. No, sobre todo, a rendirse ante los momentos complicados