Cáritas eleva a arte las vidas de once ‘sin techo’
El Museo Diocesano se convierte en un espacio de reflexión que recorre el drama del sinhogarismo
Un museo para las personas sin hogar. El Museo Diocesano de León abre sus puertas este lunes a una iniciativa de Cáritas Diocesana que convierte en obras de arte las vidas de once personas sin hogar, duras experiencias en la calle que se convertirán en guías de un recorrido de trayectorias invisibles para la mayoría de la población. Once personas sin hogar colaboran en esta iniciativa, con la ayuda de cuatro voluntarios, en un trabajo colaborativo, de esfuerzo y de conocimiento mutuo y personal. En las paredes y en el espacio habilitado por el Museo Diocesano cuelgan ya las historias de corazón, un trayecto en el que personas en riesgo de exclusión suelen recibir la mirada indiferente de la gente que pasa a su lado por la calle pero que ahora se abren en canal para mostrar su verdadero interior.
El nombre de la exposición es Esperanza sin cobertura y se abrirá al público desde el lunes 22 hasta el 30 de junio. El horario de lunes a viernes es de 10.00 a 13.00 horas y martes y jueves también podrá visitarse de 17.00 a 19.00 horas. Las visitas guiadas de las personas sin hogar que han participado en el proyecto se realizarán en horario de mañana, aunque la exposición está pensada y distribuida para llegar directamente al corazón de las personas que visiten el centro.
La presidenta de Cáritas, Beatriz Gallego, destaca que la exposición se haya instalado en un edificio de la Iglesia. «En los museos se exponen obras de arte y no hay mejor obra maestra que una vida humana. Lo más valioso es la vida y de la misma manera que se expone la obra de un gran artista, en esta exposición se expone la gran obra de la vida, en este caso la de la calle. El proceso también ha sido importante para crear vínculos y escucha».
Victoriano Ferrer es una de las once personas que participan en esta iniciativa. Su dura historia de vida en la calle de distintas ciudades, que comenzó cuando falleció su hija, le ha llevado a ser usuario de Cáritas, del albergue municipal y de Calor y Café en León, donde vive desde hace algo más de dos meses. «Estoy muy orgulloso de lo que hemos hecho porque lo hemos hecho entre todos los compañeros, con la ayuda del voluntariado de Cáritas. Me gustaría que las personas se acerquen a nosotros. La sociedad nos ignora, la gente pasa por delante y no nos ve. Con esta exposición es el momento de que se acerquen, que queremos mostrar que el rocío de la mañana puede ayudar a unos flores marchitas a que vuelvan a florecer». A Victoriano le gusta la lectura y los poemas y encuentra en los cuentos y los parábolas una manera de explicar lo que siente en la vida. «Los niños nos ven como patitos feos, pero muchos de nosotros somos cisnes bonitos y elegantes».
Esa es la cara oculta, poco visible, que las personas sin hogar quieren mostrar con esta exposición. Y con cada visita abrirán su corazón y responderán a las preguntas de todas las personas que se acerquen a la exposición para conocer más de la realidad de los ‘sin techo’. No hay una sola causa por la que una personas puede acabar en la calle.
"Los niños nos ven como patitos feos, pero dentro llevamos un cisne bonito y elegante que queremos mostrar"
Victoriano Ferrer
Persona sin hogar
«Nos puede pasar a cualquiera», asegura María José Alonso Llamas, técnico de voluntariado y coordinadora del proyecto en el museo.
La sede de Cáritas en León ha atendido desde el 1 de enero hasta el 16 de mayo a 161 beneficiarios en los recursos de Cáritas Diocesana y los albergues de La Robla y Cistierna. Los beneficiarios en la sede de Cáritas de León en este periodo de tiempo ascienden a 117 (de los que el 82,90% son hombres y el 17,09% mujeres), con edades comprendidas entre los 36 y los 65 años (68 usuarios) y entre los 18 y 35 años (40 beneficiarios). La mayoría son extranjeros (73) que proceden principalmente de Marruecos, Portugal, Rumanía, Bulgaria y Colombia. 44 son españoles.
Los distintos programas de Cáritas les ayuda a poner en orden su documentación, regularizar su situación administrativa, prestaciones, información sobre asilo, refugio... en Cáritas hay una balanza significativa en personas más sin techo y permanencia continuada en la ciudad, frente a la situación rural, con personas que están más de paso.
«Ha sido un doble reto», asegura María José Alonso, «hemos motivado al grupo. Son superpositivos y han mantenido la ilusión».
En un trayecto de seis salas se mostrarán piezas de arcilla que intentan dar respuesta a las causas que llevan a una persona a quedarse sin hogar, la cobertura sanitaria, social o legal, las camas que guardan los sueños de quienes duermen en ellas, los sentimientos y un espejo que devuelve la imagen. «El espejo muestra una imagen para reflexionar de que todos podemos acabar siendo una persona sin hogar», destaca María José Alonso. Y maniquíes en las salas «porque la gente se fija en nuestra ropa, no en nosotros», puntualiza Victoriano.
La iniciativa de Cáritas ya ha pasado por otras provincias, cada una con su singularidad, y en León incorporará dos piezas nuevas realizadas por los participantes «que esperemos se trasladen a otras exposiciones cuando termine la de León».