EL REINO MENGUANTE DE CARLOS III
El monarca británico quiere hablar sobre
En la carrera de los reinos caribeños de la Commonwealth para convertirse en repúblicas, Marlene Malahoo Forte parece la favorita para llegar antes al objetivo. Como otros protagonistas en la larga historia de la descolonización, la ministra de Jamaica para la Reforma Constitucional se formó en la metrópoli imperial, en su caso haciendo un máster de Derecho en la universidad King»s College en Londres
La ministra ya ha nombrado a los miembros de un comité que presentará un plan para la transición de la actual forma del estado a la elección del presidente de una nueva república. Malahoo dijo a la televisión Sky, en vísperas de la coronación de Carlos III, que el referéndum se celebraría en 2024. «Ha llegado el momento. Jamaica en manos jamaicanas», añadió.
La coronación del nuevo rey ha facilitado hechos y reacciones sobre las circunstancias constitucionales de los 14 países que también tienen al monarca británico como jefe de Estado. Los primeros ministros de Antigua y Barbuda y de San Vicente y Granadinas expresaron en sendas entrevistas su deseo de avanzar hacia una república, como hizo Barbados en 2021.
El primer ministro de Australia, el laborista Anthony Albanese, confirmó públicamente su juramento de lealtad a Carlos III en la ceremonia, algo que unos consideran «crucial» y que a otros les sorprende. Albanese llegó a la jefatura de Gobierno aclarando que es republicano y que quiere promover una conversación nacional sobre la forma constitucional. Nombró a un viceministro de Defensa, Veteranos y la República. Pero, cuando le preguntaron sobre sus planes tras el fallecimiento de la reina Isabel II, respondió que no era el momento de debatir la cuestión, y en la coronación ha jurado lealtad a Carlos III.
Albanese ha prometido que no convocará un referéndum en sus tres años del primer mandato. Cumplir la etiqueta diplomática en la muerte de la reina y su rol constitucional con su sucesor, quizás dé más respeto a la causa republicana entre los electores. En 1999, una mayoría de australianos rechazó sustituir la monarquía con un presidente elegido por dos tercios de su Parlamento.
Ni en Nueva Zelanda ni en Canadá hay un debate urgente sobre la forma constitucional, aunque el deseo republicano es apoyado por muchos en el país norteamericano, según la encuesta publicada para los 14 países por el multimillonario inglés Michael Ashcroft, lord conservador y gran patrón de una de esas naciones, Belice.
Pero en Australia, Nueva Zelanda y Canadá las cuestiones relacionadas con poblaciones de las Primeras Naciones —descendientes de sociedades arrolladas por la colonización— están afectando al sistema político. En otro países, es la memoria del esclavismo. Entes y personalidades de 12 de los 14 reinos de la Commonwealth (faltaban las islas Salomón y Tuvalu) firmaron una carta pública al nuevo rey dos días antes de su coronación.
Con el título ‘Petición de disculpas, reparación y repatriación de artefactos y restos’, la carta recordaba a Carlos III que en la última cumbre de la mancomunidad de países de la Commonwealth, en 2022, afirmó que «ha llegado el momento de una conversación» sobre «el impacto duradero del esclavismo».
Los grupos indígenas e instituciones firmantes enumeraban después sus demandas. Piden que «se comprometa inmediatamente a iniciar conversaciones sobre reparaciones y la redistribución de la riqueza que sustenta a la Corona entre la gente a la que se le robó, a la repatriación de todos los restos humanos de nuestros pueblos guardados en museos e instituciones y de todos los tesoros culturales y artefactos robados, y la adopción inmediata por la Familia Real del repudio expresado en abril por el Papa de la Doctrina del Descubrimiento».
El rey Carlos III ha dicho varias veces, y también lo hizo su primogénito en una visita a Jamaica, Bahamas y Belice, en 2022, que la monarquía está dispuesta a acompañar a los países en la transición hacia la república, si así lo desean. Su discurso en nombre de la reina Isabel II, en los actos de proclamación de la república en Barbados, es diáfano sobre su papel conciliador.
Evitar reacciones
Los debates sobre reparaciones y compensaciones implicarían devoluciones y quizás pagos. Por eso, el exprimer ministro Boris Johnson pidió al entonces príncipe de Gales que eliminase los fragmentos sobre el esclavismo en su discurso en la cumbre de la Commonwealth, para no provocar reacciones. El rey insiste en subrayar la importancia de la conversación, a pesar de ser el representante de la continuidad histórica que los políticos niegan.
El actual primer ministro, Rishi Sunak, rechazó al final de abril una petición de disculpas o reparaciones en el Parlamento, cuando fue preguntado por la diputada laborista Bell Ribeiro-Addy. «Nuestro foco debe dirigirse a comprender, por supuesto, nuestra historia y todas sus partes, no huir de ello, pero asegurando ahora que nuestra sociedad es incluyente y tolerante con gente de todos los orígenes», dijo el jefe de Gobierno.
La dirección del Partido Laborista aclaró después que no comparte la petición de disculpas y reparaciones de su diputada. Pero al primer ministro de Belice, Johnny Briceño, no le gustó la evasiva de Sunak. Afirmó a ‘The Guardian’ que es «bastante probable», tras ver que no es «capaz de ofrecer al menos una petición de disculpas», que Belice sea el próximo país en convertirse en república.
Las constituciones de los países miembros tienen diferencias, pero el papel del monarca británico suele ser parecido. El Parlamento, los tribunales, quizás también el Ejército o la Policía, tienen al rey como su jefe, pero actúa a través de un gobernador con poderes más nominales que ejecutivos. Hay casos en el que jueces británicos del Consejo Privado del monarca actúan como tribunales de apelación.
Es una arquitectura constitucional que aseguraría estado de derecho y estabilidad, según sus partidarios. La mayoría de los 56 países que componen la mancomunidad de naciones están vinculados históricamente al Imperio británico, aunque países sin esa relación también se han adherido como Mozambique, Ruanda, Togo o Gabón. Países de la esfera británica, como Ghana, se han unido al equivalente francés, la Organización Internacional Francófona. Foro que fomenta relaciones entre países y abre puertas a la cooperación, el comercio con los países de la Commonwealth da un superávit de cerca de 5.000 millones a la economía británica. India, Canadá, Singapur, Australia y Sudáfrica suman el 73% del comercio total británico con los miembros de la organización. Es el 9% de su comercio internacional, muy por debajo del que tiene con Estados Unidos, 17%, y la Unión Europea, 43%, en cifras de 2021 publicadas por la Biblioteca de la Cámara de los Comunes.