Una década de cambios y una prueba de fuego en la pandemia de covid-19
Constancio García Paramio, el tesorero de Asleca, y sor Esther Seoane Sánchez son las cabezas más visibles del equipo en la sombra de Félix Llorente, quien se incorporó a la presidencia en 2014. Casi una década en la que la casa blasonada donada en 1928 por el entonces Monte de Piedad y Caja de Ahorros, ha sido objeto de cambios significativos además de tener que afrontar el reto de prestar el servicio durante el confinamiento con el comedor cerrado. «Constancio es el culpable de que yo esté aquí y él quedó fichado de por vida», recuerda Llorente. La primera vez que se lo ofrecieron, en 2012, no quiso entrar porque acababa de ser abuelo. Entró Constancio de tesorero. A los dos años le pidieron que buscara a alguien de confianza y esta vez Félix Llorente no se pudo negar. Sor Esther, como directora de la asociación, es otra pieza clave de este equipo.