Diario de León
DF28P8F2-20-44-43-3.jpg

DF28P8F2-20-44-43-3.jpg

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

sergio andreu

La idea del androide con fecha de caducidad aparece en obras de ciencia ficción míticas como Blade Runner o WestWorld y es el punto de partida al que el historietista y músico barcelonés Arnau Sanz da una poética ‘vuelta de tornillo’ en su novela gráfica Cuando veo cables me acuerdo de ti (Astiberri). Sanz (Barcelona, 1984) crea una colorista y geométrica sociedad en la que los robots son parte esencial en su funcionamiento, donde desarrollan labores de todo tipo, como las que realiza Sandra, una voluntariosa y sensible autómata que da clases de diseño y que anhela crear una obra que perdure, antes de que sus circuitos se fundan a negro. «Es difícil aportar o innovar en el género de la ciencia ficción, así que en este libro he querido que esa idea de la obsolescencia fuese el punto de partida para profundizar en la relación entre las protagonistas y las personas que las rodean y llevar la historia a mi terreno, a los detalles y los momentos más sutiles, para hablar de las cosas que me interesan», comenta el autor a Efe. Sandra, que se diferencia de los humanos por la antena receptora que lleva en la cabeza, combina su trabajo en la escuela con los cuidados a una anciana con principio de demencia que la trata como a una nieta, una extraña relación afectiva que permite a Sanz dar a esta novela gráfica una lectura social sobre la soledad, la segregación o el envejecimiento.

«Intento hablar de la idea de la soledad, el abandono, el maltrato, la pérdida, los cuidados... con la particularidad de que se da en un mundo donde conviven robots y humanos, afirma el autor, que combina su faceta como dibujante con la de batería de la formación musical Mujeres.

Un trasfondo humanista, casi filosófico, sobre el cuerpo, una máquina orgánica que se degrada y cuya memoria se pierde como la de un robot defectuoso, con sus propios virus y sus necesidades de recarga y energía.

tracking