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El valor ambiental de la trashumancia

Desde el Neolítico, el pastoreo ha buscado los mejores pastos para el ganado mediante el movimiento de los rebaños en primavera y otoño; en estos viajes, los animales limpian, fertilizan y aumentan la bioiversidad del territorio

Uno de los rebaños trasterminantes de la provincia de León en su camino a la montaña. MARCIANO PÉREZ

León

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El viaje a pie de un rebaño de merinas que salió de Extremadura el 7 de mayo y llegará a León hacia el 20 de junio ha puesto de actualidad la trashumancia. El ganadero José Manuel Sánchez sube con las ovejas en busca de agua y pastos frescos, algo que ya empieza a escasear en la finca Las Hinojosas.

Los más de 600 kilómetros entre Huertas de Ánimas (Cáceres) y Acebedo, a los pies de Picos de Europa son una prueba de fuego para un rebaño que nunca hasta ahora había hecho la trashumancia. El año extraordinariamente seco y el alto coste, no solo económico sino también de calidad, que supondría alimentar el ganado con pienso, motivaron al ganadero a emprender el camino.

La trashumancia llegó a mover un millón de cabezas de ovejas entre Extramadura y León en los tiempos dorados de la Mesta. El rebaño de Las Hinojosas es de 1.700. Es testimonial, pero es una llamada de atención al valor ambiental de esta actividad ancestral que la sociedad urbanita contempla como un residuo folclórico del pasado.

Mientras caminan, las ovejas limpian cañadas, cordeles y veredas o coladas; comen y depositan las semillas con sus excrementos. La lana que dejan prendida en diferentes arbustos y plantas es usada por otros animales. El viaje es un circuito en el que la vida de diferentes especies se sostiene mutuamente, incluida la humana que vive de ese rebaño.

La Asociación Trashumancia y Naturaleza reivindica la trashumancia como herramienta contra el cambio climático y como aliada de la biodiversidad. Y lo hace trashumando. Desde 1993 al año 2021 han recorrido andando 131.080 km con familias trashumantes por las cañadas y han movido 433.311 ovejas, 19.857 cabras, 910 caballos y 47.513 vacas

Un total de 52 familias trashumantes de diversas zonas de la península han participado en el proyecto. A lo largo de este largo viaje, que también ha tenido como destino puertos leoneses, se han dispersado 188 mil millones de semillas y 84 mil toneladas de abono. Jesús Garzón está al frente de esta aventura desde sus inicios.

La trasterminancia es otra modalidad de manejo del ganado en extensivo entre territorios menos distantes entre sí. Una actividad que tiene su ejemplo en León con el movimiento estacional de los ganados entre las riberas y páramos y los pastos de montaña. Unas 50.000 ovejas de una veintena de ganaderías realizan este periplo dos veces al año en León. A pie y no con pocas dificultades debido a la falta de respeto a los cordeles que transitan.

La Fundación Monte Mediterráneo ha impulsado en los últimos años la trashumancia entre las montañas leonesas y palentinas y Extremadura. Casi 10.000 ovejas, en su mayoría transportadas en camiones, realizan el viaje. Pero faltan pastores y pastos para subir más ovejas, lamenta su vicepresidenta Ernestine Lüdeke. La Fundación Monte Mediterráneo ha introducido como novedad la figura de becarios para el aprendizaje del pastoreo y, por primera vez en 30 años, las ovejas trashumantes volvieron a pasar en Picos de Europa hace tres años.

Las ovejas son un baluarte de protección frente a los incendios, otra función que aumenta su valor ante el SOS del planeta por el calentamiento climático.