José Cabrera: «Para que disminuya el suicidio hay que entrar a saco en la escuela»
El psiquiatra forense José Cabrera, conocido por sus colaboraciones en televisión, es el protagonista de las jornadas sobre suicidio del sindicato de enfermería Satse de León, a partir de las 17.30 horas, en el Teatro San Francisco.
—¿Tiene más riesgo de suicidio una profesión como la enfermería?
—En el terreno sanitario, cualquier profesional, médico, auxiliar o enfermero, está sobrecargada de trabajo y a veces tampoco reciben la comprensión de la opinión. Esa frustración tiene varias salidas: abandonar la profesión, irse a otro país o, si la gente es vulnerable, tomar decisiones más bien malas.
—¿Qué sucede con profesiones como policías?
—Además de lo que he dicho sobre sanitarios, que puede aplicarse también a bomberos. En las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado el suicidio se ha duplicado en un año. El problema es que la policía, como el Ejército, tienen armas y muchas veces el instrumento anima a usarlas.
—Si la frustración y la sobrecarga laboral pueden ser desencadenantes. ¿Diría que estamos construyendo una sociedad que favorece estas conductas?
—La ausencia del sentido de la vida implica facilidad para el suicidio. El suicidio aumenta en aquellas poblaciones y sociedades en las que desaparecen los valores morales, hay incertidumbre, en una sociedad hostil, donde el trabajo es estresante, el vecino no te saluda...
—Medidas como el 024 y los planes de prevención anunciados. ¿Son adecuadas?
—Lo que se está haciendo con el suicidio es nada. Nada y poco. Paños calientes y figuras cosméticas. El suicidio, al político le importa lo más mínimo. Una persona que se quita la vida no es trascendente. Incluso es beneficioso porque es una persona menos a la que hay que pagar la pensión. Dicho esto así, que suena muy duro, es la pura realidad del gestor político. Aunque haya 4.000 suicidios al año en España al político no le importa nada porque esas 4.000 están dentro de las 400.000 que mueren cada año en España.
—¿Confía en los planes de prevención en cuerpos policiales?
—Sí, tanto en Policía como Ejército y Guardia Civil se están generando una serie de programas en las comisarías y cuarteles para que se sensibilice a los mandos y cuiden el estado de ánimo de las personas que trabajan allí. Se están instaurando poco a poco y algo harán. Porque hasta ahora no se hablaba, estaba prohibido hablar de suicidio hasta en las facultades de Ciencias de la Comunicación.
—¿Es un mito que hablar del suicidio genera más suicidios?
—No es cierto. Lo que es cierto es que si un señor se ahorca en un pueblo, hace que el señor que está en otro pueblo de al lado y quiere ahorcarse, lo haga.
—¿Lo peligroso es hablar del método?
—Exacto. No es conveniente hablar del método.
—Los dramáticos casos de dos parejas de hermanas, han vuelto a poner el foco en el suicidio entre la gente más joven.
—En la población adolescente el suicidio es prácticamente la primera causa de muerte y aparecen variables nuevas. La fundamental es que el adolescente es una persona radical, no entiende la mentira, la frustración, el sacrificio y al no entender estos elementos se autodestruye. El adolescente es súper radical. Cuando uno tiene más años se lo piensa un poco.
—¿Y el bullying o acoso?
—No todo es bullying. Hay problemas intrafamiliares, hay problemas sociales —ruptura con su novio o novia— o con sus amigos o incluso adolescentes depresivos. Está el bullying, por supuesto, pero no es la primera causa.
—¿Cómo afrontarlo en la familia?
—Para un familiar o un amigo íntimo, que se suicide alguien de su entorno es un sentimiento de culpa tan intenso que prácticamente es un shock traumático. Hay que mentalizar, ayudar y proteger a las personas que están cercanas al caso suicida para que racionalicen lo ocurrido y no piensen que forman parte de la culpa. Esto es fundamental.
—¿Todas las personas que se suicidan tienen problemas de salud mental?
—Esto es una leyenda urbana, no todas personas que se suicidan tienen problemas de salud mental. Lo hacen muchas veces por desesperación. Porque no encuentran sentido a su vida. Porque han tenido un desengaño amoroso. Y alcohol y drogas tienen mucho que ver en todo esto. Es cierto que las personas con trastornos mentales son más proclives, pero no es la primera causa. Lo que pasa que es un muy duro que una persona se quite la vida fría y racionalmente.
—Por cada persona que se suicida hay otras 16 que lo intentan...
—Tres cuartas partes de quienes se quitan la vida son varones y una cuarta parte mujeres, pero la mujer se intenta suicidar cinco veces más que el hombre.
—¿Es menos eficaz?
—No, las mujeres lo hacen más como llamada de atención para que caigan en que tienen problemas. El acto suicida, en su mayoría, es prácticamente imprevisible. El que quiere quitarse la vida lo va a conseguir. El hombre es una línea emocional y la mujer tiene más altibajos y esto hace que tengan más intentos que suicidios.
—¿Cómo reducir esa tasa de suicidios en los hombres?
—Tiene muy poca solución porque el hombre es más agresivo y destructivo contra los demás y contra sí mismo. Es biológico no es cultural.
—Quita un poco el ánimo.
—Se puede decir la vida es bella, vamos a ayudarnos unos a otros.. Pero son cuentos y ya somos mayores. Pero la sociedad en la que vivimos es hostil, paranoide, tecnocrática, donde los hijos están regular, hay 150.000 separaciones al año, casi tantas como matrimonios. El tejido social tiene muchos problemas. El paro de larga duración. Las personas que estudian una cosa y tienen que trabajar de camareros... Es el disconfort. Que la persona no ha conseguido lo que quería.
—¿Qué se debería hacer que no sea cosmética política?
—La única medida no cosmética para ayudar a que el suicidio disminuya es entrar a saco en el curriculum muy primario de las personas jóvenes. Esto debe hablarse en clase. Coger el periódico y abrir un debate de por qué ha pasado. La prevención intraescolar es la única que puede frenar esto. Cuando ya somos mayores a ver quién pone puertas al campo. Lo mismo que se propone para violencia de género o agresiones sexuales.,, No tanto río.
—Una palabra de esperanza...
—Para evitar el suicidio, el ser humano tiene que ver sentido a su vida y quererse a sí mismo. Suena a cuento pero es la verdad.