De la camisa de once varas al ‘parto’ de Ana Obregón

El Código de Hammurabi , promulgado entre el año 1450 y 1250 a.C. por el sexto Rey de Babilonia es la primera referencia historiográfica y normativa que se ha encontrado de la adopción . Y también sobre lo que se denomina gestación subrogada en unos ámbitos o vientres de alquiler en otros. El padre de familia cuya esposa fuera estéril podía contratar los servicios de ‘madre suplente’ (criada o esclava) para tener descendencia.

Ambas modalidades se describen en el Antiguo Testamento. Moisés sería el primer caso de adopción internacional y en el caso de Sara y de Raquel, para dar descendencia a sus esposos, eligen a una esclava egipcia (Agar) y a una criada (Bilhah) para dar a luz a sus primogénitos (Ismael y Dan). El mismo emperador Trajano, en el primer siglo de la era cristiana, es hijo adoptivo de otro emperador, Nerva.

La expresión meterse en camisa de once varas, que ahora alude a meterse en líos, viene de la costumbre que había en la Edad Media de introducir al bebé adoptado por la parte de arriba de la camisa y sacarla por la de abajo para simular el parto en los casos de adopción.

El faberense Manuel Baelo Álvarez, docente en la Universidad Europea del Atlántico y en la Internacional de La Rioja, profundo conocedor de la adopción desde el punto de vista jurídico y sociológico, desgranará esta tarde en la Fundación Sierra Pambley, a partir de las 20.00 horas, la evolución que la institución adoptiva ha tenido a lo largo de la historia y en particular en España.

«La adopción es una de las figuras que más se ha cambiado en el Código Civil desde 1889 porque se ha adaptado a los diferentes momentos históricos y sociales», señala el autor de La adopción en el Código Civil: evolución normativa, doctrinal y sociojurídica desde 1889 hasta la actualidad , editado por Tirant lo Blanch.

«España es uno de los países con más legislación y más avanzada sobre la adopción, hasta el punto de que está contemplada la adopción abierta, que permite el vínculo con la familia biológica; está normalizada la adopción para parejas del mismo sexo y fue el primer país europeo y el segundo del mundo con mayor número de adopciones internacionales a principios del siglo XXI —más de 5.000 anuales— hasta el punto de convertirse en un fenómeno demográfico, por ejemplo, la generación de niñas chinas», explica Baelo.

El profesor, que encontró en la Biblioteca Azcárate documentación insólita sobre la adopción que le han servido para recorrer su historia en España a lo largo del siglo. Baelo, que en su tesis doctoral profundiza también sobre la adopción antes, durante y después de la Guerra Civil en España, encontró el caso de una familia que adoptó porque «daba puntos para obtener una estanco».

En esta época se produce una «instrumentalización política e ideológica de la adopción y del prohijamiento con afán correctivo, doctrinario y punitivo de los vencedores hacia los vencidos», señala Baelo en su tesis doctoral que se hizo de la adopción por el bando sublevado, con las teorías eugenésicas de Vallejo Nájera, y del elevado número de criaturas que quedaron al albur del Auxilio Social tras la guerra —entre 1941 y 1958 se cuentan 257.328 expósitos—. «El Dr. Vallejo Nágera consideraba lícita la retirada formal de la custodia y tutela de los hijos de los ‘anti-España’ y su entrega a ‘patrióticos matrimonios’», señala. Desde 1958, la adopción es irrevocable y se amplía de 15 a 18 años la diferencia de edad entre los adoptados y los adoptantes. Y es que en el pasado, esta institución también se usó de «consuelo para los ancianos», como ilustra con una viñeta de los años 30.

En los últimos años, las adopciones internacionales se han complicado y las nacionales son escasas. Y ha aflorado una nueva realidad que no tiene cabida en la legislación española. El caso más mediático, la ‘hijanieta’ Ana Obregón, concebida por una mujer en Estados Unidos inseminada supuestamente con el semen congelado del hijo fallecido de la artista.

Baelo subraya que «Ana Obregón actuó según derecho porque lo hizo en un lugar donde es legal». El experto reconoce que pese a la prohibición de este método en España, «es nulo de pleno derecho», una Instrucción de la Dirección General de los Registros y del Notariado (2010) regula el régimen registral de la filiación de los nacidos mediante gestación por sustitución. «Se hace en atención al interés superior del menor. Cuando llegan a España con un niño, de países con convenios de filiación, ¿qué hacemos con ellos? No podemos meterlos en una institución», apunta.

«Más de 2.000 familias en España han recurrido a la gestación subrogada en otros países donde está permitida para tener un hijo biológico y no se trata solo de parejas homosexuales», afirma. Ante esta situación, el experto defiende que se aborde en España la gestación subrogada. «Necesitamos un debate sosegado sobre esta cuestión», puntualiza.

Manuel Baelo admite que la gestación subrogada «implica un problema ético de mercantilización del cuerpo de la mujer», pero frente a los países que lo gestionan mediante cuantiosas cifras —Estados Unidos o Ucrania— contrapone el modelo canadiense de «gestación subrogada altruista».

Un tema, el económico, del que apunta no está exenta la adopción. «Los dos países donde más se han realizado adopciones internacionales (Rusia y China) son dos grandes potencias económicas, y en el caso de China son mayoritariamente niñas porque estaba en vigor la política del hijo único y supuso una fuente de entrada de divisas», añade al citar el libro The Baby Business: How Money, Science, and Politics Drive the Commerce of Conception, de Deborah L. Spar.

«El caso de Ana Obregón ha rizado el rizo», añade al señalar, en base a las confesiones de la actriz, que se inscribirá como hija la criatura que en realidad es su nieta. El semen de su hijo congelado, en España, sólo podía usarse en el primer año postmortem por su pareja.

«Lo que ha pasado con este caso es la voz de alarma de que debemos regular porque estamos ante un gran dilema ético y moral y entran en juego muchas sensibilidades», subraya.