HEREDEROS DE LA INMENSA FORTUNA DE BERLUSCONI
El conglomerado del empresario y político italiano se lo dividirán ahora sus cinco hijos
Ha sido el protagonista indiscutible de la política, los negocios, el fútbol, la justicia y la cultura popular de Italia durante los últimos cuarenta años. Con el fallecimiento el lunes de Silvio Berlusconi a los 86 años desaparece el italiano más influyente de las últimas décadas: triunfador en los negocios, cuatro veces primer ministro, magnate de los medios de comunicación, ganador de cinco Copas de Europa de fútbol como presidente del AC Milan, seductor universal, incluso de menores de edad, y persona «más perseguida por la magistratura de todas las épocas y de toda la historia de los hombres en todo el mundo», como solía decir para defenderse de sus múltiples problemas judiciales.
Uno de los grandes lunares del magnate venía por el origen de su fortuna. Aunque siempre se presentó como un hombre hecho a sí mismo, que comenzó vendiendo aspiradoras y cantando en los cruceros para llegar a construir un imperio multimillonario, nunca consiguió despejar del todo las dudas acerca de un posible apoyo de la Mafia en sus inicios. Estas sospechas estaban motivadas por la condena que le cayó a Marcello Dell’Utri, durante años su mano derecha, por su relación con la Cosa Nostra siciliana, aunque luego fue absuelto.
Su fortuna, valorada en 6.700 millones de euros según la revista ‘Forbes’ que le convertía en una de las personas más ricas de Italia, se la repartirán ahora sus cinco hijos. Los dos mayores, Marina y Piersilvio, fruto de su primer matrimonio con Carla Elvira Lucia dall’Oglio, y los otros tres hijos, Barbara, Eleonora y Luigi, que tuvo con Verónica Lario, de la que se divorció en 2014 después de que la mujer se hartara de sus ‘bunga bunga’.
Entre las propiedades que tendrán ahora que repartirse destacan la Villa San Martino de Arcore y Villa Certosa, la magnífica mansión valorada en 259 millones de euros y situada en la zona más exclusiva de la costa de Cerdeña. Villa Certosa habría sido una de las casas donde celebraba aquellas célebres fiestas eróticas. También poseía diversas propiedades más en otros lugares de verano exclusivos, como Cannes, además de una gran cantidad de inversiones inmobiliarias valoradas en unos 500 millones de euros. El magnate, además, controlaba una parte del accionariado del banco Mediolanum, obras de arte y otras propiedades. Desde Fininvest se subraya que en la gestión de este colosal patrimonio habrá una «absoluta continuidad» pese al fallecimiento de Berlusconi.
Marina Elvira, la hija mayor, es la digna sucesora de su padre en los negocios y la política y así lo ha afirmado públicamente. Cuando tenía 30 años, Berlusconi la nombró vicepresidenta del holding Fininvest, el grupo que aglutina la mayoría de las empresas audiovisuales de Berlusconi. La revista ‘Forbes’ la incluyó en la lista de las 100 mujeres de negocios más poderosas. Está casada con Maurizio Vanadia, que fue primer bailarín del Teatro alla Scala, y tiene dos hijos. A sus 57 años, en el mundo empresarial tiene fama de tener una voluntad de hierro y ser una jefa muy exigente. De ella partió la idea de vender el club de fútbol AC Milán.
Pier Silvio, el segundo hijo, es el actual presidente de Mediaset y hermano de Marina Elvira. Comenzó su carrera elaborando programas de televisión para los jóvenes. Mantiene una relación desde hace más de diez años con la presentadora Silvia Toffanin, con la que es padre de dos hijos. Tiene otra hija fruto de una relación previa. Ha estado implicado en los casos de fraude y evasión fiscal de su padre, motivo por el cual es el más conocido de todos los hijos de Berlusconi.
Cuando se separó de Carla Elvira Dall’Oglio, Berlusconi se casó con la actriz Veronica Lario, con la que tuvo a sus tres hijos pequeños, y de la que se divorció en 2011. Bárbara, exdirectiva del equipo del Milán, ha estado ligada a las inversiones en fútbol de su padre. Separada, tiene cuatro hijos. Eleonora estudió Administración de Empresas en Nueva York y es la encargada de las causas benéficas. La más discreta de los hijos de Berlusconi es amante de la moda, vive en Londres y tiene tres hijos con el modelo Guy Binns. Es la única que no tiene cargo directivo. Y el pequeño del clan, Luigi, licenciado en Economía, enseguida entró a formar parte del conglomerado familiar: nada más cumplir los 18 años. De él decía su padre que «es inteligente, humilde, respetuoso y se hace querer por la gente».
En 2022, Berlusconi celebró una boda simbólica con su última pareja, Marta Fascina, política del partido de Berlusconi y 54 años menor que él. «La relación de amor, estima y respeto que me une a la señora Marta Fascina es tan profunda y sólida que no hay necesidad de formalizarla con matrimonio», explicaba entonces Berlusconi. Al enlace acudieron cuatro de sus cinco hijos, a excepción de Piersilvio, que se ausentó por covid. «Estoy feliz de tener a mis seres queridos aquí conmigo en este día», declaró el veterano líder conservador.
La herencia no peligra, ya que las uniones de hecho no están reconocidas en la jurisdicción italiana, aunque el testador sí puede hacer testamento a favor de su pareja. Por eso podría ocurrir que Marta Fascina heredara parte de su emporio.
El exCavaliere, un título que perdió en 2014 tras ser condenado el año anterior por fraude fiscal, deja además huérfano de liderazgo a su partido, Forza Italia (FI), una de las agrupaciones políticas que sostienen al actual Gobierno conservador liderado por Giorgia Meloni. Nacida para ocupar el vacío de poder que dejó el escándalo de corrupción de ‘Tangentopoli’ en los años 90 del siglo pasado, que acabó llevándose por delante a la Democracia Cristiana y al Partido Socialista, FI ha sido durante años la formación hegemónica del centroderecha italiano hasta verse adelantada estos últimos tiempos por sus socios del bloque conservador, la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia, el partido de Giorgia Meloni.