Diario de León

El Hospicio de León renace de los escombros

El Padre Isla rescata del olvido a expósitos y presos republicanos

Grupo de alumnas y alumnos del IES Padre Isla con las autoridades y profesorado frente al memorial del Hospicio de León en su inauguración. FERNANDO OTERO

Grupo de alumnas y alumnos del IES Padre Isla con las autoridades y profesorado frente al memorial del Hospicio de León en su inauguración. FERNANDO OTERO

León

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El Hospicio de León quedó huérfano a mediados del siglo XX. Primero se fueron los niños y niñas. En 1956 los trasladaron a la moderna Ciudad Residencial Infantil San Cayetano . Se llevaron el nombre y algunas piedras. En 1964 entró la piqueta y la destrucción del edificio no paró hasta tres años después.

Empezaron a levantarse por entonces el Edificio Fierro, actual Instituto Leonés de Cultura, la Biblioteca Pública de León y el Conservatorio. A la manzana cultural de la Diputación provincial se añadiría, ya en los años 80, el nuevo edificio de Correos, una obra del arquitecto Alejandro de la Sota.

En medio quedó un solar que durante décadas se ha destinado a aparcamiento y contra una de sus paredes, la escombrera con las últimas piedras del Hospicio de León. De ahí se rescató hace poco más de una década la pila bautismal en la que recibieron las aguas de cristianización más de 30.000 niños y niñas abandonados que fueron recogidos en la inclusa leonesa.

Un grupo de adolescentes, de casi la misma edad que los huérfanos que salían formados para algún oficio sencillo tras pasar la infancia entre sus paredes, son los protagonistas de que la historia del Hospicio de León salga  del cajón del olvido de la ciudad. Un gesto y una gesta de la memoria que, casualmente, coincide con el 230 aniversario de la finalización del edificio. 

El acontecimiento, que este miércoles atrajo a políticos y periodistas al lugar resignificado, es producto de un proceso de investigación, aprendizaje e intercambio con otros estudiantes de Alemania, Italia, Portugal y España. El Erasmus+. Historical places build relations ha propiciado que la ciudad recupere un trozo de su historia perdida en un memorial con doble significado. 

El hito, una piedra rescatada de la escombrera del parking de Santa Nonia, recuerda a los más de 50.000 niños y niñas huérfanos que fueron acogidos en sus 160 años de historia y a las personas que fueron privadas de libertad cuando, en 1936, durante la Guerra Civil, fue convertido en uno de los campos de concentración satélites de San Marcos.

«Es el fruto de un trabajo de equipo, inclusión, tolerancia y respeto» y «una idea que se ha convertido en realidad», enfatizó en el acto inaugural la profesora Ana Isabel Martínez Fernández, coordinadora del Erasmus+.

Situado en el jardín de Correos, en la zona de San Francisco, el memorial marca el punto en el que se encontraba la portada meridional del hospicio hasta su derribo en 1967. 

De entre las ruinas se ha rescatado la piedra ahora abrazada por una estructura metálica y por la placa que dice: «Igual que esta piedra olvidada, perteneciente al antiguo Hospicio de León, rescatamos aquí la memoria de este edificio singular construido en 1793 y derribado en 1967».

La placa continúa: «En su historia conviven las luces de una institución que permitió rescatar a cientos de niños de la calle, alejándoles de la mendicidad y proporcionándoles un oficio, y las sombras con su uso como campo de concentración para los presos republicanos durante la Guerra Civil».

Un código QR ofrece información adicional sobre otros proyectos desarrollados por los centros participantes en el Erasmus+ Historical places build relations. La idea de sacar del olvido al Hospicio de León fue presentada en Braga por el equipo Erasmus+  ante Portugal, Alemania e Italia, los otros participantes.

«Hemos investigado diferentes aspectos de la Guerra Civil  española, aunque como trabajamos con otros países también hemos conocido parte de su historia», explica Sara Álvarez Robles, alumna de 4º de ESO. 

«Nos centramos en monumentos y edificios que casi nos olvidamos de ellos porque mucha no los conoce o no sabe de su historia para darles voz por primera vez y que no se vuelvan a olvidar nunca más», añade. 

Esta estudiante, como el resto de participantes en el Erasmus+, desconocía por completo la existencia del hospicio en este lugar del que se ha convertido en una de las madrinas de su renacimiento en la memoria de la ciudad. 

«Me ha servido para conocer culturas nuevas y una parte de la historia de España, que desconocía porque soy de otro país», comenta Sahed, alumna de origen sirio que llegó a León con su familia huyendo de la guerra en su país. «Es un valioso recuerdo de León», afirma otro alumno, Alejandro Valiente Baños. 

Historical places build relations trabajó primero en la historia romana de cada uno de los lugares participantes y en una segunda fase cada una de las ciudades eligió un lugar olvidado «para que las generaciones nuevas sepan la historia y lo recuerden», señala la profesora Ana Isabel Martínez. Otra parte del proyecto consistía en indagar sobre cómo se conmemora a las víctimas. En las dos ciudades españolas participantes, León y Mutriku (Guipúzcoa), se investigaron los lugares de memoria de la Guerra Civil como San Marcos en León y la cárcel de mujeres de Saturrarán en la provincia vasca. En Gaggenau, Alemania, se centraron en las calles de barrios judíos en recuerdo del Holocausto; en Giugliano (Italia), en las víctimas del fascismo, y en Portugal (Braga y Carregal do Sal) indagaron en las políticas de memoria del país luso.

«Visitamos los memoriales que hay en San Marcos, en el Museo de León y en Puente Castro, y nos fijamos en el colegio Ponce de León, que también fue cárcel durante la Guerra Civil», apunta la profesora. Las piedras que se conservan del Hospicio de León fueron el elemento que decantó la votación a favor de erigir un memorial de este edificio y las funciones que cumplió. «Estaban abandonadas en un párking, cubiertas ya de verdín y representaba de verdad el lugar olvidado».

El IES Padre Isla inició las gestiones con el Instituto Leonés de Cultura (ILC) para rescatar una de esas piedras y transformarla en memoria viva de la ciudad con la colaboración del Centro de los Oficios del Ayuntamiento de León.

El alcalde en funciones de León, José Antonio Diez, afirmó en el acto inaugural que «el Hospicio desapareció sin dejar huella ni vestigio. Ahora se repara ese olvido y se recuerdan siglos de  un servicio asistencial imprescindible para niños y niñas sin familia». El diputado provincial de Cultura, Pablo López Presa, dio las gracias al instituto por «poner la mirada en nuestra historia, porque el Hospicio de León es historia de León y sobre todo de la Diputación», remarcó. Una historia recuperada del escombro del olvido.

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