Tres diáconos y presbítero, regalo de San Juan Bautista
El obispo ordena a los nuevos clérigos en la Catedral y
El obispo de León, Luis Ángel de las Heras, ha ordenado este sábado a un nuevo presbítero y a tres diáconos, a quienes ha animado a «ser cada día mejores servidores y pastores para descubrir a otros el nacimiento de los ríos de la alegría». La celebración ayer de la solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista está siendo «un día de alegría» para toda la Iglesia de León que ha tenido su epicentro en la Catedral con la solemne eucaristía que ha presidido el obispo y en el transcurso de la cual ha conferido el sacramento del Orden en el grado del presbiterado al seminarista Raymon Acosta Dominici, del Seminario Redemptoris Mater ‘Virgen del Camino’, y en el grado del diaconado a los también seminaristas Javier Eduardo Cortés Torres, del Seminario Conciliar ‘San Froilán, y Luis Alfredo García Montero, del Seminario Redemptoris Mater ‘Virgen del Camino’, además de Miguel M. Lescún Lage como diácono permanente. Ante una Catedral donde se ha concentrado un numeroso grupo de fieles, con presencia del obispo emérito Julián López, y con la compañía de un grupo de sacerdotes de Filipinas de peregrinación por España con motivo de la conmemoración del 500 aniversario del inicio de la evangelización en Asia, los cuatro ordenandos han encabezado la peregrinación de entrada por el templo catedralicio y han ido completando todo el ritual de ordenación hasta recibir las Sagradas Escrituras como símbolo en el caso de los nuevos diáconos, y el cáliz y la patena como símbolo del nuevo presbítero.
El obispo ha destacado la unión del nuevo presbítero y de los tres nuevos diáconos a sus respectivas comunidades y familias, hoy presentes en el primer templo diocesano, y ha comenzado su homilía con la expresión de una acción de gracias «porque el Señor os ha llamado a ser servidores de la alegría de Jesucristo y del Evangelio que vosotros debéis vivir primero» para «ser hombres según el corazón del Señor y para que realicéis su voluntad, no la vuestra». «No os conforméis como diáconos y presbítero con mediocridades; aspirad a ser cada día mejores servidores y pastores», afirmó el obispo.