cartas al director
c Jesús García Valbuena titula su carta ‘Calle Padre Isla. Existe otro pensamiento’: «Los que no gritamos ni manipulamos, también tenemos derecho a que se nos escuche. Vaya por delante que ésta es una carta que solo quiere poner de manifiesto el sentir de muchos vecinos (muchos) del final de la calle Padre Isla que no queremos que se nos utilice por intereses de sobra conocidos, por personas perfectamente identificables que han montado una guerra absolutamente artificial en aras de unos presuntos intereses y derechos ciudadanos que, traídos al momento que nos toca vivir, son, como mínimo extemporáneos, por no hablar de ridículos y tendenciosos. Y lo que realmente ocultan detrás estos movimientos son unas inquietudes definitivamente personales que prefieren mantener una situación como la que existía anteriormente más parecida a una calle del Bronx donde el elemento fundamental, el elemento central es el coche en todas sus vertientes negativas como factor contrapuesto y de confrontación al ser humano. Contaminación, ruido, invasión de los espacios para las personas, desorden…
Por otro lado, pero a mayor abundamiento, sabemos de sobra los que aquí vivimos, que si se hacía, a cualquier hora del día o de la noche, un recuento de la titularidad, o mejor dicho la residencia de los propietarios de los coches que aquí aparcaban, más de la mitad, repito, más de la mitad no eran vecinos o residentes de la calle.
Hemos vivido durante muchos años en un aparcamiento que, encima, no era nuestro ni para nosotros, y ahora que se pretende humanizado esta calle, se ha montado por parte de un grupúsculo de interesados no residentes, acompañados de algunos vecinos para los que la calidad de vida significa, no desenvolverse en un espacio más agradable, grato o humano, si no, tener el coche a pie de portal.
Hablar, como se ha dejado escrito en algún seudopanfleto absolutamente tendencioso, que el volver a permitir el aparcar en batería en toda la calle facilita la conciliación familiar o que para qué se van a colocar árboles si está muy cerca un parque y la zona del río, no tengo muy claro, no sé si es un elemento que tiene que ver con el coeficiente intelectual o con el grado de dureza de la cara del que lo escribe.
Al Ayuntamiento le corresponde tomar una decisión. Pero tenga en cuenta que, como casi siempre, hay una mayoría silenciosa que no grita, que no manipula, pero que existe y que tiene derecho a que sus intereses relacionados con la mejora de su calidad de vida, sean defendidos por sus representantes.
Por otro lado, el invertir más de un millón de euros buscando la transformación de ciertos espacios como es esta calle, en espacios más habitables para que, al final, el resultado sea igual al que se intenta superar y cambiar no tendría mucho sentido».
c Ana Belén Álvarez García anuncia sus ‘Felicitaciones a Javier Rodríguez’: «La Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León tiene suerte, ya que el día 2 de junio Javier Rodríguez tomó posesión como decano. Fue mi profesor de Historia Contemporánea y he de añadir que la asignatura de Historia me ha dado más ‘guerras’ que ‘tiempos de paz’. Pero Javier explicaba las lecciones de forma muy amena y de vez en cuando las complementaba con vídeos, por lo que sus clases se convertían en una excursión al conocimiento. La mejor cualidad de Javier es que, además de ser un gran profesor, es una excelente persona. Por ello, las humanidades encontrarán buena mar con un capitán como él llevando el timón del barco. ¡Enhorabuena, Javier!».
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