Tiempo para las personas
El Centro de Rehabilitación Psicosocial San Juan de Dios supera los mil usuarios
ana gaitero
LEÓN
Miguel Yugueros Alonso (León, 1969) es licenciado en Psicología por la Universidad de Salamanca (1993), una carrera que eligió motivado por «ayudar a los demás en momentos bajos o difíciles de la vida». Su entrada en la profesión coincidió con la puesta en práctica de la reforma psiquiátrica en León y empezó a trabajar con Alfaem, hoy Asociación Salud Mental León.
La reforma psiquiátrica suponía acabar con el concepto de manicomio como institución cerrada, crear una red asistencial integrada en la comunidad y pública. El Centro de Rehabilitación Psicosocial (CRPS) del Hospital San Juan de Dios de León abrió en enero de 2001 como un dispositivo concertado con la red pública de salud mental.
Yugueros empezó a trabajar en este centro desde el primer momento. Desde entonces más de un millar de pacientes derivados desde diferentes dispositivos de la red —Hospital de Día Psiquiátrico, Unidad de Rehabilitación, la Unidad de Hospitalización o los equipos de salud mental— han pasado por este centro de día. Todos los participantes ingresan voluntariamente en un programa que se prolonga durante diez u 11 meses. La rehabilitación psicosocial es como un entrenamiento para el retorno a la vida normalizada después de episodios agudos. Cada persona tiene su plan individual de rehabilitación que se desarrolla de lunes a viernes en actividades grupales o de forma individual. «Siempre se busca que cuando demos el alta haya una continuidad a recursos lo más normalizados posibles», explica Yugueros. El centro está en una zona céntrica de la ciudad, la plaza de San Salvador del Nido, y busca vincular a las personas en rehabilitación psicosocial con espacios vecinos y normalizados para facilitar la integración y la erradicación del estigma social.
Entre 18 y 65 años, las personas que participan en el programa son de perfiles muy variopintos. Desde padres de familia a personas solas, jóvenes que han interrumpido su actividad laboral o académica. El año pasado fueron atendidas 6 personas menores de 29 años; 4 entre 30 y 39 años; 6 entre 40 y 49 años y 15 mayores de 50 años. Se dieron 13 altas terapéuticas, cinco voluntarias, dos por derivación, una por expulsión y dos por otros motivos. El seguimiento que este centro hace de las personas una vez que reciben el alta le ha hecho merecedor de una acreditación de calidad, la certificación ISO 9001 que acaba de cumplir su veinte aniversario.
«Hacemos un programa de seguimiento con aquellas personas que lo quieren para darles apoyo cuando lo necesitan para ingresar en un recurso, pueden hablar con nosotros y tener ayuda u orientación», explica el psicólogo.
«Intentamos que todo lo que han avanzado en el tiempo que han estado aquí no se pierda en unas semanas o unos meses porque la propia enfermedad lleva a que las personas tiendan a encerrarse o quedarse en casa, caer en la apatía o la desgana», precisa.
El certificado de calidad implica que cada seis meses se toman indicadores de estos usuarios para anotar si están en otro recurso o se mantienen gracias al programa de seguimiento.
Talleres de fotografía, escritura, arte natural, el proyecto de Fanzimental en colaboración con el Musac y un nuevo proyecto de pintura, así como un torneo de futbito son algunas de las actividades junto con concursos de relatos o fotografía en colaboración con entidades o autores leoneses y actividades conjuntas con otros dispositivos de la red de salud mental. Pero, sobre todo, el CRPS ofrece «tiempo para conocernos, para escuchar, para que hablen...». Es lo que más valoran los pacientes. Profesionalmente, para Miguel Yugueros «conocer a cada paciente es un aprendizaje diario y te da muchas sorpresas». Yugueros se doctoró en 2010 en la Universidad de León con una tesis sobre rasgos de personalidad, procesos cognitivos e ideación mágica en la esquizofrenia.