Diario de León

«Debería haber un Centro de Hemoterapia en León, Salamanca o Burgos, además del de Valladolid»

ramiro

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León

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ana gaitero

LEÓN

—Con las vacaciones de verano. ¿Bajan las necesidades de donación de sangre?

—Pues no, no solo no disminuyen las necesidades, sino que se mantienen, incluso aumentan por las enfermedades estacionales. (hemorragias, accidentes, etc.)

—¿Qué estrategias tiene la Hermandad de Donantes de León para mantener el nivel de donación teniendo en cuenta los movimientos estivales?

—Para compensar la menor afluencia de los donantes que se desplazan de sus lugares de residencia habitual, ponemos en marcha nuevas colectas con el fin de que el equipo médico del Centro de Hemoterapia pueda llevar a cabo su función con normalidad. Fomentamos los maratones y reforzamos nuestra actividad con campañas específicas como la actual Olimpiada Roja que cada verano sirve para recordar este problema y así equilibrar y garantizar la cobertura de todas las necesidades.

—¿Se aumenta el dispositivo de la unidad móvil en las zonas rurales teniendo en cuenta la mayor afluencia de veraneantes y traslados a segundas residencias?

—Allí donde es posible sí, pero como sabes la población en León está muy diseminada en pequeños pueblos que, aunque aumenten algo la población en verano, no es lo suficiente para desplazar al equipo médico. Sí se hace en las poblaciones medias y grandes, por supuesto.

—Una de las necesidades más acuciantes es la donación de plasma. ¿Por qué es tan necesario?

—En efecto, el plasma es un componente de la sangre (el 55% de su volumen), que tiene la cualidad de poder ser utilizado en grandes quemados, hemorragias y reponer el volumen sanguíneo, pero esto representa un 8 o un 10% del consumo, lo más importante del plasma y del que en toda Europa somos deficitarios, se emplea para la obtención de medicamentos, cuya fabricación está en manos de las multinacionales y por tanto privadas. Multinacionales que, al no disponer de plasma procedente de donantes altruistas, lo compran en países como EEUU. Lo ideal es que cada país fuera autosuficiente en plasma donado por los donantes altruistas, pero es algo conocido desde hace décadas y poco o nada se ha hecho para solventar este grave problema. Ahora la UE ha puesto en marcha un programa denominado SUPPLY que tiene por finalidad el que cada país se autoabastezca con plasma autóctono y no depender de las importaciones de plasma no altruista. En España, por ejemplo, se necesita algo más de un millón de litros al año y solo de obtienen unos cuatrocientos mil, por lo que el déficit se acerca a los setecientos mil litros. Conseguir este objetivo es muy complejo y se necesitan no solo campañas informativas sino medios técnicos, fijos y móviles que los Centros de Transfusión tienen que poner rápidamente en escena. Los medicamentos que se obtienen del plasma son las inmunoglobulinas, albumina, factores de coagulación, etc. Insisto, un problema muy grave que bien por intereses de las multinacionales o por dejadez de los ministerios de sanidad de toda Europa, está sin resolver.

—¿Qué diferencia hay entre donar sangre y donar plasma?

—Bueno, el acto de la donación es muy similar, es cierto que una donación de sangre completa puede duran poco más de diez minutos y una de plasma de treinta y cinco a cuarenta y cinco. En este caso la sangre completa llega a una máquina que discrimina y se queda con el plasma, y reenvía los demás componentes de nuevo al donante. Este tipo de donación se denomina plasmaféresis.

—¿Cuántas personas donan sangre y cuántas plasma en León? ¿Está la provincia en niveles óptimos de donación?

—Pues el pasado año hubo en León 850 donantes de plasma y algo más de 8000 de sangre completa. Entre ambos tipos de donantes se obtuvieron 12.944 donaciones

—La Hermandad supera ya el medio siglo. ¿Cuáles son los retos actuales?

—El reto principal sigue siendo el plasma como te comenté antes, pero no está en nuestras manos solucionarlo. La Hermandad de Donantes de Sangre de León aportó esas 12.944 donaciones el pasado año que es aceptable para nuestras circunstancias, dadas las características poblacionales de nuestra Área de Salud. Con esta aportación y con un buen crecimiento cubrimos más de las necesidades propias, pero obviamente lo importante es que, tanto a nivel autonómico como nacional, se mantenga ese autoabastecimiento.

—Por refrescar la importancia de donar. ¿Cuántas vidas se salvan gracias a esta acción altruista?

—En términos globales de ámbito nacional, se obtienen cada año, para llegar a ese autoabastecimiento, un millón setecientas mil donaciones. ¡¡Con ellas se salva la vida de ochenta personas cada día y se recupera la salud de otras cuatrocientas!!

—Además, hay tratamientos en los que es imprescindible la sangre.

—Por supuesto, muchísimos, unos ligados a la sangre completa (quemaduras, hemorragias, trasplantes de órganos, déficits de todo tipo y oncología sobre todo (un 34% de toda la sangre se consume en oncología, algo que apenas se conoce) y otros tratamientos vinculados a los derivados del plasma como las inmunodeficiencias, trombocitopenias y muchas otras patologías. Decir por ejemplo que más de treinta mil españoles viven pendientes de los tratamientos de albúmina

—La centralización de la hemodonación en Valladolid. ¿Qué ventajas e inconvenientes ha supuesto para León?

—La centralización en los llamados Centros de Transfusión se acomodó a la configuración de las CCAA, (uno por autonomía, salvo en Andalucía que hay cinco y en Valencia tres) en nuestro caso, por la enorme extensión, debería haberse contemplado de otra manera para que, por lo menos en León y Salamanca o Burgos, dispusieran de Áreas o Centros propios. De todos modos, con una colaboración que debiera ser más realista y efectiva entre el Centro y las Hermandades, recordando aquél que son éstas quienes se lo hemos dado todo y seguimos dando lo fundamental que es la sangre de unos donantes que reciben de buen grado nuestros mensajes, no solo los que reciben por SMS desde el Centro, todo, menos la parte técnica y profesional médica, que para eso está el Centro. Puntualmente y de forma unilateral, desde la pandemia dejaron de darnos los datos de las donaciones mensualmente como siempre ha sido, con la excusa de la protección de datos, olvidándose que esos datos ya se los dimos nosotros a ellos ¡¡para que arrancaran!! lo que nos crea un problema a la hora de compensar a los donantes con sus distinciones, una forma grata de reconocer y fomentar la donación. En fin, cosas de la administración que a veces parece que está para lo contrario de lo que debiera.

—En un mundo en el que todo se mercantiliza, ¿corre riesgo la donación altruista?

—Esperemos que no y seguiremos luchando para que no se mercantilice, sería un desastre, aunque en España no creo que ocurra. Veremos a ver qué pasa con el plasma ya que hay voces en Europa que son partidarias de la “compensación” a los donantes por donar plasma, a lo que nos oponemos, pero…

—¿En cuántos países está organizada la hemodonación gratuita y voluntaria? ¿En cuántos es una asignatura pendiente? ¿Hay posibilidad de que se universalice?

—De los doscientos países en números redondos que tiene el Planeta solo en 90 se lleva a cabo una hemodonación voluntaria, incluso en algunos de estos conviviendo con la donación familiar. Por supuesto desde la Organización Mundial de Donantes de Sangre (FIODS) y especialmente desde todos los países europeos es lo que perseguimos, pero la universalización que citas, está muy lejos de conseguirse.

—¿Cuáles son las recomendaciones de la OMS?

—La OMS recomienda lo que nosotros desde la FIODS y Europa recomendamos, pero nada práctico, las recomendaciones sin políticas efectivas que las sustenten, tienen poco valor.

—En este momento en que se habla tanto de inteligencia artificial y metaverso, ¿La donación de sangre podrá ser sustituida por otros componentes no humanos?

—En absoluto, ya ha habido y sigue habiendo muchas líneas de investigación, pero nada… la sangre, que es un órgano vivo, es el único elemento de la naturaleza que se permite mover por todo el organismo sin consumir oxígeno. ¿Por qué? pues porque lo lleva incorporado y solo de forma colateral se podría solucionar, pero nada… ¡¡muy lejos de esa realidad a pesar de la IA y el metaverso!! Respecto a la adecuación de órganos y sangre de procedencia no humana, siguen las investigaciones, si bien los científicos mantienen no solo prudencia sino dudas sobre el particular.

—La donación exige compromiso y presencialidad. ¿Cómo están llegando a los sectores más jóvenes de la población para mantener la llama?

—Los jóvenes siguen siendo un objetivo prioritario, como es lógico, en esta actividad solidaria. La respuesta es positiva y aceptable. El problema es cuando los jóvenes escasean, ¡¡como es nuestro caso!!

—El aumento de esperanza exige más demanda de sangre? ¿Se ha planteado ampliar la edad límite para la donación?

—Desde el movimiento asociativo se ha planteado esta posibilidad, de hecho, aunque la legislación está fijada entre 18 y 65 años, los médicos, si el donante está en condiciones, le dejan donar hasta los 70. Mi opinión es que dado el alto nivel de nuestra sanidad y también la longevidad, no estaría mal que se llegara a los 75.

—¿Cómo contempla la evolución de este último medio siglo desde que salió la primera unidad móvil a hacer colectas?

—Partir de cero en una actividad desconocida y delicada como es “hablar de sangre” fue tremendamente difícil. La Hermandades de Donantes como Asociaciones, nace entren 1965 y 1975 y su labor fue algo excepcional. Nosotros, que nacimos en 1972 con la asistencia técnica del Hospital de León, pasamos de cero a 5000 donaciones en diez años y a los 20 en 1992 ya superamos las diez mil. En 2003 cuando inicia su andadura el Centro de Hemoterapia y Hemodonación de CyL en 2003, ya obteníamos la misma cantidad que ahora, en torno a doce mil donaciones/año.

-¿Qué ha significado a nivel particular para usted todo este tiempo en la Hermandad?

—Ha sido mi vida, de verdad. Tuve la desgracia de perder a mi madre cuando solo contaba con dos años y medio. Mi padre y mis abuelos me contaban que habían «donado sangre» para mi madre. Ese impacto lo he conservado toda la vida y quizás por eso me volqué desde hace ya más de cuarenta años a colaborar activamente con esta labor. Es algo tan trascendental que, si tienes salud y conoces esa trascendencia, no hay forma más hermosa de contribuir a ayudar a los demás, a pensar en los demás.

—Ahora que volvemos a estar en campaña electoral. ¿Qué pediría a los políticos y políticas para esta actividad altruista?

—¡¡Uf!! Pues sí, les pediría que conozcan esta realidad con más rigor, que valoren al movimiento asociativo de los Donantes de Sangre y que pongan todos los medios técnicos, humanos y profesionales para que la labor de divulgación, cara a cara y dando ejemplo, de ese movimiento asociativo, sea, entre todos, eficiente y se mantenga dentro de la autosuficiencia para que, por supuesto, ¡¡nadie se muera por falta de sangre o cualquiera de sus componentes!!

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