Adiós a la mascarilla y a la crisis sanitaria
No es obligatoria en farmacias, hospitales, residencias de mayores, ambulatorios ni centros asistenciales, aunque hay recomendaciones.
El 21 de mayo de 2020 el Gobierno publicó en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la obligatoriedad de las mascarillas para reducir la transmisión comunitaria del SARS-CoV2 en espacios cerrados y en la calle siempre que no pudiera respetarse una distancia mínima de dos metros. De esa obligación quedaban exentas las personas que tuvieran alguna dificultad respiratoria. Hoy, 1.207 días después, y una vez que se publique la orden en el BOE, «la situación pasa a ser la misma que había antes del decreto de crisis, anterior a 2020» y ya no hay que llevarlas en los últimos lugares en los que todavía era obligatorio, como farmacias, hospitales, centros de salud, dentistas o residencias de mayores.
Responsablidad
El Gobierno también decreta el fin de la crisis sanitaria del coronavirus , acorde con la declaración de la OMS del pasado 5 de mayo. «El Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, de forma consensuada y con la ponencia de alertas a través de los expertos que componen la misma de cada una de las comunidades autónomas, consideraban que la Covid-19 ha sido controlada y, aunque la enfermedad sigue presente, ya no supone una situación de crisis sanitaria», apuntó do el ministro de Sanidad, José Miñones, tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros en el que se tomó la decisión.
Con la publicación del Real Decreto en el BOE —que se espera para hoy— se sella el capítulo iniciado en 2020. «Hemos acordado, tres años después, el fin de la crisis sanitaria y que decaigan todas las medidas extraordinarias, con especial atención a la obligatoriedad de la mascarilla, en aquellos espacios donde se mantenía», dijo José Manuel Miñones, ministro de Sanidad.
Tres años de alerta
El 11 de marzo de 2020, la OMS decretó la pandemia por coronavirus y el 15 de ese mismo mes el Gobierno de Pedro Sánchez anunció el Estado de Alarma. El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, desaconsejaba en ese momento, en todas sus intervenciones diarias en televisión, el uso del tapabocas. Sin embargo, el mismo día en que el BOE publicó su obligatoriedad, Simón reconoció que las recomendaciones que lanzaba estaban motivadas por la escasez de mascarillas en el mercado. De hecho, un día antes de decretarse la obligatoriedad, Simón aseguró en una de sus comparecencias que «no tiene sentido que los ciudadanos sanos usen mascarillas».
En León
La falta de material de protección puso en jaque todo el sistema sanitario en España y sacó lo mejor y lo peor de la sociedad. Una red de personas voluntarias, en su mayoría mujeres, se volcaron para coser en sus casas las primeras mascarillas que sirvieron para proteger al personal sanitario al tiempo que se inició un sistema de auténtico ‘pirateo’ entre países y comunidades autónomas para comprar, a precio de oro, el escaso material disponible para todo el mundo, lo que dejó una hilera de fraudes y estafas conocidos después como los llamados ‘casos mascarillas’ que llegaron a las fiscalías.
Uso voluntario
Las protestas por la obligatoriedad del uso del tapabocas no se hicieron esperar. Al grito de ‘libertad’ y ‘sin distanciamiento social’, los negacionistas de la pandemia salieron a la calle con pancartas y cacerolas para criticar la vulneración de sus derechos, protestas que comenzaron en todo el mundo por los confinamientos obligatorios.
Desde que comenzó la pandemia, la Consejería de Sanidad de Castilla y León ha comprado 6.434.125 mascarillas FFP2, FFP3 y quirúrgicas para los centros sanitario, según los datos publicados en la página web de la Junta de Castilla y León.
Aquí siguen
Eliminadas en lo que queda de la vida cotidiana, seguirán usándose en los mismos lugares clínicos que antes, como en los quirófanos o en sitios compartidos con personas inmunodeprimidas. Aquellos que la usen voluntariamente podrán continuar poniéndoselas en las calles o el transporte público.
El ministro recomendó, sin embargo, proseguir con la «cultura de la responsabilidad» puesto que el covid todavía provoca más de un centenar de contagios cada 15 días en la provincia de León, según los datos actualizados por la Consejería de Sanidad el pasado viernes, y ocho personas están ingresadas con el virus. Desde que comenzó la pandemia se han infectado con el virus 150.547 personas en León y otras 3.926 han fallecido.
La llegada de las vacunas dio un giro radical a la evolución de la pandemia. Desde que comenzó la campaña de vacunación en diciembre de 2020 se han administrado en la provincia 1.184.608 dosis. 397.666 personas tienen el ciclo completo —dos dosis—y 123.026 se han puesto las vacunas de refuerzo.
La pandemia irrumpió con fuerza en las residentes de personas mayores y personas con discapacidad, lugares en los que han fallecido 748 personas en la provincia. Por eso, la recomendación sanitaria es que se usen para proteger a las personas más vulnerables.