Las ovejas abrigan a los pájaros en Gordoncillo
-‘Vedijeras’ y la relación de la lana con plantas y pájaros. Las vedijas son mechones de lana que las ovejas dejan enredadas en las plantas al pastar y que numerosas especies de pájaros aprovechan para hacer sus nidos. El proyecto artístico de Susana Jiménez con el Mihacale de Gordoncillo ha proporcionado a las aves la lana que ya no encuentran debido a la decadencia de la ganadería ovina en la zona.
Las ovejas han sido un recurso importante en Gordoncillo y han dejado huella. En su ir y venir de la majada al campo y del campo a la majada, su presencia se marcaba con el sonido de las esquilas y la marca de los excrementos, cargadas con semillas que van prendiendo en los cordeles ovinos y enriquecen la biodiversidad.
La conexión de las ovejas con el entorno y otras especies es mucho más amplia que ese impacto sonoro y visual en el paisaje. Con determinadas especies de pájaros, como las garcetas, establecen una relación mutualista. «Las garcetas se suben directamente a lomos de las ovejas y les van quitando los insectos, como pulgas y garrapatas», explica la artista sonora y doctora en Filosofía Susana Jiménez Carmona. De esta manera las ovejas se desparasitan de forma natural al tiempo que servían de alimento a pájaros insectívoros.
La autora de la instalación participativa Vedijeras comenta que la relación mutualista directa entre las ovejas y los pájaros, se da también con el mundo vegetal. «Llevan semillas o envolturas de semillas que se enganchan a su lana, como el medicago», una planta de la familia de la alfalfa. Por eso esta planta, que se usaba para dar de comer a los conejos, abunda en los cordeles o veredas por los que pasan rebaños. En Gordoncillo todavía hay espacios donde se encuentra esta planta, que era frecuente atropar para dar de comer a los conejos.
Otra relación mutualista directa de las ovejas con los pájaros, en la que median las plantas, es casi producto del azar. Las ovejas van dejando a su paso lana enganchada en arbustos que los pájaros usan para hacer sus nidos. Sin embargo, la decadencia de la actividad pastoril —ya solo queda un rebaño en Gordoncillo— priva a las aves de este material que usan en el periodo de nidificación.
María Ordás, responsable del Mihacale de Gordoncillo, presentó un proyecto para una subvención europea de los Fondos Next Generation para actividades culturales cuando se incorporó al puesto. Se propuso usar el dinero con alguna actividad que guardara conexión con proyectos en marcha en el municipio, como las rutas ornitológicas y el coto de caza reconvertido en coto fotográfico en una Zona de Especial Protección para las Aves (Zepa), junto con la tradición ganadera de ovino en el pueblo. Buscó proyectos artísticos relacionados y encontró los trabajos desarrollados por la artista sonora Susana Jiménez con el mundo del pastoreo. Tras la prospección del territorio y, en particular de la cañada que atraviesa Gordoncillo, la artista propuso realizar husos con ramas de las vides de las viñas, de los majuelos que tan ligados están a la identidad local y ofrecer a los pájaros las vedijas para que construyeran sus nidos.
El sonido del paisaje
La artista sonora Susana Jiménez grabó los espacios antes y después de la nidificación
Vedijeras se desarrolló dentro de la programación Conexión Primavera, coincidiendo con el ciclo de anidamiento y cría de los pájaros y que coincide con los meses de la primavera. Marzo nidarzo, abril hueveril y mayo pajarayo, como dice el refrán popular en la zona. Mediante talleres, acciones y grabaciones rastrearon qué aves utilizan las vedijas en los nidos, como los abejarucos, una de las especies más singulares de la comarca, llamativas por su plumaje colorido.
Los husos se realizaron con la participación del pueblo y otras personas que se acercaron al museo con ramas caídas y restos de las podas que se realizan en la viña en los meses de invierno. En un primer taller se preparó la madera y en el segundo se añadió la lana, primero separada con las manos (un proceso que se llama carmenar) y luego cardada. Con la lana enroscada alrededor de la rama, los colocaron en 21 puntos que componen la instalación site specific para que los pájaros las pudieran usar para hacer sus nidos durante otra acción colaborativa que se llamó Paseo Vedijero a finales de marzo y en el que también participó Manuel A. González, doctor en Biología y experto en ornitología.
Funcionó. No se saben cuántos. Pero varios nidos han sido identificados con las vedijas y la mayoría de los husos tienen huellas de que las lanas fueron desprendidas. Las ovejas dieron abrigo a una nueva generación de pájaros en Gordoncillo en esta singular obra que fue explicada al alumnado del colegio de Valderas.
Durante la temporada de anidamiento, fueron localizados varios ejemplares en los que el padre y la madre pájaros usaron la lana, que ofrece calor e impermeabiliza el habitáculo. Jilgueros, verderones, pájaros moscones son conocidos por anidar en bolsas tejidas con la lana que suelen ocultar. Las oropéndolas fabrican nidos gigantes en los que también usan la lana.
Tradición
Gordoncillo es un pueblo que tiene una importante huella de la actividad ganadera ovina
Con esta acción se dio a los pájaros la oportunidad de contar con un material que posiblemente usan desde el Neolítico, época a la que se remonta el pastoreo, a la vez que se visibiliza «el importante vínculo entre la presencia de ganado ovino en extensivo, incluido el trashumante, y los pájaros». explica la artista cordobesa afincada en Zamora tras abandonar Madrid.
Por Gordoncillo pasa la colada de Zamora y la Vereda de La Unión, dos vías pecuarias que salen de las cañadas principales como conexiones para la trashumancia. Además, durante todo el año había ganado en el pueblo que salía al campo.
«Que las ovejas no pasen afecta a estas plantas y se produce un desequilibrio», añade la creadora de Vedijeras . La obra es también una «mirada hacia la pérdida de la relación entre las plantas, los pájaros y las ovejas», algo que solo se podría remediar con más rebaños y pastores que las cuiden. También quisieron hacer una reivindicación de las labores que las mujeres realizaban con la lana de las ovejas. «Eran las mujeres las que lavaban y preparaban la lana, un trabajo muy duro que ahora se está reivindicando como práctica más respetuosa y ecológica», explica la artista.
La puesta en valor de la lana es otra de las dimensiones de la instalación Vedijeras . Para los ganaderos españoles, salvo casos excepcionales con las merinas, la lana ha dejado de tener interés por el bajo precio. A veces es más caro esquilar al ganado que el precio que se consigue por los vellones.
Para tejer los nidos
Las vedijas son los mechones de lana que las ovejas dejan prendidos en las plantas y usan las aves
Además, a efectos de comercialización la lana lo tiene difícil al ser considerado un residuo ganadero y no una materia prima que alcanza relevancia y alta cotización en muchos países europeos para la industria textil más moderna y ecológica.
En el taller que se realizó para enroscar la lana a los husos se usaron vedijas que proporcionó la artista previamente lavadas y cardadas. «No se puso a nadie en contacto directo con la lana sin tratar», apunta Susana Jiménez Carmona, que recuerda que al menos desde época romana se reguló cómo, cuándo y dónde se podía lavar la lana de las ovejas.
Actualmente, Marruecos es uno de los países donde más se lava debido a que las normas ambientales no están tan avanzadas como en Europa. «Lavar lana en mucha cantidad es muy contaminante porque tiene mucha grasa», precisa.
En la península quedan muy pocos lavaderos de lana, sobre todo en Portugal que no ha prescindido de forma tan radical como en España de su industria textil autóctona.
Vedijeras tiene una parte de arte sonoro. La artista grabó en las zonas donde se colocaron los husos en marzo y en junio para detectar la diferencia entre antes y después del nacimiento de los pájaros. «No es un seguimiento científico, es una acción poética. para que fuera un estudio tendría que hacerlo durante años», precisa.
El regalo de las vedijas a los pájaros ha facilitado que en 2023 los pájaros hayan hecho sus nidos a la antigua usanza, en lugar de usar colillas o plásticos para poder anidar. O extinguirse como le ocurriría al quebrantahuesos, un pájaro que no anida si no encuentra lana. En el sur de León no hay esta singular especie de ave, pero sí los abejarucos, jilgueros y carboneros picapinos que han tenido un hogar más confortable gracias a Vedijeras .