El descubrimiento de nuevos felinos en África arroja luz sobre los homínidos
Los resultados del trabajo, del que es autor principal el paleontólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Alberto Valenciano, sugieren que la distribución de los «dientes de sable» en el África antigua pudo haber sido muy diferente de lo que se creía hasta ahora. Aquellos grandes felinos depredadores de largos dientes vagaban por África hace entre 7 y 5 millones de años, cuando empezaron a evolucionar los homínidos hacia el bipedismo. Investigadores de varios centros y universidades del varios países han analizado una de las mayores colecciones mundiales de fósiles del Mioceno superior y el Plioceno, la localizada en Langebaanweg, al norte de Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y han descrito dos nuevas especies de aquellos «dientes de sable» y presentado el primer árbol genealógico de estos animales en la región.
Los científicos han descrito cuatro especies, dos de ellas desconocidas para la ciencia (Dinofelis werdelini y Lokotunjailurus chimsamyae) y han comprobado que sus fósiles se habían encontrado con anterioridad en África, en China, en Europa y en Norteamérica. Los datos revelan el aumento de las temperaturas globales durante el Plioceno que han observado que la presencia de grandes felinos adaptados a correr a gran velocidad sugiere que en aquella región existían grandes praderas abiertas y la presencia de otros felinos más pequeños que también había entornos más cubiertos, como bosques. Aquella «aridificación» y la propagación de ambientes más abiertos podría ser uno de los desencadenantes del bipedismo de los homínidos, según los palentólogos, que han incidido en la existencia de numerosos fósiles de Langebaanweg conservados en el Museo Iziko de Sudáfrica. Los fósiles analizados ahora fueron obtenidos durante las excavaciones que dirigió el paleontólogo del Museo Iziko de Sudáfrica Bret Hendey en los años sesenta y setenta.