Diario de León

El incendio del Curueño se lleva por delante más d 100 hectáreas de arbolado

Las sospechas de las autoridades apuntan a que el fuego tiene un origen intencionado

Los trabajadores de la lucha contra incendios continúan con las tareas para limitar el perímetro del incendio. DL

Los trabajadores de la lucha contra incendios continúan con las tareas para limitar el perímetro del incendio. DL

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El incendio que desde el sábado asola el municipio de Santa Colomba del Curueño había quemado ayer ya más de 100 hectáreas de pino y roble. Aunque las condiciones mejoran a favor de los bomberos, hasta el punto de que se ha reducido el nivel al 0.

Según informó ayer por la mañana el alcalde de Santa Colomba de Curueño, Luis Campos, «está bastante controlado, hemos tenido mucha suerte de que no fuera a algo mayor, gracias a los medios».

Las autoridades apuntaban a que el incendio tuvo un origen intencionado y así lo ha explicado el regidor: «ahora tendrán que investigarlo porque yo creo que fue intencionado casi seguro porque no hubo tormentas ni nada en ese momento».

Aunque las condiciones mejoran, a mediodía de ayer las autoridades no lo habían controlado definitivamente y explicaban que cuatro focos continuaban activos y que varias cuadrillas de trabajo estaban luchando para sofocarlos. Durante la tarde de ayer se registraron ráfagas de aire que pudieron reactivar alguna de las zonas que ya se habían declarado apagadas.

Se descarta el desalojo de las poblaciones próximas al incendio forestal que está afectando a robles y pinos principalmente.

Para las labores de extinción se cuenta con 17 agentes medio ambientales forestales, dos celadores, once helicópteros, de los cuales uno de ellos realiza las labores de coordinación junto a un avión destinado a ello. Además de estas aeronaves otros cuatro aviones, dos con una capacidad de 5.500 litros y los otros dos con 3.100. A estos se les ha visto en estas dos jornadas de trabajo cogiendo agua en el Embalse de Porma.

Por tierra son doce las cuadrillas que están trabajando día y noche para controlar el perímetro, ayudados de siete autobombas y cuatro bulldozer, que crean cortafuegos.

Con estos trabajos de los especialistas se espera que el fuego deje de comer terreno al bosque y que poco a poco se vuelva a instaurar la tranquilidad entre los vecinos de los pueblos cercanos.

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