La microbiota reduce la gravedad de enfermedades hepáticas
El grupo Microbioma, Nutrición y Salud del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (Iata), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha concluido que la microbiota produce un compuesto a partir de la fibra alimentaria que reduce la gravedad de enfermedades hepáticas.
En concreto, se trata de la revisión de un estudio en ‘Nature Microbiology’, que evalúa cómo la interacción entre la microbiota intestinal de ratones y la inulina, una fibra dietética soluble presente de manera natural en alimentos como la alcachofa, los espárragos, la cebolla o el puerro, genera un compuesto que ayuda a aliviar la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), una enfermedad que puede derivar en la cirrosis hepática. Las fibras dietéticas son carbohidratos complejos que sirven como nutrientes para la microbiota intestinal y sostienen la relación de simbiosis que existe con el organismo humano. Estas fibras no pueden ser completamente degradadas por las enzimas digestivas presentes en el intestino, y son las bacterias que allí habitan las que fermentan las fibras. Esta interacción produce metabolitos que ayudan a regular el tránsito intestinal y reducen el riesgo de enfermedades metabólicas, como la diabetes o la obesidad.