Diario de León

El segundo hogar de las personas con alzhéimer

Más de mil leoneses desde 1997. Alzhéimer León estrena el centro de día del CHF tras las obras de remodelación. Con 100.000 euros —20% de la Junta— han adaptado espacio para dos unidades de convivencia en este centro de casi 30 años.

El centro de día del CHF presenta una nueva cara con suelos, pintura, puertas y ventanas nuevas. El mobiliario llegará en 2024. FERNANDO OTERO

El centro de día del CHF presenta una nueva cara con suelos, pintura, puertas y ventanas nuevas. El mobiliario llegará en 2024. FERNANDO OTERO

León

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El centro de día de Alzhéimer León en el CHF fue el primer dispositivo profesionalizado que la entidad puso en marcha. Fundada en 1991, con una pequeña sede en el hogar San Isidoro, la asociación había iniciado un programa informal con voluntariado y familiares en el instituto Lancia. En 1997, camino de los treinta años, se abrió el nuevo espacio en la antigua enfermería del Colegio de Huérfanos Ferroviarios.

Desde entonces, más de un millar de personas han sido atendidas a lo largo de 26 años y durante los 363 días que el centro permanece abierto. «Solo cerramos los días de Nochebuena y Navidad», asegura Flor de Juan, gerente de Alzhéimer León.

En los últimos meses las personas usuarias recibieron la atención habitual en el centro cívico de Villarrrodrigo . El CHF ha estado en obras para adaptar sus interiores a las necesidades de las unidades de convivencia sobre las que gira la asistencia a personas con alzhéimer y otras demencias.

«Después de casi 30 años, había que hacer algunos cambios necesarios tanto en el espacio como en el mobiliario, adaptar el centro a un entorno más hogareño», explica la gerente. Se ha acondicionado una unidad de convivencia en la primera planta con una cocina-office que dispone de lavavajillas y horno para que las personas mantengan la destreza con actividades de la vida diaria en sus casas.

De esta manera el centro cuenta con dos ambientes diferentes en sus unidades de convivencia, que no son cerradas. Las personas usuarias que acuden al centro pasan de unas a otras estancias en función de las actividades que realicen en cada momento.

Con el presupuesto de 100.000 euros —20% financiado por la Junta a través de los fondos que gestiona de IRPF y el resto con fondos propios de Alzhéimer León— se han renovado suelos, puertas y ventanas, además de la pintura de las paredes. Queda pendiente la renovación del mobiliario para una nueva partida presupuestaria.

«Hay que orientar el edificio al nuevo modelo de atención del centro, más actualizado y moderno», recalca. El centro tiene capacidad para 40 personas y se estima que cada año entran veinte nuevos usuarios en el programa.

La unidad de convivencia cuenta también con salas de actividad física y salón para los ejercicios de memoria, pintura, etcétera que también se usa como comedor. «Se trata de conseguir un ambiente más hogareño y eliminar de facto las rutinas de una institucionalización».

Una decena de personas trabajan en el centro. «Somos un centro especializado en alzhéimer y otras demencias y trabajamos para mantener al máximo las capacidades que las personas aún conservan», explica Inmaculada Espinosa, coordinadora del centro. «A veces, cuando las personas son diagnosticadas, se les quita de hacer todo y la enfermedad va más rápido», añade.

En el centro de día realizan estimulación a nivel cognitivo y físico, se practican rutinas cotidianas para reforzar su mantenimiento y también realizan actividades manipulativas. La programación se cambia cada semana. «Buscamos que tengan la mayor calidad de vida posible y, sobre todo, que sean felices. Que esta sea su segunda casa», recalca.

La atención (y el cariño) es individualiza en todos los niveles, no sólo cognitivo y físico sino también prosocial, a través de salidas fuera del centro como las realizadas a la escuela de hostelería de Juan Soñador, donde tuvieron contacto con el alumnado que se forma como camareros y camareras. «Nos prepararon un café y luego vinieron al centro», apunta. Ir a misa o participar en fiestas religiosas es otra actividad que estimula a estas personas, al igual que las exposiciones de pasos en Semana Santa, etc.

«Están en un entorno accesible y protegido, pero en activo», subraya. Con cada persona se trabaja al nivel que se puede en función de la situación que tiene  y de su evolución. La tendencia es no separar a las personas de su grupo de referencia aunque empeoren, por lo que hay otros ambientes, no cerrados, que permiten atender con calidad a las personas a medida que avanza la enfermedad.

Una de las cosas que hacen son talleres de cocina con las familias para mostrarles habilidades recomendables en este entorno para personas con alzhéimer o demencias. Talleres con niños y niñas, como el programa ‘Tengo algo que contarte’, pionero en Alzhéimer León, son otra de las actividades que desarrollan y que «les estimulan mucho», apunta Inmaculada Espinosa. «No se trata solo de que estén activos, sino de que sean felices», señala Flor de Juan.

Las actividades combinan la idea de que las personas que acuden al centro salgan actividades a la calle y de que la sociedad también entre en el centro. «Queremos que la sociedad también disfrute de estas personas porque son componentes con capacidad de dar y de recibir. Piden cariño pero dan mucho más», resalta la coordinadora.

El centro de día del CHF es la primera y una de las tres patas de la atención a personas con alzhéimer y otras demencias de la asociación en León. Las otras dos son el centro Alzhéimer León, de José Aguado, que además unidad de convivencia cuenta con otros servicios y el centro de alzhéimer de Santa María del Páramo, que se abrió en 2018.

En total, son atendidas unas 340 personas en los tres centros a diario. El coste medio es de unos 600 euros, en función de si tienen transporte o no. Pero el coste real del servicio supera los 1.000 euros por persona al mes, aunque están en desigualdad de condiciones con la iniciativa privada con ánimo de lucro.

«El coste real no lo asumen los socios, se cubre mediante la captación de fondos y donativos. Es un complemento a las ayudas que necesitan las familias en una enfermedad de tan larga duración. Gracias a los leoneses que nos ayudan, podemos hacerlo», apunta la gerente.

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