Diario de León

'Kiko’ protege a la infancia leonesa de los abusos sexuales

-Adavas, a través de diferentes actividades. implica al profesorado, familias y menores para tratar temas como el consentimiento y la confianza para prevenir abusos sexuales

La responsable de actividades de prevención y sensibilización de Adavas, Lucía Lorenzana, muestra ‘La regla de Kiko’. JONATHAN NOTARIO

La responsable de actividades de prevención y sensibilización de Adavas, Lucía Lorenzana, muestra ‘La regla de Kiko’. JONATHAN NOTARIO

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El programa de prevención de abusos sexuales en la infancia que realiza la Asociación de Ayuda a Víctimas de Agresiones Sexuales , Adavas, de León lleva más de una década con actividades de prevención y concienciación a menores. 

La responsable de actividades de prevención y sensibilización de Adavas, Lucía Lorenzana, explica el funcionamiento de los talleres que realizan: «Están dirigidos a los niños y las niñas de entre 4 y 10 años y el objetivo principal es hablar sobre educación afectiva y crear un espacio seguro donde sepan identificar los contactos no deseados y tengan las herramientas para saber decir que no».

El objetivo de estos talleres y actividades es enseñar a los menores a reconocer e informar de cualquier intento de agresión o abuso sexual , siempre remarcando que la culpa jamás es del menor; dar a conocer habilidades para enfrentar el intento de agresión, educarles para que aprendan a quererse y valorarse, enseñando que tienen derechos: a controlar su cuerpo, a sentirse seguros o a decir «no» y a reforzar la idea de que siempre deben contar lo sucedido a cualquier persona.

Una de las actividades que utilizan es el cuento de ‘La regla de Kiko’. Mediante esta historia lanzan el mensaje de que su cuerpo les pertenece y que «existen secretos buenos y malos, distintas formas de tocar y personas de confianza para contarles lo que les pasa», explica. El personaje, un pequeño monstruo llamado Kiko que representa a cualquier niño o niña, explica que «las criaturas no pueden permitir que alguien les toque sus partes de su cuerpo que son privadas».

Mediante este cuento enseñan a cómo actuar y a quién pedir ayuda cuando eso pasa y «es una de las actividades que más éxito tienen», explica. Un punto muy importante que quieren reforzar es que los menores tienen derecho a decir que no.

Lucía Lorenzana hace hincapié en que no todos los secretos son iguales y que pueden ser «buenos o malos». Su objetivo es crear un espacio de confianza y comunicación para que los menores «sepan identificar los contactos no deseados y tengan las herramientas suficientes para negarse», explica. 

No solo se centran en los abusos sexuales, también tratan temas como el consentimiento: «por ejemplo, los besos de desconocidos o cuando los niños están enfadados. Les explicamos que si no quieren dar un beso no tienen que hacerlo y que eso está bien».

El programa no solo se centra en los menores. Trabajan también con las familias y el profesorado para darles las herramientas necesarias y toda la información que necesiten sobre este tema. «Debemos sensibilizar al entorno inmediato sobre cómo abordar de manera positiva y comprensible el tema con los menores», afirma. Adavas imparte estos talleres en colaboración con las Ampas. 

En los últimos años han notado un incremento de la demanda de estos cursos y por eso los realizan donde se solicitan. No se centran solo en los colegios, puesto que tienen otros programas para adolescentes en los que trabajan en institutos o centros de formación profesional. En el último año han acudido a más de 35 institutos. «La información de prevención está adaptada al nivel de desarrollo psico-social de las personas a las que se les imparten los talleres de prevención», explica Lucía Lorenzana. «No es lo mismo realizar actividades con niños de 4 a 7 años, con los que nos centramos en temas como aprender a decir que no; que con adolescentes, donde se tratan temas como las redes sociales. Hay que saber qué información dar en cada caso y la manera en la que lo hacemos». 

Asimismo, se lanzan campañas para atraer a nuevos centros donde realizar estos programas. Normalmente son programas de continuidad, lo que quiere decir que año tras año los realizan y «las Ampas ya nos conocen», afirma. Suelen realizar dos sesiones de dos horas de duración cada una, aunque «nos gustaría poder hacer más para tratar más temas y con mayor profundidad», explica. Entre los niños tienen muy buena acogida y consiguen que llegue el mensaje que quieren transmitir a pesar del poco tiempo del que disponen. Lucía Lorenzana recalca que «con la prevención de las cosas que no les gusta les dotamos de herramientas para combatirlas».

A veces encuentran algunas reticencias de los adultos al ser un tema «complejo», pero necesario de trabajar. «Muchas veces tienen el pensamiento de que es mejor no hablar de esas cosas y se convierten en temas tabú, pero hay que tratarlos y dar información sobre ellos», explica. «Es fundamental crear un espacio de comunicación para hablar sobre esto». Desde la asociación inciden en que el abuso sexual no siempre implica un contacto corporal. Las estrategias que suelen utilizar los agresores son el engaño, el chantaje, la manipulación o las amenazas.

Adavas tiene más programas para dar atención a las víctimas de la violencia sexual y de género y de prevención de las mismas. La asociación cuenta con atención psicológica y jurídica y, durante el último año, ha ayudado a más de 600 personas. «Las necesidades más grandes son la prevención en la adolescencia y la infancia, pero muchas veces nos encontramos con un problema de negación que debemos atajar», explica. 

La asociación, que tiene una historia de más de 30 años en la ciudad, tiene mucha demanda de sus programas de atención y prevención. Asimismo, hacen actividades de concienciación para la igualdad real. Su objetivo principal son la adolescencia y la infancia «para asentar unas bases necesarias», pero también hacen actividades con adultos.

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