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León

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c Sonia Martínez Ruiz titula su carta ‘El mundo sin Katia’: «Aún quedan en el cajón de las verduras dos tomates y alguna cebolla de la última cesta de Katia. Había cambiado el día de entrega de jueves a miércoles, preguntando como siempre si nos iba bien. A mí todo lo que hacía Katia me iba bien.

Sentía y siento, me cuesta hablar en pasado, esa admiración y respeto profundo que se tiene de forma natural hacia las mujeres valientes y fuertes. Porque solo había que hablar unos minutos con ella para saber que estabas ante una mujer que valía la pena. Mujer, divorciada, emprendedora rural...no lo tenía fácil... pero ella no era de las que se amedrentaban.

Transmitía de verdad el amor hacia la naturaleza. No tenías más que preguntarle por alguna fruta o verdura y se le iluminaban los ojos explayándose en sus virtudes como si fueran hijos maravillosos de los que se sintiera orgullosa. Cuando las personas aman lo que hacen transmiten una fuerza muy poderosa. La última vez que visité su huerta hablaba ilusionada de nuevos proyectos... y todo esto te lo contaba sin parar un momento, porque ella era ante todo una trabajadora incansable. Sabía que no lo tenía fácil pero no iba a rendirse.

El dolor de su pérdida es inmenso. Saber cómo murió produce el mayor de los desconsuelos, rabia e impotencia y una vez más nos recuerda con terror que la raza humana puede llegar a ser lo mejor y lo peor.

Lo mejor era Katia. Katia era una mujer maravillosa, luchadora como la que más. Katia no vivió todos los años que podría haber vivido pero no todas las personas que llegan a viejas pueden presumir de haber sido consecuentes con sus ideas, principios y valores, de haber hecho realidad un sueño, sea el que sea, en su caso fue volver al pueblo y apostar por la agricultura ecológica, de transmitir amor por lo que se hace, de cuidar y amar la naturaleza, de a pesar de las dificultades perseverar...

Solía traer cada semana un pequeño detalle: una bolsita de sales de baño preparada con flores, un jabón natural o un manojito de hierbas aromáticas.

Un detalle maravilloso de esa sensibilidad especial que brotaba dentro de esa coraza de mujer fuerte.

Me va a costar no volver a escuchar ese «Qué tal cariño» cada vez que te abría la puerta. Pero sobre todo me va a costar encontrar una persona con tu dignidad y coherencia.

Hoy el mundo sin Katia es un mundo con menos amor».

¿Cree que la legislatura que comienza tendrá menos crispación política que

la que concluye?

SÍ 6%

NO 94%

Considera que Alberto Núñez Feijóo debe presentarse a la investidura aunque sea previsible que salga derrotado?