Cuando mi vida se hizo añicos

josé enrique martínez

Louise Glück, estadounidense, premio Nobel en 2020, es autora de una docena de libros de poemas a algunos de los cuales (Meadowlands, Noche fiel y virtuosa) les hemos prestado atención en Filandón, pues se trata de una de las voces foráneas de mayor atractivo lírico. Vita nova es el nuevo poemario bilingüe (la edición original es de 1999); tanto el poema inicial como el que concluye el libro se titulan, igualmente, Vita nova. Si en el primero se celebra la primavera como un renacer, en el último se alude al tema esencial del libro, la separación y la nueva vida que le espera, aunque sin desesperar, porque, aun con el corazón roto, la vida «está llena de sueños». El mito que visualiza la separación es el de Orfeo y Eurídice; uno y otra son objeto de un poema. Orfeo, el de la lira prodigiosa, lamenta desconsoladamente la pérdida de la mujer amada, a la que suplica que les cuente a las Furias que «me he quedado completamente solo. / Cuéntales que no es posible una música como esta / sin verdadero dolor». En el poema de Eurídice, el tránsito (simbolizando en el mito otro tránsito, el de la separación matrimonial) hacia el inframundo está lleno de tensión: «Una travesía / llena de arrepentimiento, de nostalgia, / cosas que, en el mundo, apenas / podemos experimentar o recordar». Puede intuirse que Glück apunta, pero no concreta, va más allá del drama personal, moviéndose en ese ámbito en el que tangen abstracción y realidad. El mito objetiva la historia personal que en otros casos (Garcilaso) sirvió para elevar la leyenda propia al nivel de los mitos clásicos. Otro de tales mitos es el de Eneas y Dido, relatado en la Eneida, nuevo caso de separación. Eneas, héroe troyano, naufraga con su tropa en Cartago, donde se rinde al amor correspondido de la reina Dido; cuando Eneas, por mandato de los dioses, tiene que marchar a Italia para fundar un nuevo reino, Dido se suicida clavándose la espada del héroe. En el poema de Louise Glück es Dido la que habla para pedir a las Parcas un instante de amor, un instante que, sin embargo, no pudo prolongar. Amor y desamor, fuego de la pasión, impulsos y daños, convenciones frente a libertad, engaños, incertidumbres, soledad…, pero no abordados tales asuntos directamente, sino como rodeándolos, sin necesariamente llegar al centro, porque la confesión poética acaso sea «un acto de intimidad a la vez esquivo y cercano, pero siempre iluminador», como indica el traductor.