Diario de León

Río Grande como Luna

Los ciclos de un río. La Casa del Parque de Babia y Luna organiza mañana sábado la jornada ‘Las aguas del Luna’ para visitar el cauce y conocer la biodiversidad de un caudal que se ha adaptado a la construcción de un embalse que está a tres años de cumplir los 70 desde su puesta en actividad. En la jornada se proyectará un documental y estarán presenten vecinos de los pueblos inundados.

Pantano de los Barrios de Luna. MARCIANO PÉREZ

Pantano de los Barrios de Luna. MARCIANO PÉREZ

León

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El embalse del río Luna cambió los perfiles y la vida de un valle hace 67 años, cuando las familias de 16 pueblos salieron de sus casas casi con lo puesto para que las aguas llenasen una presa inaugurada oficialmente por Francisco Franco. Una riada que transformó la fisonomía y cerró un ciclo en un valle para encauzar las aguas de un río que, con el tiempo y los nuevos usos se ha transformado.

El agente medioambiental David García Rubio, que colabora con la Casa del Parque de Babia y Luna en la organización de la jornada que se celebrará este sábado sobre Las aguas del Luna, destaca que el impacto ecológico del embalse ha compartimentado el cauce, impidiendo migraciones de los peces y aislando sus poblaciones. También ha invertido el régimen de caudales. «En invierno el escaso caudal no renueva el lecho colmatado por los sedimentos provenientes del fondo del embalse, mientras que el agua fría en verano motivado por los desembalses perjudica en gran medida el desarrollo de los alevines de trucha. El agua que sale del fondo del embalse es pobre en oxígeno y rica en sedimentos».

La presencia del embalse de Luna «ha favorecido a especies de la familia de los ciprínidos, propias de aguas más cálidas, y que ascienden el curso del Luna para desovar en la primavera. En el embalse podemos encontrar además la carpa. La trucha común comparte hábitat desde aguas arriba del embalse de Luna con barbo, la boga de Duero y el bordallo. Por encima de la confluencia con el Torrestío la trucha ocupa en exclusiva las frías aguas del Luna».

Los participantes a la jornada, dirigida por Bárbara Álvarez, conocerán todos los detalles del río con una salida interpretada desde la Casa del Parque a una zona del cauce situada a 1,5 kilómetros para conocer de cerca la diversidad del río. En esta época del año es fácil observar de cerca a algunos de los insectos, que son una certificación natural de que el agua es de calidad. «Los insectos que se pueden encontrar en el agua del río Luna son los conocidos como macroinvertebrados bentónicos: tricópteros, efemerópteros y plecópteros odonatos (libélulas) y dípteros. Todos ellos se utilizan como bioindicadores de las aguas, siendo los plecópteros los que mayor puntuación otorgan a la calidad del agua de acuerdo con alguno de los índices de medición basados en la presencia de macroinvertebrados bentónicos, como el IBMWP. Las eclosiones de mosca de la piedra, (Dinocras cephalotes) un plecóptero de gran tamaño que supera los 4 cm de longitud, es de las mayores que se pueden presenciar actualmente en los ríos leoneses y suscitan poderosamente la atención de las truchas».

Las aguas son frías, las más frías de León, lo que lo convierte en uno de los cauces trucheros por excelencia, aunque la construcción del embalse, con aguas más cálidas, ha favorecido la proliferación de otras especies. «La presencia del embalse de Luna ha favorecido a especies de la familia de los ciprínidos, propias de aguas más cálidas, y que ascienden el curso del Luna para desovar en la primavera. En el embalse podemos encontrar además la carpa. La trucha común comparte hábitat desde aguas arriba del embalse de Luna con barbo, la boga de Duero y el bordallo. Por encima de la confluencia con el Torrestío la trucha ocupa en exclusiva las frías aguas del Luna». El agente medioambiental David García destaca que las claves de la productividad de la trucha en el Luna están en que es un río de poca pendiente —lo que evita que las riadas primaverales se lleven la hueva de la trucha —; la presencia de puertos de riego, que frenan las riadas evitando que se lleven la hueva y en verano constituyen pozas donde se pueden refugiar las truchas en periodos de estiaje; sus aguas calizas, con una mayor productividad en diversidad de especies de insectos y mayor crecimiento de los peces que las aguas; y equilibrio de zonas de sombra necesaria en verano para los peces y de sol en el centro del río.

El río Luna discurre íntegramente por la provincia de León. Localmente se llama río Luna desde su confluencia con el río Torrestío, su mayor afluente, en Babia de Abajo. Por encima se le conoce localmente como río Grande, que nace a partir de los arroyos de La Mora y del Arroyo Valmayor, en el termino de Quintanilla de Babia y Peñalba de los Cilleros, en la comarca de Babia alta.

En el curso alto predominan los arbustos del género Salix: conocidas coloquialmente como salgueras o mimbreras, con flexibles ramas que son las que se utilizan para hacer las cestas. El el curso medio aparecen sauces, fresnos, álamo temblón,chopo del país y algún cerezo, arbustos de fruto, como la lantana y el espino albar. En la vega de Ordás, en el curso bajo, aparecen choperas de producción.

«La principal amenaza en su curso alto, es el uso indiscriminado del agua para riego de los prados que llegan a secar determinados tramos de río y una de las cosas en que estamos trabajando en temporada estival», asegura David García, que destaca que en los meses de verano el río se seca en algunos tramos en Cospedal, para volver a emerger un kilómetro y medio más abajo. «El resto del año el agua tiene continuidad».

El río dispone sólo de una zona de baño, situada en el término municipal de Sena de Luna. «La jornada que hemos organizado tiene como objetivo dar a conocer la función ecológica del río. Los árboles soportan sus márgenes y mantienen todo un ecosistema».

Las personas interesadas en participar en la jordana organizada por la Casa del Parque de Babia y Luna pueden llamar al teléfono 987 687 554. Tras la salida interpretada para conocer la biodiversidad del río Luna, se ha organizado una comida de convivencia a base de entremeses, sopa de trucha y tarta babiana. A las 17.00 horas, se proyectará el documental de la 8 León sobre el embalse titulado Hundidos, la memoria bajo el agua .

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