Primera imagen de la cadete Leonor Borbón uniformada

A las seis y media de la mañana sonó el despertador. Y así lo hará a partir de ahora. En 15 minutos los cadetes —distribuidos en camaretas de ocho camas cada una— que este jueves ingresaron en la Academia Militar de Zaragoza tuvieron que hacer la cama, ducharse y vestirse el uniforme de diario, uno de los cuatro que recibieron el día anterior, y presentarse en la cantina a desayunar. Los hubo rezagados, es normal el primer día.

Los 250 jóvenes que emprenden ahora su carrera militar están en periodo de acogida y orientación, el más duro, como recalcó Felipe VI al despedirse de su hija, la princesa de Asturias, en ‘La General’, como se conoce en el argot militar a este centro de formación en el Ejército de Tierra; en dos semanas ya no habrá retrasos, los saludos militares se harán a la perfección, ya todos recitarán de memoria el decálogo del cadete que recibieron al dejar atrás la vida civil tras despedirse de sus familias. Ya se habrán adaptado a la vida militar. Entre esos jóvenes, la princesa Leonor, que en los próximos tres años recibirá formación en los ejércitos de Tierra, Aire y Mar, es una más. Había expectación, curiosidad, por ver a la primogénita de los Reyes uniformada, como en años anteriores ocurrió con otras princesas europeas, como Victoria de Suecia, Isabel de Bélgica o Ingrid de Noruega.