Diario de León

DÍA DEL INTERNAUTA

Ofelia Tejerina: «Ya vivimos en internet más de las mitad de nuestras vidas»

Leonesa y presidenta de la asociación nacional de internautas, repasa el desarrollo y el uso de internet actual y futuro

Ofelia Tejerina. DL

Ofelia Tejerina. DL

León

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La leonesa Ofelia Tejerina preside la Asociación Nacional de Internautas, fundada hace 25 años. Prepara un congreso que se celebrará a mediados de noviembre en Madrid para analizar hacia dónde va la responsabilidad social de las redes. Empresas, usuarios y especialistas de distintas materias participarán en el encuentro. Este miércoles se conmemora el Día del Internauta y la leonesa, abogada, Máster en Derecho Informático, doctora en Derecho Constitucional por la Universidad Complutense de Madrid y autora del libro Seguridad del Estado y Privacidad, repasa en esta entrevista el desarrollo y el uso de internet actual y futuro.

 —¿Qué hay que celebrar este miércoles?

—Quiero mirar al futuro y celebrar que ya todos estamos en internet, conocemos las bondades y los riesgos y debemos llamar la atención sobre lo nuevo que aparece. Internet no es algo que apareció hace setenta años, aparece ante nosotros cada día y cada vez con más frecuencia y esto sin duda hay que celebrarlo porque tiene muchos más beneficios que perjuicios.

—¿Qué es lo nuevo?

—Con la calidad de conexiones, que han mejorado muchísimo, con los nuevos dispositivos al alcance de nuestras manos, tenemos una capacidad de acceso mucho más rápida a más información. La calidad de los contenidos ha mejorado mucho. La confianza y el conocimiento de los usuarios ha mejorado, aunque puede mejorar más. Las últimas herramientas, como la Inteligencia Artificial, nos ayudan con los contenidos de nuestros negocios, con la búsqueda de información para preparar talleres de trabajo en los colegios, etc. Esos son los beneficios, aunque se pueden utilizar mal.

—Hay beneficios pero también inconvenientes. La Junta de Castilla y León ha puesto en macha un plan para prevenir la adicción a las nuevas tecnologías, que se considera una droga sin sustancia.

—Hay muchos cambios sociales y análisis que dicen que después de la pandemia vemos internet como si tuviéramos una mano más. Hace diez años era útil y necesario, pero no dependíamos tanto de ello. En los adolescentes se ha notado más. Tenemos que reflexionar y pensar si realmente podemos ir a la misma velocidad que la creatividad de los tecnólogos o hay que repensar en cómo sacar el mayor beneficio con el menor riesgo. Soy de la opinión de que la tecnología, al igual que la ley, tiene que ser pensada y reposada, porque si no se convierte en un atraso.

Reposado
«La tecnología, como la Ley, tiene que ser pensada porque se puede convertir en un atraso»

—Las redes sociales sufren cambios con el tiempo, tan pronto brilla Facebook, Instagram —ahora Meta— como Twitter— ahora X—, o TikTok... ¿Cuáles son las que más han decaído y cuáles son las que están emergiendo?

—La que más está en declive es el antiguo Facebook, ahora Meta. La compañía intenta reconvertirse en una red como lo que ofrece Instagram. Los jóvenes en Estados Unidos ahora están prácticamente todos en Meta, con Instagram o Threads. Es paradójico que el gran declive de Facebook ha convertido en el éxito a las otras dos. Twitter, con el gran cambio y pasar a llamarse X, veremos cómo evoluciona. Mi forma de utilizar Twitter también está decayendo porque cada vez entro sólo a ver perfiles que me interesan y menos para interactuar. LinkedIn es una red social muy útil para los adultos en activo laboral para poder promocionar la actividad. No es un currículo estático, es dinámico francamente  útil, puede ser un trampolín maravilloso para muchos jóvenes que se incorporan al mercado laboral.

—¿Y TikToK?

—Llega con muchos prejuicios y algunas oscuridades porque viene de un país asiático y la gente duda de la utilización de los datos. Pero como plataforma de contenidos para un usuario de internet ha sido clave. A los jóvenes les cuesta leer más de 140 caracteres, y vamos a peor. Nadie presta atención más de tres minutos. Pueden mantener la concentración cada vez menos tiempo y quieren más contenidos diferentes inmediatos. Creo que utilizando el algoritmo a tu favor, con los contenidos que te interesan y una buena educación de base, TikTok es muy útil, puede servir para relajarte, para conocer mundo, otras culturas, ampliar tu mente y no quedarte centrado en tu mundo con tus historias. Tiene muchas cosas buenas bien enfocadas desde una educación base que echo de menos en los colegios.

Educación en redes
«El Incibe en León está haciendo un buen trabajo, pero no llega tan lejos como sería deseable» 

—¿Defiende que haya una asignatura en los colegios?

—Claro. Una gestión de las emociones frente a los contenidos de la red. Hay que educarlo mano a mano en los colegios y en las familias. Las instituciones públicas tienen una grandísima responsabilidad de que la educación salga adelante. La Agencia Nacional de Protección de Datos y el Incibe en León están haciendo un buen trabajo, pero no siempre llega tan lejos como sería deseable. La Comisión Europea tiene grandes iniciativas, están aportando presupuestos para proyectos de educación de menores, para que sepan asumir lo que les viene encima. Y no sólo es lo que yo voy a hacer en las redes, sino como consumo todo lo que llega. Ahora hay un debate sobre cómo consumen los menores pornografía y cómo detectar que un menor entra en ese tipo de contenidos.

—¿Cómo limitar esas entradas?

—No se pueden dar millones de DNI a un servicio de pornografía en la red. Ahora estamos trabajando en otros sistemas con estándares técnicos de verificación colectivos para una variedad de proveedores.

—¿Qué es lo que se están planteando?

—He leído auténticas barbaridades, como la identificación biométrica de la persona o sistemas informatizados de menores y adultos. No me parecen correctos porque son datos altamente sensibles. También se plantean sistemas Blockchain, un tercero de confianza, que permita al proveedor del servicio acceder a un sistema que le diga si la persona que accede es adulta o no, sin necesidad de almacenar la información. Ese tercero de confianza tendría que ser instituciones públicas que exigen que el cumplimiento de protección de datos sea exquisitos. Hay varias propuestas sobre la mesa en las que he participado como oyente y he dado mi opinión. No creo que tarden las soluciones, pero vamos tarde ya.

Asignatura
«Echo de menos una asignatura en los colegios sobre internet y redes sociales» 

—La tecnología avanza más deprisa que la educación para su utilización...

—Sí, somos imprudentes, sólo pensamos en lo rápido y cómodo que es y el estar hiperconectados. El día que alguien acceda a esa puertecita va a conocer todo sobre ti y tu familia, cómo se abre tu coche y tu casa. Y mientras tanto, todos encantados de la vida.

—Los malos están también ahí.

—Y todos nos conectamos a través de la red wifi, que es una de las puertas más fáciles de abrir. 

—Decía antes que ya nadie presta atención más de tres minutos.

—En TikTok son tres minutos lo máximo de un contenido, pero tiene que ser muy bueno para que se vea más de un minuto y medio. En educación teníamos idea de la lectura y la letra sin dibujos, esos tochos de libracos que están muy bien cuando consigues la concentración máxima y te empapas como una esponja, pero hay contenidos muy visuales, como el arte o la historia, que calan de forma sencilla y profunda en los adolescentes.

Red wifi
«Todos estamos conectados a través de la red wifi, que es la puerta más fácil de abrir»   

—¿Qué contenidos se demandan en este momento?

—En verano se buscan viajes, vacaciones. Los buscan en TikTok, en personas que lo comentan. Información sobre empresas para echar el currículo. En los contenidos de ocio lo que triunfan son los gatitos y perritos torpes, de cocina o de compras porque relajan.

—¿En qué lugar queda la información periodística?

—Está empezando a crecer mucho, pero contada de otra forma. Se busca que alguien  nos cuente la información de una manera ágil y fresca, no en un tuit, ni una persona sentada detrás de una mesa. Y muy importante, que transmita fiabilidad, que no acaparen la información los influencer que nunca han pisado una Facultad de Periodismo.

—¿Qué papel futuro va a tener la inteligencia artificial?

—Ya nos ha dado un revolcón desde noviembre y nos va a dar otro de aquí al año que viene, muy potente por la capacidad de autoinvención. Es tecnología que aprende de los usuarios. Coge información no sólo de las empresas sino de millones de usuarios. La fuente de información es internet y puede tener lo que llamamos ‘alucinaciones’ de la inteligencia artificial, que son errores. En el sistema jurídico, por ejemplo, es útil, porque recoge una base de datos de cientos de sentencias y eso es fabuloso porque tiene acceso a millones de datos a una velocidad nunca antes imaginada. 

—El problema es la fiabilidad del contenido

—Claro. ¿Quién es el responsable de la información y el resultado que arroja y quién toma decisiones con esos resultados. La inteligencia artificial lleva con nosotros por lo menos diez años. Hay noticias de deportes que se generan con inteligencia artificial directamente, no hay un periodista redactando. Con la nueva regulación en Europa de lo que se está tratando es plantear límites a las empresas de la industria que por su actividad mercantil crean productos que tienen un alto impacto en los derechos fundamentales. Se está trabajando a marchas forzadas. Llevan desde 2017 intentando sacar adelante esta propuesta de regulación.

—¿Cuál es el futuro más inmediato?

—Más de la mitad de nuestras vidas se vive a través de la conexión a internet, desde relaciones familiares a distancia, relaciones sociales, la forma de trabajar, de consumir, de recibir información y también nos formamos una personalidad. Lo que somos tiene mucho que ver con la información que recibimos. Ahora me relaciono con mucha gente con la que antes éramos incapaces de hablar.  Esa conexión es una puerta abierta a cosas maravillosas, pero nunca jamás hay que olvidar nuestra parte física, cultivarla y relacionarnos con las personas que queremos, que no van a durar tanto como lo digital.

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