BOSQUES QUE HUELEN EL HUMO
La alta tecnología se despliega en los troncos y copas de los árboles españoles para prevenir y anticiparse a la destrucción de la naturaleza. Son sensores que huelen bosques para apagar incendios
España, Francia, Grecia, Estados Unidos, Italia. La lista de países que han visto arder sus bosques este 2023 es interminable. Las altas temperaturas unidas a la falta de precipitaciones durante este ejercicio ha hecho que el número de incendios se multiplique a lo largo del planeta. A miles de kilómetros de la superficie terrestre, el brillo de los incendios alerta a los satélites de la Nasa que se localizan en el mapa como puntos rojos.
Otros sistemas bajan más al terreno. «Tenemos sensores repartidos por los árboles», señala Antonio Pérez-Lepe, manager de innovación y tecnología en la Fundación Repsol. «Es un sistema de alerta inmediata que trabaja las 24 horas, los 365 días al año», apostilla Francisco Martínez, fundador de Grupo Sylvestris.
La idea nace de la mano de Martínez y su socio Enrique Enciso. Ambos son ingenieros forestales que cambiaron su vida profesional hace una década para impulsar la reforestación de los bosques españoles. En los últimos meses han ido más allá y, además, de dar nueva vida a los montes quemados, los quieren proteger.
Así por los miles de árboles de las 1.357 hectáreas de Las Hurdes en Cáceres se han instalado decenas de sensores «capaces de detectar gases», explica Pérez-Lepe. Un sistema que aplica a la máxima el dicho «si ves humo, el fuego está cerca». Aunque su mecanismo no es tan sencillo, porque «puede producir falsos positivos si pasa un coche antiguo que emite muchas partículas o se hace una barbacoa cerca», detalla el gerente de innovación y tecnología de la Fundación Repsol.
A diferencia de los detectores de humo ópticos presentes en algunas cocinas, que saltan cuando el humo bloquea la luz, los sensores del Grupo Sylvestris, participada al 50% por Repsol, detecta cuatro tipos de gases. «Si no los recoge, no salta», aclara Pérez-Lepe. Además, esta instalación equipa un sistema que mide la humedad y el viento presente en la zona. Datos que llegan en tiempo real a los servicios de emergencias gracias a la conexión satelital. «Una serie de antenas permiten llevar la conectividad a estas zonas y nos permite conocer en cualquier momento el estado del bosque y, además, permite llevar internet a zonas rurales», señala Martínez.
Un trabajo del que se encarga Hispasat que en enero de 2023 se unió como socio tecnológico. «No olvidemos que los mayores incendios forestales se producen en zonas despobladas», recuerda el fundador de Sylvestris.
Gracias a la conexión satelital, estos sensores reportan en tiempo real estos indicadores a una plataforma inteligente, en la que se analizan estos datos, y gracias a la incorporación de big data, se muestra, a través de una sencilla interfaz web, tanto el riesgo de incendio como posibles alertas, con la posibilidad de conectarse al sistema de emergencias correspondiente. «Esto nos permite actuar de forma temprana», comenta Francisco Martínez.
Además, gracias a la inteligencia artificial y a los datos recopilados por los satélites «nos permite monitorizar y predecir el avance del fuego, para una gestión más eficiente de los recursos», responde Pérez-Lepe. A ellos se unen unas cámaras que controlan los accesos al monte, dando información sobre la actividad que se produce en ellos y contribuyendo a generar un efecto disuasorio ante posibles acciones contra el bosque.
Esta solución ya está desplegada en Las Hurdes (Cáceres, Extremadura), protegiendo un perímetro de 1.357 hectáreas, que comprende tanto zonas de actuación del proyecto Motor Verde en el término municipal de Caminomorisco, como áreas de bosque maduro. El sistema se ha probado hace unos meses éxito en colaboración con los equipos de protección contra incendios de la Junta de Extremadura con resultados muy positivos.
Adicionalmente, Fundación Repsol, Hispasat y Sylvestris colaboran en varios proyectos para avanzar en la monitorización, reporte y verificación de la absorción de CO2, conscientes de la importancia de este proceso para dotar de rigor al creciente mercado voluntario de carbono, e impulsar las reforestaciones como solución climática natural, generando importantes beneficios para el medioambiente y la sociedad. Participan ya en iniciativas y proyectos de la Agencia Espacial Europea y de Verra, una compañía de certificación internacional de referencia en este sector.
En el proyecto Motor Verde, impulsado por la Fundación Repsol, se aplican soluciones innovadoras para mejorar el arraigo, crecimiento y desarrollo de las masas forestales, así como proyectos para la digitalización de bosques, a través de gemelos digitales, que permitan proyectar trabajos e inventariar árboles de forma más eficiente.
Todo para que los bosques no se conviertan en humo.