El Ademar se estrena a medio gas
El Abanca Ademar no vivió un estreno como se esperaba en Liga. Un empate a 23 cuando se apostaba por una victoria frente al Puente Genil fue el desenlace de un encuentro en el que a pesar de que los de Dani Gordo llevaron la batuta en el marcador, nunca contaron con ventajas consistentes.
Y eso lo pagaron caro al final con el reparto de puntos.
En su encuentro como local en la pista cedida por Astorga hasta que la del Palacio de Deportes de León, la habitual en el desempeño de los maristas cuando juegan ante su afición pero en la actualidad en obras, el partido se presentaba como la primera reválida al nuevo proyecto que tiene como meta subirse al tren de Europa.
Y ese examen no encontró la nota esperada. NI el disponer de una última acción del partido para decantar la balanza a su favor que al final hubiera servido para que la nota mejorara en un pulso con nubes y claros. Como la climatología que reinaba en los exteriores del Pabellón de Deportes de la capital maragata.
Y en ese escenario el Puente Genil lograba arrancar un empate para los visitantes sumamente valioso, y bastante menos para los leoneses.
De entrada, el técnico local Daniel Gordo, en su vuelta al banquillo tras ocho campañas, dio la alternativa en la dirección del juego al capitán Juan Castro, inédito durante la pretemporada a causa de una lesión de rodilla.
Los leoneses aprovechaban la efectividad desde el extremo de Adrián Casqueiro y algunas contras para poner distancia (5-2) que se cortó con el acierto del guardameta tunecino Ben Tekaya que acabaría amargando a los diferentes lanzadores de penas máximas tras detener cuatro de seis lanzamientos, lo que permitía a su equipo mantener la igualdad en el marcador. Primero a siete y posteriormente a diez. Eso sí, el Abanca Ademar marcando el paso aunque de una manera errática y no lo suficientemente consistente para poner tierra de por medio de una manera clara.
El buen final de primera mitad, también basado desde la defensa y portería, tras debilitarse Puente Genil tras la expulsión de Arsenashvili y las dos exclusiones de Marcio Silva, permitió al conjunto ademarista lograr de nuevo la mayor renta de la primera mitad, 15-12. Ventaja que tal vez enmascaraba algo las dificultades de los locales para mostrar su mejor versión y una continuidad en el juego que no se daba.
El arranque de segunda mitad volvió a mostrar una versión errática de Abanca Ademar que tardó en anotar casi siete minutos para hacerlo precisamente desde los siete metros -en su particular calvario-, aunque su rival no lo aprovechó inicialmente lo suficiente, solo con la efectividad en las penas máximas de Jung, chocando en ocasiones con la inspiración de Saeid Barkhordari que solventó las muchas dudas del equipo.
El marcador se movía con cuentagotas, pero el Abanca Ademar volvió a recuperar su máxima renta, 21-18 (minuto 48) lo que obligó a Paco Bustos a parar el partido para intentar volverse a meter en el choque que logró con la insistencia del argentino Jung.
Los problemas en el ataque posicional ademarista, con un Marko Milosavljevic especialmente negado ante el gran 6-0 defensivo cordobés, les permitió a los visitantes llegar a igualar a un minuto para el final con un tanto de Cabello que condujo a una igualada que no supo romper el Abanca Ademar pese a atacar en los instantes finales en superioridad numérica.
Su falta de acierto en ese instante como ya había sucedido en algunas fases del partido le iba a pasar una factura importante. Porque ya no había tiempo para más. El empate a 23 no se iba a mover y eso convertía la faena de los ademaristas en un tropiezo. No fue derrota pero el punto cosechado sabe a poco, máxime si su rol era de local y ante un rival que a priori debe jugar en otra Liga diferente.
La de los leoneses con la mirada puesta en Europa y la de los cordobeses evitando tener contratiempos en cuanto a su consolidación en la máxima categoría del balonmano español.
La próxima entrega liguera para el Abanca Ademar será como visitante en este caso en la pista de un Benidorm que en la primera jornada lograba imponerse con solvencia ante el Sinfín. Una oportunidad para recuperar el terreno perdido por los leoneses.