Fernando Escalante: «Tenemos un proyecto de inteligencia artificial con pacientes con mieloma»
Fernando Escalante (Alcántara —Cáceres— 1973) estudió Medicina en la Universidad de Navarra (promoción de 1997) y realizó el MIR en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, entre los años 1998-2002, fecha en la que se trasladó a Toledo para la creación de la Unidad de Hospitalización de Hematología del hospital Virgen de la Salud. Entre el 2007-2010 trabajó en el Hospital El Bierzo y se desplazó al Hospital de León en el año 2010. Es el responsable de los pacientes con gammapatías monoclonales y de la Unidad de investigación en Hematología del Caule. Desde marzo de 2021 lo compagina con la función de director de la Unidad i+i del centro hospitalario.
—¿Cual ha sido la evolución del tratamiento de las enfermedades de la sangre en los últimos años?
—El tratamiento personalizado de las enfermedades de la sangre ha evolucionado de la mano del mejor conocimiento, desde el punto de vista biológico, relacionado con las ciencias básicas. Hematología es una especialidad global que comprende mucha actividad clínica pero también una intensa colaboración con el laboratorio para la realización de estudios biológicos para entender mejor la fisiopatología, la genética y la biología molecular, que además ayudan para un diagnóstico preciso y precoz y poder desarrollar terapias dirigidas como en la leucemia promielocitica o la leucemia mieloide crónica. Hemos usado y optimizado los tratamientos con inmunoterapia que abarca desde los anticuerpos monoclonales, el trasplante alogénico hasta la terapia CAR-T. Además de la inmunoterapia se ha desarrollado terapias génicas para el tratamiento de enfermedades como la hemofilia, o la anemia de células falciformes, por ejemplo Podemos decir que todas las secciones dentro de Hematología, tanto diagnósticas como clínicas, han sufrido un profundo cambio en estas últimas décadas (sobre todo desde principios de siglo).
—¿Ha cambiado el perfil de los pacientes?
—En el ámbito de enfermedades oncohematológicas: linfomas, leucemias, síndromes mielodisplásicos y mielomas hemos observado un aumento de la incidencia relacionada con el envejecimiento de la poblacion. Hay mayor incidencia de todas estas enfermedades en personas mayores. En el periodo del covid se han diagnosticado menos pacientes con estas enfermedades. En el caso del mieloma por ejemplo, de un 20%. Esta disminución en global en nuestra comunidad con los datos que tenemos y que, además se han diagnosticado con estadios más avanzados. En Hematología no usamos el término metástasis, pero sí usamos escalas pronósticas. La infección por covid ha causado más morbilidad —complicaciones— y mortalidad en los pacientes oncohematológicos. En un registro nacional de mieloma y covid en el que participamos se observó una mortalidad relacionada con la infección del 30%, mayor en pacientes mayores, algo que también se observó en otros grupos de enfermos oncológicos.
—¿Cómo se ha adaptado el servicio a este aumento de la asistencia?
—El servicio se ha adaptado en muchos aspectos, independientemente del periodo covid. El servicio consta de tres secciones: Banco de Sangre, Laboratorio y Hematología Clínica. Estas secciones no son estancas y se ha potenciado la colaboración interdisciplinar. La sección de Hematología Clínica siempre se ha caracterizado por la superespecialización. Hay un responsable en cada patología más prevalente. La función de esa figura referente ayuda a optimizar los recursos como en la gestión de casos, para capacitar al personal o priorizar los casos en situaciones de alta carga asistencial, según la gravedad o urgencia. Una de las funciones con mayor arraigo en nuestro servicio es la relación con pacientes y familiares. ‘Perder el tiempo’ en la educación y en la prevención en la comunidad ayuda a reducir la carga asistencial. Los pacientes y sus familiares bien formados e informados viven más y mejor. Además hemos creado accesos a la información (sobre todo por vía telefónica) para todos los pacientes, que se ha optimizado y acentuado con el periodo covid, pero que se ha quedado como mejora sustancial de la asistencia en nuestro servicio. Antes de la pandemia desarrollamos una aplicación para agilizar y facilitar la comunicación con pacientes y familiares de mieloma múltiple, con un desarrollo óptimo con la pandemia. Con ella se han generado más de mil consultas, muchas de ellas relacionadas con el covid, como vacunas, fármacos, prevención… pero también otras con dudas sobre medicaciones, citas o aspectos médicos. La propia aplicación utiliza en determinadas situaciones un algoritmo creado expresamente para pacientes con mieloma para la derivación urgente en situaciones de riesgo predefinidos. Toda esta información se valora y se da respuesta de una manera ágil, rápida y segura. Se han detectado varias situaciones de urgencia que han sido un refuerzo positivo para continuar el desarrollo y optimización de la aplicación en los próximos años.
—¿En qué proyectos de investigación están trabajando sobre el mieloma múltiple?
—Además de esta aplicación, se ha usado en otras patologías oncológicas con la ayuda de la empresa Noona-Varian, y que es pionera para pacientes con mieloma múltiple. En los años de la pandemia la mayoría de los estudios se realizaron en ese entorno: fisiopatologia, epidemiología, factores pronósticos…de la infección. La investigación, tanto básica como traslacional-clínica, se vio perjudicada gravemente durante la pandemia, hubo menos propuestas para estudios y ensayos clínicos y además se limitó la inclusión de pacientes. Los que estaban activos se vieron modificados. Tras el verano de 2022 se reiniciaron muchos de los proyectos diferidos y se propusieron otros nuevos. En este año se han activado en el Servicio de Hematología siete ensayos clínicos, de los que cinco son internacionales, con esquemas basados en inmunoterapia con anticuerpos monoclonales y/o anticuerpos biespecíficos. Además hemos iniciado en este curso 2022-23 la participación en varios proyectos académicos, de investigación básica. Somos centro de referencia para un proyecto basado en inteligencia artificial para pacientes con mieloma, que creemos que va a ser una herramienta fundamental de optimización de la investigación y de generación de conocimiento. Para el curso 2023-24 prevemos que el número de estudios y ensayos clínicos activos o en seguimiento del servicio superen los 50. A pesar del periodo covid, más de cien pacientes han sido incluidos en los ensayos clínicos abiertos en nuestro servicio en últimos diez años.
—La nueva estrategia sanitaria es educar en salud, reforzar la medicina preventiva ¿Qué están haciendo en León?
—Como decía antes, la formación e información es vital. Creemos que es necesario tener circuitos sencillos y accesibles en todos los entornos del hospital para estos pacientes, especialmente sensibles por su estado de inmunosupresión o por su fragilidad, por lo que es fundamental para garantizar una asistencia de calidad. Es fundamental escuchar a los pacientes y familiares e intentar definir y solucionar los déficits que son especialmente sensibles desde ‘el otro lado de la camilla’. Creemos firmemente en la responsabilidad de la comunidad y de la familia para evitar contagios ‘no-deseados’—nadie lo desea. En repetidas veces les comentamos a la familia que la mejor visita en determinadas situaciones es ‘la que no se hace’. Afortunadamente tenemos herramientas y recursos para que la escucha activa y el acompañamiento sean cercanos. Una de las herramientas que se han visto favorecidas por la pandemia covid —en el ser vicio de hematología trabajamos continuamente en ello — es optimizar y universalizar y poner en valor la vacunación de estos pacientes inmunodeprimidos en las distintas fases o tipos de enfermedad, o según los tratamientos administrados. Para ello trabajamos e investigamos con otros servicios como Inmunología, Medicina Preventiva o Atención Primaria. Atención Primaria son compañeros fundamentales para que la estrategia de salud global, para que nuestro sistema sanitario sea fluido y responda a las necesidades de la comunidad.
—¿Junto a Alcles (Asociación Leonesa por las Enfermedades de la Sangre) ha puesto en marcha proyectos para mejorar el bienestar de los pacientes hospitalizados o que reciben tratamiento, como el café con su hematólogo. ¿Cómo beneficia a los pacientes?
—Si no existiera Alcles habría que crearlo. Sin Alcles mucho de lo que he comentado anteriormente, de cercanía y apoyo a la formación e información incondicional a pacientes y familiares, no existiría. Todo lo que se hace, lo que se ha intentado y lo que se intentará tiene un objetivo principal: mejorar la parte de la salud —concepto holístico de salud— que no vemos o se nos escapa en los centros sanitarios. Voy a mencionar tres que me parecen más relevantes en la relación médico-paciente-familia. El paciente experto, con un paciente veterano que asesora, acompaña y escucha a un paciente de nuevo diagnóstico con la misma enfermedad. Hablan y sienten un mismo idioma en una misma enfermedad. Las salas de respiro en la planta de Hematología, donde pacientes y familiares pueden descargar el silencio de las paredes de las habitaciones; y el programa #cafécontuhematólogo, todo junto, todos juntos, donde compartimos un entorno apacible y sereno, sin tabúes, donde nos podemos escuchar, continuamente, quienquiera que se apunte a ello. A pesar de la pandemia se han seguido programando actividades e iniciativas. Las dos últimas son Alcles te lleva al huerto y Ritmo Cardiaco, que se unen a otras muchas como el piso de acogida, la ayuda psicológica, la carrera de septiembre que se acaba de celebrar. Este curso además celebraremos el 30 aniversario. ¡¡¡Estamos de enhorabuena!!!
—Además, usted dirige la Pastoral de Salud de la Diócesis de León y coordina el teléfono para prevención de la soledad no deseada. ¿Qué labor realiza en este sentido y cómo lo compagina con su labor asistencia?
—Coordino la Pastoral de la Salud desde el año 2021, como de la Unidad i+i. Creo que es importante, como nos dice el papa Francisco, que estemos en servicio. Siempre en servicio. No entiendo ninguno de estos grupos de coordinación sin un equipo que apoye, discrepe, escuche y proponga soluciones a las necesidades que tenemos. El año pasado, por ejemplo, elaboramos un material fundamental para que la comunidad entendiera el sacramento de la Unción de los Enfermos como un sacramento de sanción, que alivia, da paz. Creo que es importante adelantarse y prepararse para ese momento ‘único’ de la vida de forma coherente, tranquila, sosegada, desde nuestra fe al final de la vida. Otro de los programas que estamos desarrollando con Cáritas es el programa ‘Estoy contigo’, un teléfono- una llamada inicial para acercarse y conocer las necesidades de las personas solas de la Diócesis y ofrecer la ayuda y compañía que pueden ofrecer dlas parroquias, de forma directa y personal. Otro de los proyectos, en una colaboración sinodal y transversal, es acoger a muchos de los grupos de personas con necesidades especiales que viven con nosotros y a las que no vemos: personas ciegas o sordas, con limitaciones de movilidad por cualquier causa, con enfermedades mentales o neurodegenerativas. Esa iglesia de puertas y orejas abiertas en las que acojamos a ‘todos, todos, todos’ como nos dijo en la pasada JMJ de Lisboa el papa Francisco. Para compaginar todas estas funciones el equipo es fundamental. Y con la ayuda y el amor de mi familia. Ellos entienden y son parte del equipo. De este equipo que cree en que podemos dejar un mundo mejor a nuestros hijos. Nosotros le llamamos ‘desde siempre’ nuevo Reino; pero hay que creérselo y vivirlo. Lo primero en familia, claro.