El estrés postvacacional: eso que muchos llaman ‘la tortura’ de volver al trabajo
«¡Septiembre otra vez, y de vuelta a trabajar!» Esta es una de las expresiones que más escucho durante el mes de septiembre en conversaciones de bar, medios de transporte paradas de autobús, y entre mis amistades. Y es que para la inmensa mayoría las vacaciones de verano han llegado a su fin y se preparan para volver a la rutina del trabajo, la vuelta al cole, y las tareas diarias, con el único consuelo de las vacaciones navideñas que aún se ven demasiado lejanas, y que son solo para algunos afortunados.
Esperamos la vuelta al trabajo como el que espera el agua en un día de picnic, programando nuestra mente para responder al sonido del despertador con nostalgia y pánico.
Cada año miles de trabajadores experimentan lo que llamamos «estrés postvacacional» que, a mí, irónicamente, me gusta describir como «shock postvacacional» porque, a pesar de que año tras año acontece del mismo modo, te vas de vacaciones y luego vuelves al trabajo porque si no, no hablaríamos de vacaciones. Genera síntomas como si de un estado de shock se tratase, como si nos pillara por sorpresa. Sin embargo, ironías aparte, supone un problema de salud pública que afecta cada vez a más personas, con datos que hablan de un 72% de afectados levemente por el estrés postvacacional, y un 11 % que causan baja por no gestionar este estrés. Datos que hacen que tengamos este aspecto muy presente.
Insomnio, dolores articulares y de cabeza, incluso cuadros de ansiedad, son algunos de los síntomas que describen las personas por la vuelta al trabajo.
Las vacaciones suponen un periodo de descanso, de ocio, de horarios anárquicos, de actividades relajantes. Volcamos todos nuestros anhelos en este breve periodo vacacional, porque creemos que el resto del año no tenemos tiempo para dedicarnos a nosotros mismos, a nuestros amigos, a nuestros hobbys. Nuestra prioridad es, en la mayoría de los casos, la actividad laboral, sin darnos cuenta que, para protegernos de los efectos nocivos del estrés laboral, es importe respetar nuestros espacios y actividades placenteras y no privarnos de ellas.
Sin embargo, combatir este estrés laboral es mucho más sencillo de lo que parece. Las claves son dos. La primera, un cambio de nuestras creencias, y la segunda, es la buena planificación.
Habitualmente nos encontramos con personas que creen que solo pueden dedicarse tiempo en vacaciones, pasarlo bien en esa breve época… ¿Y si cambiamos esta creencia por la de que todo el año puedo dedicarme tiempo a mí, a los míos, y a las cosas que me gustan? ¿Y si te digo que esto es posible, muy real y que cada vez más personas lo conseguimos?
No sé quién nos hizo creer que durante la época laboral únicamente tenemos que trabajar, sin embargo, te puedo asegurar que eso no es así, y la clave está en planificar el tiempo.
Por supuesto que las jornadas laborales ocupan ocho horas, y que luego están los atascos, las actividades extraescolares… Pero no es menos cierto que día a día nos tropezamos con vampiros del tiempo, horas vacías dedicadas a las redes sociales, personas que nos entretienen con sus historias, sus problemas que son los mismos que los nuestros, actividades de menos de dos minutos que nos llevan horas o posponemos durante días…
La segunda de las claves comentada para combatir el estrés postvacacional y comenzar a ver cada día como una oportunidad de tener tiempo de calidad para nosotros y nuestras familias, es la planificación. Planificar semanalmente, diariamente y por horas todas y cada una de las tareas que debemos y queremos realizar, ayudará a eliminar esos ladrones de tiempo, cumplir la planificación, realizar tareas que llevan menos de dos minutos sin enredarnos en si las hago ahora o no, y hacerlas de inmediato, en automático, nos permitirá tener más tiempo para nuestro ocio, cuidado personal y compartir con la familia.
Con esto no te prometo que podrás estar más de la mitad de tu día de ocio, pero junto con una actitud positiva de querer hacer las cosas mejor, y el agradecimiento de tener un trabajo al que volver, sí que podrás reducir el estrés de la vuelta.
Por supuesto, no quiero olvidarme de la importancia que tiene también tener un buen ambiente de trabajo, pudiendo hablar de una tercera clave. Una buena y cordial relación con compañeros es fundamental ya que pasamos gran parte de nuestro día a día en el trabajo, y esto favorecerá la vuelta de vacaciones y reducirá, en gran medida, el estrés postvacacional, así como el propio estrés laboral el resto del año.
Cambiar nuestra mentalidad y abordar la vuelta al trabajo con una actitud positiva, puede marcar la diferencia. Así que, este año, y para la próxima vuelta de vacaciones, en lugar de dejarte abrumar por el estrés postvacacional, tómatelo como un desafío para mejorar tu bienestar a través de la planificación. La gestión eficaz del tiempo lleva práctica, pero si eres de los afortunados que disfrutan de vacaciones invernales, tienes aún tres meses por delante hasta las próximas vacaciones para practicar.
Os deseo un saludable regreso al trabajo.