Las embajadoras de León en la Antártida
«No somos astronautas, seremos referentes cercanas». Las profesoras de la ULE Hilde Pérez y Zaida Ortega serán las primeras leonesas en escuchar el profundo silencio que dicen que reina allí. El 3 de noviembre parten desde Usuahia en la expedición Homeward Bound con 81 mujeres de todo el mundo. Al menos tres leoneses, el aventurero Jesús Calleja, el capitán de la marina mercante Pablo Fernández y el coronel Manuel Macho, tienen en su pasaporte vital el sello antártico.
Las primeras científicas argetinas visitaron la Antártida en 1968 y hay noticias de la primera mujer occidental que pisó el continente en 1773. Fue Louise Séguin, que navegó en el Roland con Yves Joseph de Kerguelen. Pocos años después la científica Jeanne Baret iría en misión científica como asistente de botánica.
Jackie Ronne, considerada la primera exploradora mujer, escribió en su diario en 1947: « La Antártida no es lugar para mujeres». Algunos países, incluido Estados Unidos hasta 1969, tuvieron prohibido a las mujeres trabajar en la Antártida.
Las dos profesoras de la ULE, una ingeniera industrial y una bióloga especializada en zoología, forman parte de la red de diez mil mujeres profesionales de las áreas Stemm de todo el mundo que la fundación australiana Homeward Bound llevará hasta el continente blanco en diez años para que trabajen en común por el bien común.
Zaida Ortega
En la Antártida, aunque esté a 15.327 kilómetros de León, «se refleja todo lo que ocurre en el mundo», admiten Hilde Pérez y Zaida Ortega. Las embajadoras de León en la Antártida señalan que el aumento de la temperatura hasta alcanzar 18-20 grados en verano; la merma de la supervivencia de los pingüinos emperador; el deshielo y que la gripe aviar haya saltado de aves a mamíferos son problemas de la Antártida que alertan sobre los efectos del cambio climático sobre el planeta.
La expedición se ha demorado dos años debido a la pandemia y en esta ocasión será doble. El 13 de noviembre parte otro barco con científicas y tecnólogas de todo el mundo desde Puerto Madrid.
Es una coincidencia «extraordinaria», casi «mágica», que dos profesionales del mismo país y que trabajan en la misma ciudad compartan la misma expedición. Hilde Pérez y Zaida Ortega son la mitad del cupo español que va en el mismo barco, sobre un total de siete en los dos viajes a la Antártida de la Homeward Bound.
Con estas dos mujeres, la Universidad de León apoya la propuesta para convertir en Área Marina Protegida (AMP) la Península Antártica Occidental. Una reclamación que se ha materializado en estos dos años de espera en la prestigiosa revista científica Nature con un artículo firmado por 289 mujeres de carreras Stemm (Ciencias, Tecnología, Ingenierías, Matemáticas y Médicas), que exponen «la urgente necesidad de proteger la Península Antártica antes de que sea demasiado tarde». Otros artículos científicos publicación con ocasión de la expedición abordan de la epidemia de plásticos que también amenaza la Antártida y que se agudizó con la pandemia de covid-19 publicado en Scientdirect y un tercero, también en Nature, sobre el impacto del aumento del nivel del mar debido al cambio climático en las colonias de tortugas marinas.
Hilde Pérez
«No somos astronautas, pero somos referentes cercanas», asegura Hilde Pérez con un guiño al hito que se espera de Pablo López y Sara García en la Luna.
Las componentes de la expedición se ‘conocen’ de forma virtual desde hace dos años. En este tiempo, sin saber lo que iba a suceder, «hemos estado ‘navegando’ en la incertidumbre, que es precisamente uno de los temas quese trabaja en el grupo», comentan. Ahora les tocará convivir durante tres semanas en un barco. Cuando termine el viaje, la idea es que se mantengan en la red para seguir aportando conocimiento y soluciones a la emergencia planetaria que se visualiza de manera particular en la Antártida.
Hilde Pérez nunca había soñado con ir a la Antártida, «ni remotamente» Después de una larga carrera profesional de 32 años en la Universidad de León, en un sector tan masculinizado como son las ingenierías, señala que la oportunidad le ha llegado en el momento idóneo. «Quería hacer algo más, algo que trascendiera a la sociedad. Ya hacía mentorías con niñas y una niña me habló del proyecto. Me presenté, pero no pensaba que me fueran a elegir», asegura.
Especialista en Ingeniería Mecánica y en la transferencia del conocimiento a la industria, una de sus líneas de investigación es la búsqueda de más eficiencia en los procesos con robots colaborativos que trabajan con humanos en la industria. «Ya no tienen que estar aislados, como antes, porque tienen sensores y no pueden golpear», apunta. Uno de sus propósitos es seguir trabajando por el talento femenino en este ámbito porque «es difícil de captar».
La diversidad cultural, priofesional y de experiencias vitales es uno de los signos que define a la expedición, a la que acompaña entre las maestras como ‘elder’ o veterana la activista ambiental africana y defensora de la propiedad de la tierra para las mujeres Cécile Bibiane Ndjebet, como en anteriores viajes participaron Jane Goodall o Cristiana Figueres. Hilde Pérez y Zaida Ortega también representan esa diversidad aunque compartan la procedencia. Pertenecen a diferentes áreas de conocimiento, generaciones y experiencias.
Zaida Ortega, natural de Palencia, se ha incorporado recientemente a la Universidad de León en la Facultad de Biología. Después de un largo periplo por el extranjero, en la Amazonía y en Matto Grosso del sur en Brasil, el país con más biodiversidad de la Tierra. Tres lustros investigando hasta que ha conseguido retornar con un billete para la Antártida en su maleta. «Sí que había soñado ir a la Antártida. Cuando terminé la carrera me lo planteé, pero no me encajaba en mi plan de vida en aquel momento e hice la tesis doctoral sobre reptiles de alta montaña en la Península Ibérica, incluida la lagartija leonesa», explica. Sin ir a la Antártida se dio cuenta del problema del calentamiento por su repercusión en esta fauna.
Las dos embajadoras de León en la Antártida pronostican una experiencia intensa. No saben el plan de navegación, el capitán del barco lo decidirá «según los hielos» cada día. El paso de Drake, que son dos días de naviaje, es uno de los momentos cumbres porque es una zona donde el oleaje puede alcanzar los ocho metros. Lo que sí saben es que no van a parar ni un minuto. «Las ganas de hacer, de actuar y de acción ante la injusticia» las llevan impresas en lo más íntimo de sus curriculum. La Antártida sí es lugar para leonesas.