Diario de León

Los mercadillos en las casas llegan a León

La emprendedora que da una segunda vida a los enseres. Carmen García Fernández tiene la única tienda que queda en la que fue calle más comercial de Boñar y amplía su proyecto con la nueva tendencia de los ‘homemarket’ o puertas abiertas en casa

Carmen García Fernández en su tienda Antiquae de Boñar, se abre paso como organizadora de ‘puertas abiertas’ en casas particulares para vender enseres. RAMIRO

Carmen García Fernández en su tienda Antiquae de Boñar, se abre paso como organizadora de ‘puertas abiertas’ en casas particulares para vender enseres. RAMIRO

León

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Vive en Villanueva del Condado, abrió su tienda vintage en Boñar y se mueve entre Asturias y León, de momento, para intermediar en mercadillos efímeros que organiza en casas particulares. Carmen García Fernández se abre camino en un sector que tiene gran tradición en países como Francia, Alemania o Reino Unido y empieza a ser tendencia en España.

Son los homemarket ingleses, vide maison franceses o puertas abiertas, en versión española, que sacan a la venta enseres dentro de viviendas particulares cuyos dueños quieren desmontar totalmente o en parte. A Carmen le van como anillo al dedo las etiquetas de emprendedora y neorrural. Asturiana de nacimiento, pasó los veranos de su infancia en Vegas del Condado. La vida y el tiempo le trajeron de la ciudad al campo y con la pausa de la maternidad y otros avatares de la vida decidió dejar atrás sus antiguos trabajos en prevención de riesgos laborales y cajera para dedicarse a algo que realmente le gustara.

Su pasión por dar una segunda vida a cosas «viejecitas» y la curiosidad por las historias que hay detrás de los objetos le puso en el camino. Cuando decidió abrir la tienda vintage, «dudé entre León y Boñar. Ambos me quedan a 20 minutos de casa», confiesa. Al final se decantó por un local en Boñar, en la calle Manuel Galiano, que fue la más la comercial de la villa.

Donde estaban La Preciosona —una tienda en la que se podía encontrar desde un tornillo hasta calzoncillos de abanderado, detergente o aceite—, una ferretería, un almacén de alimentación, una pescadería y una carnicería ya solo queda Antiquae.

Es la tienda que Carmen García abrió hace un año. El mercado de la segunda vivienda y la tendencia de la vuelta al pueblo durante la pandemia, además de su apuesta por lo rural afianzaron su decisión de no desplazarse a la capital.

A través de la tienda tomó contacto con personas que necesitaban desmontar su casa, pero «yo no tengo capacidad en la tienda para coger todas las cosas». Fue cuando descubrió proyectos como Arquitectura del Arte y The Circular Market que se dedican a organizar mercadillos en casa en España.

Las ventas se anuncian en una página —en su caso en @antiquae.es de Instagram— y cualquiera puede acudir a comprar. Con una amiga empezó a idear este proyecto tras hacer una visita a uno de estos mercados efímeros. Con el tiempo, lo arrancó en solitario con el apoyo de su marido, Jorge, que también es autónomo.

Una de las cosas que siempre tiene que aclarar es que «no vendo las casas, aunque las casas pueden estar en venta y las ‘puertas abiertas’ son una ocasión para que personas interesadas puedan visitarlas», apunta.

La mayoría de las personas que demandan este servicio de intermediación tienen objetos de cierto valor que no saben cómo vender. Otras veces no se trata solo del problema de tasar objetos antiguos, sino también de la carga emocional que supone desprenderse de objetos que ya no necesitan pero que han formado parte de su vida o la de sus familiares. «La dueña de la primera casa que hice mercadillo en Mieres me dijo que sola no lo habría podido hacer. Hacerlo con una persona al lado te quita la carga emocional de decidir. No es lo mismo pasarlo por las manos que poner una distancia». explica Carmen.

Esto ocurre con frecuencia cuando una familia o una persona se tiene que enfrenar a deshacerse o transformar la casa de sus padres o sus abuelos. Cambios de vida, casas con demasiados objetos y otras situaciones pueden plantear la necesidad acudir a un servicio de intermediación para que organice el evento.

Las personas que como Carmen se especializan en intermediar en estas ventas primero ven la casa y valoran si es viable hacer el mercadillo. Su trabajo, que es mucho más que el fin de semana que se abren las puertas para la venta, incluye la tasación, darle un valor real a los objetos, y esto a su vez requiere indagar su historia y valor. En la casa que actualmente tiene en Avilés en venta se ha encontrado con objetos de entidad como antigüedades e incluso como obras de arte. «Hay muchas cosas de los años 20 y 30 y me han llamado mucho la atención dos candelabros que están realizados por un artesano platero de Barcelona, que también hizo la custodia de la catedral de Tarragona», comenta. Un cuadro que sospecha que puede tener un valor artístico singular, mantelerías bordadas a mano, vajillas de porcelana fina, cuberterías y muchos objetos de plata, locomotoras de Payá, colecciones de fotos y cámaras antiguas...

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La vida de los dueños es más efímera que estos objetos que perduran en el tiempo. Y sus descendientes se deshacen de un legado que no pueden gestionar o meter en sus casas. A través de estos objetos «conectas con pedazos de historia, hasta llegar al final». Para Carmen es un viaje emocionante y una forma de dar una segunda, tercera o cuarta oportunidad a objetos que se resisten al paso del tiempo por su calidad.

La moda vintage, que ha convertido en objetos de deseo a muebles y enseres de los años 60, 70 e incluso de los 80, y las nuevas tendencias de reducción de materiales que animan los mercados de segunda mano, ofrecen un público potencial para todo tipo de viviendas, no sólo las de lujo. Los servicios que ofrece evitan que muchas cosas acaben en los contenedores y sacan al mercado presencial objetos que hoy en día ya no se fabrican.

Carmen García Fernández termina los estudios de Historia del Arte en la Uned y este año se ha matriculado en la Universidad de Alcalá de Henares en un curso de tasación y valoración de antigüedades online.

La persona intermediaria u organizadora del evento cobra un porcentaje proporcional a la venta final. Es una venta de particular a particular por lo que se persigue afluencia de público. El boca a boca y las redes sociales son el principal medio para dar a conocer o esta al tanto de los mercadillos que se van abriendo.

Carmen tiene un hijo de 11 años, Mateo, y una niña de 8, Mía, que están escolarizados en la escuela de Vegas del Condado, que pertenece al CRA Ribera del Porma. Está encantada de haber elegido vivir en el pueblo de Villanueva del Condado. Contar con raíces y familias en Asturias le ha servido para abrir allí los primeros mercadillos en casas. Pero su vista está puesta ahora en León, donde cree que hay mucho potencial.

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