«Cervantes fracasó en poesía y teatro»
l José María Micó reúne quince ensayos sobre los clásicos en ‘De Dante a Borges’
alfredo valenzuela
He estudiado a Góngora y he traducido a Dante, pero escribir canciones y tocar la guitarra es lo más serio que he hecho», ha dicho a Efe el catedrático de Literatura José María Micó, que compagina su labor académica y ensayística con la de tocar la guitarra y componer música y letras de canciones.
De Dante a Borges. Páginas sobre clásicos (Acantilado) es el último libro de Micó, en el que reúne quince ensayos sobre clásicos, una figura de la cultura universal que se ha atrevido a definir:
«Para convertirse en clásico solo se necesitan tres cosas: escribir una obra excepcional, rezar para que no se pierda y morirse. La más difícil es la primera, la segunda no estaba tan garantizada en el pasado como lo está ahora y sin la tercera no hay clásico que valga».
A la pregunta de si no teme que su actividad musical le reste crédito ante sus alumnos, el catedrático ha contestado: «Más bien doy mal ejemplo a los profesores, por lo menos a los que puedan pensar que lo que hago no es serio», y ha recordado que ya ha grabado cuatro discos junto a Marta Boldú, quien pone la voz y también compone algunas canciones del dúo «Marta y Micó».
«Confiamos en que sean algunos discos más porque tengo varias canciones inéditas y porque, ahora que se cumplen diez años de nuestro primer concierto, estamos pensando en volver a grabar con una producción algo distinta nuestras canciones más antiguas», ha señalado el profesor que el curso pasado pidió un año sabático y recorrió buena parte de España con sus actuaciones musicales.
Activo de nuevo en la Universidad Pompeu Fabra, dedica este trimestre a dar clase en el Máster en Creación Literaria y en el de Estudios de Traducción, mientras que sobre su reciente De Dante Borges sostiene que «el canon literario no recoge la uniformidad, sino la singularidad y la diferencia».
«Dante, Cervantes o Shakespeare están tan lejos de sus contemporáneos que basta con leer alguna de sus páginas más felices para darse cuenta de que son otra cosa; son clásicos porque son de otra clase», ha señalado para poner también el ejemplo de ‘El Quijote’, que considera la obra más excéntrica y extemporánea de Cervantes:
«Cervantes intentó triunfar en todos los géneros aceptados o convencionales de su tiempo; fracasó en la poesía y en el teatro; empezó publicando una novela pastoril y terminó pensando que su mejor libro era el ‘Persiles’, que también seguía una corriente novelística de moda; pero el éxito le llegó con una obra empezada con retazos de otros escritos y con ideas poco claras a la que le fue encontrando el punto sobre la marcha y acabó rizando genialmente el rizo de la invención».
Traductor de la Divina Comedia, le ha atribuido dos palabras de moda —‘autoficción’ y ‘distopía’— a este clásico de hace siete siglos.
«Lo dije un poco provocativamente, pero así es. Dante ni siquiera es el inventor de la autoficción, pero sí su mejor representante antiguo, y es una obra distópica porque cuenta —es decir, inventa— los males que nos esperan».
Sobre la disparidad de los clásicos que aborda en De Dante A Borges, Micó ha respondido a la pregunta de en qué se parecen Rubén Darío y Borges:
«En su extraordinaria conciencia de la forma. Sus ideas sobre la poesía y los resultados de sus estéticas respectivas fueron muy distintos, pero ambos tenían una concepción lapidaria de la expresión poética, que es lo que al fin y al cabo emparienta a los grandes escritores: Encontrar el modo más efectivo y perfecto de decir lo que quieren decir».