cartas al director
c Daniel Olivera Fernández hace un homenaje a su abuela:
«—Abuela, ¿qué le gusta más: los garbanzos o el vino?
—Las dos, una para comer y la otra para beber.
Es su combinación ganadora, nada puede competir contra ella.
Incluso después de décadas comiendo garbanzos después de trillar y encargarse de los animales de la granja para sacar adelante a su familia, los sigue eligiendo.
Mujer de campo, mi bisabuela Aurelia nació el 20 de octubre de 1917 en Robledo de Torío. Perdió a su padre con once meses debido a la pandemia de gripe española de 1918. Recibió la educación básica en la escuela del pueblo, lo que le ha permitido recitar con fluidez todos los países europeos con sus capitales, además de recordar con cierto dolor los reglazos que le daba su profesora cuando se mordía las uñas. Perteneció a esa generación de niños que recibían felices una naranja el día de los Reyes Magos.
Entre muchos otros momentos históricos, recuerda vívidamente un día en que, a mediados de abril, fue a acompañar a su abuela para que cogiese el tren en San Feliz con 13 años y escuchó a la gente gritar en la estación: ‘¡Viva la República!’. Ella lo narra tranquila como una vivencia más, pero a mí se me llenan los ojos de lágrimas sabiendo que mi bisabuela es Historia de España.
Se casó el 6 de septiembre de 1937 y dio a luz a dos de sus tres hijos en plena Guerra Civil, aunque, como ella me ha contado muchas veces, ‘para entonces ya no había guerra’, refiriéndose a que en León el combate ya había terminado.
Vivió en Robledo rodeada de su marido, sus hijos, sus nietos, sus biznietos y demás familia hasta sus 92 años, momento en que se trasladó definitivamente al barrio de La Chantría en León con su hija María Cleofé, mi abuela, gracias a lo cual he podido disfrutar tanto de ella.
Personalmente, mi bisabuela es y siempre será el amor de mi vida.
El primer recuerdo que tengo es siendo un bebé en la cuna cuando se me quedó atascado un dedo en uno de los barrotes de la misma y nadie podía hacerme parar de llorar hasta que ella se dio cuenta de lo que pasaba. No tengo hermanos, ella era la persona que me iba a buscar al cole y que ha jugado conmigo al sinfín de ocurrencias que solo un niño puede imaginar. Siempre con una sonrisa y siempre diciéndome: ‘mi niño querido, ¡cuánto te quiero yo!’. Me ha enseñado a mirar con el corazón a los demás, a querer sin límites, a centrarme en las cosas verdaderamente importantes de la vida y a no perder el foco en que de lo que se trata todo esto es de ser feliz.
De extraordinaria salud, tanto física como mental, ha tenido el honor de ser la persona más longeva de su pueblo, Robledo, y de su Ayuntamiento, Villaquilambre.
La pregunta que más ha escuchado en los últimos años ha sido que cuál es el truco para llegar a esa edad así de guapa, ante lo cual ella siempre sonreía sonrojada y callaba. Yo diría que su optimismo al mirar siempre hacia delante y su carácter vitalista: la ilusión que ponía en vestirse ella solo cada día bien temprano, en cada conversación, en ver a su familia bien, en cada partida de tute o de cinquillo que jugábamos, en las tantas misas diarias a las que ha asistido y la calma que obtenía rezando su oracional han sido determinantes para que esos ojos azules brillasen humedecidos como no he visto brillar a ningunos otros jamás.
El viernes, 13 de octubre, mi bisabuela falleció en su cama durmiendo tranquilamente. Nada de hospitales y nada de enfermedades. Quizá estaba soñando con sus seres queridos, aunque también cabe la posibilidad de que lo hiciera pensando en las tantas vacas que cuidó, como muchas veces me contaba diciéndome eso de que ‘vaya cosas sueño’.
A pesar de que yo evitaba siempre el tema, ella en alguna ocasión conseguía abordarlo diciéndome que ese día tenía que llegar alguna vez y que no llorase ni estuviese triste porque ella estaba ya con Dios. ¡Cómo sabía cuánto iba a echarla de menos! Siempre ha tenido una inteligencia emocional excepcional.
Lo cierto es que su ausencia me está perforando el alma día tras día. A la par, me siento la persona más afortunada del mundo por vivir un amor tan especial como el nuestro y por tener la certeza de que siempre vamos a estar juntos.
Mi abuelita querida, ¡cuánto la quiero yo!».
¿Cree que el acuerdo
de Pedro Sánchez con los independentistas será perjudicial para la provincia de León?
SÍ 84%
NO 16%
Confía en que el Ministerio de Transportes dará una solución al conflicto de los acuíferos de la Variante de Pajares?