Diario de León

La cima pendiente de Ana Martínez de Paz

La escaladora leonesa, que ha coronado el Urriellu 102 veces, quiere subir al mítico pico por la cara oeste con Bernabé Aguirre

De Paz, el 5 de octubre de 2023, en el Naranjo. CÉSAR DE PRADO MALAGÓN

De Paz, el 5 de octubre de 2023, en el Naranjo. CÉSAR DE PRADO MALAGÓN

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Fernando Pérez Soto (Efe) / Ana Gaitero

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El 102 es un número abundante y semiperfecto en matemáticas. Para la montañera leonesa Ana Isabel Martínez de Paz es el número de veces que ha coronado el pico Urriellu. Ahora aspira a coronar la cima del mítico Naranjo por la única cara, la oeste, que aún no ha escalado. Es su cima pendiente. «Espero hacerlo el verano que viene y lo haré, si soy capaz, con Bernabé Aguirre, el hombre que más veces ha subido al Naranjo y una magnífica persona», asegura.

El pasado 5 de octubre, fiesta de San Froilán en León, Ana Isabel Martínez de Paz coronó la cima del Urriellu por última vez. Entre sus manos abrazó una vez más la imagen de piedra de la Virgen de las Nieves que, desde 1950, corona el pico asturiano. «Pero ahora ya no está», lamenta. «Es una pena que no se respeten las tradiciones». No es la primera vez que hay que reponer la pequeña estatua de piedra en honor a la patrona de las nieves. Ana Isabel Martínez de Paz ascendió por primera vez a este pico de 2.519 metros de altitud, el 25 de septiembre de 1985. Ni siquiera tenía pies de gato, pero iba guiada por un experto montañero, César de Prado Malagón, su compañero de vida, que ha coronado la cumbre mítica 128 veces.

Han pasado 43 años, con sus 102 cimas alcanzadas en el naranjo, y aquel amor a primera vista se ha convertido en «amor eterno». Las sensaciones que experimentó la actual montañera sexagenaria le hicieron encandilarse de por vida con el Pico Urriellu: «Supuso un viaje también interior, ya que al coronar la cumbre lo que me encontré ante mis ojos en la puesta de sol fue indescriptible, aunque luego llegara la complicada bajada, con una experiencia que fue toda una sacudida interna».

«Al Urriello, mientras el cuerpo y la mente aguanten, seguiré subiendo, no solo por lo que me gusta, experimento y encuentro diferente en cada una de las ascensiones, ni tampoco por computar, sino porque es algo que me acompañará mientras siga ligada a la montaña», recalca.

Martínez de Paz también ha «saboreado» otras montañas a lo largo del mundo, en Pirineos, Alpes, Dolomitas, Asia, Marruecos, Alaska, Ecuador, Perú o Bolivia, -con la única excepción de Oceanía- pero ninguna le ha «enganchado» tanto como el Pico Urriello. El 102 es un número abundante y semiperfecto. Ana Isabel Martínez de Paz va a por el 103 y por la cara oeste.

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