La banalización de Antoni Gaudí
josé oliva
El arquitecto y ensayista Juan José Lahuerta, que acaba de publicar el ensayo Gaudí vs disseny, considera que «más que prejuicios, Gaudí está sometido a la banalización derivada del consumo masivo turístico». Lahuerta señala que «Gaudí se ha convertido en un objeto de consumo y en producto de un mercado particularmente devorador y banalizador como es el del turismo». Fruto de esta banalización, se ha acabado explicando a Gaudí con cuatro ideas, para convertirlo en «un personaje cómodo que no tiene contexto que puede ocupar cualquier vitrina en cualquier mercado». En Gaudí vs disseny (Univers), el autor recuerda que «una de las maneras a través de las cuales se explica la obra de Gaudí es proyectando sobre ella una manera de trabajar y de entender el producto de arquitectura, el producto de los objetos cotidianos, el mobiliario o los objetos desde la mesa hasta la baldosa como formando parte de esta idea moderna, que es el diseño». La idea de diseño, que viene de dibujo, tiene su origen en los momentos fundacionales del arte moderno y se elabora en el sentido moderno a mitad del siglo XIX, con los ingleses, que «lo llaman ‘design’, inventan la primera escuela de diseño, crean la primera revista de diseño, construyen el Cristal Palace, con la producción industrial hacen una producción masiva de objetos cotidianos, fundan el Victoria & Albert Museum». Advierte el autor que «los arquitectos no suelen tener un obrador como Gaudí, sino que suelen tener un despacho o un estudio, un lugar de silencio, de reflexión, mientras que el despacho es un lugar donde se despachan documentos que es lo que sale de las manos del arquitecto y de su equipo; y en el obrador de Gaudí está la clave de toda su obra». «Gaudí elimina el pecado original que es la división del trabajo». Y en ese contexto, el caso de Gaudí tiene mucha relación con lo que hoy llamamos bricolaje.