Asociación de Personas Sordas de León: «Pedimos que los plenos de León se traduzcan a la lengua de signos»
Llevan sesenta años rompiendo el silencio de las personas sordas en León. Ahora se hacen más visibles con actividades compartidas con el tejido social y reivindicando sus derechos.
Hace sesenta años, en 1963, un pequeño grupo de personas sordas de León decidieron organizarse para mejorar su calidad de vida. La Asociación de Personas Sordas de León San Juan Bautista tomó el nombre de un santo que aparece en los milagros de Jesucristo.
«Había asociaciones en Madrid, Valladolid, Oviedo...», recuerda Amalio García González, uno de los socios fundadores y que ha sido de todo, desde presidenta a socio de base, como ahora, en la asociación leonesa. «Había muchos sordos y no teníamos un lugar de encuentro», añade.
Empezaron en un local pequeño y «sin experiencia para gestionar». Primero en la calle San Pedro y luego en José María Fernández hasta que, tras pasar por otras sedes, adquirieron un doble local en la calle Padre Isla,57 al lado del parque Juan Morano. Amalio recuerda que fue en su época de presidente cuando consiguieron los 10 millones de pesetas en Madrid para poder hacer la compra de este nuevo equipamiento que durante las últimas décadas ha sido su club social.
Sesenta años
De las 160 personas asociadas que llegaron a ser en las épocas de más participación, ahora quedan 60. Fallecimientos, bajas voluntarias y cambios sociales, además de la merma demográfica general en León, han menguado el censo de la asociación.
Pero no sus ganas y entusiasmo por abrirse a la sociedad leonesa y mostrar todas sus capacidades. «Antes, la única forma de relacionarse era venir aquí, ahora desde el móvil se conectan con personas sordas de todo el mundo», explica la presidenta, Isabel González Marcos.
Otro cambio importante en este tiempo ha sido la desaparición de los colegios especiales para las personas sordas. «Antiguamente el colegio estaba en Valencia y luego abrieron el de Astorga. La gente que venía encontraba trabajo en la provincia y se quedaba», apunta.
Reivindicación
La vitrina repleta de trofeos da cuenta de la intensa actividad deportiva que ha tenido la asociación desde sus comienzos. Excursiones, bailes, fiestas de carnaval y otras celebraciones sirvieron de base para unir a la comunidad sorda de León.
La entrevista se realiza en Lengua de Signos Española con la traducción de Bárbara Tejerina, educadora social e intérprete de LSE que ha tomado las riendas de la gestión técnica de la asociación en mayo de este año.
Coincidiendo con el 60 aniversario, la asociación afronta un cambio de rumbo. Quieren que se les vea en León y abren sus puertas al movimiento asociativo leonés para hacer red. Talleres formativos de alimentación saludable, violencia de género o aplicaciones móviles de salud y otras charlas ofrecidas por otras asociaciones, como Simone de Beauvoir, Activos y Felices o la Sordociega en Ruta, se suman a las actividades que desarrolla la comisión de deporte y cultura de la entidad.
La asociación cuenta con un programa específico de apoyo a las familias con personas con discapacidad auditiva que está financiado por la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León. «Ofrece servicios de acompañamiento, orientación e intervención social», explica Bárbara Tejerina.
«La principal necesidad y demanda es el acceso a la información», puntualiza la educadora social. «No hay información accesible en lengua de signos y cuando reciben una notificación médica, de los juzgados o de otra índole», añade. La demanda de intérpretes de lengua de signos de la población con discapacidad auditiva de la provincia no se cubre. «Tenemos tan solo un intérprete de LSE para toda la provincia y diariamente quedan muchos servicios sin cubrir», recalca. Este servicio se presta a toda la población con discapacidad auditiva, con independencia de que sean socia o no de la entidad, a través de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla y León, que, a su vez, mantiene un convenio con la Junta de Castilla y León.
Sólo un intérprete
Se priorizan los servicios de salud y gestiones oficiales. Las personas con discapacidad auditiva sin oralidad tienen muy restringida la accesibilidad a la cultura, actividades formativas y de ocio por falta de servicio de interpretación. El cine, salvo en las escasas sesiones de VSO, las conferencias en espacios públicos y privados o las actividades de envejecimiento activo no tienen en cuenta a este sector de la población.
La asociación ha planteado esta necesidad de accesibilidad para la comunidad sorda de León en el Consejo Municipal de la Discapacidad, sobre todo para que se tenga en cuenta en las actividades que se organizan desde el Ayuntamiento de León y en particular en los plenos municipales. Actualmente «no hay actividades accesibles en Lengua de Signos Española», remarcan. «La sordera es la discapacidad más invisible», lamentan. A una persona ciega se la identifica por su bastón o perro-guía, a una discapacitada física por su silla u otros apoyos de movilidad... Pero las personas sordas son invisibles para la población en general y para la administración pública en particular.
«La Diputación provincial nos ofrece un autobús para el programa Un Paseo por tu Provincia, pero en la gala del Día de la Discapacidad les planteamos que hicieran el acto accesible con intérprete de lengua de signos y nos respondieron que no tenían presupuesto, que lo podíamos poner nosotros», señala la educadora social.
«Es como decirle a una persona en silla de ruedas que se haga su propia rampa», lamentan. La sordera social que hay hacia las personas con discapacidad auditiva afecta al desarrollo de su vida personal y como ciudadanos y ciudadanas. «Es la vía de acceso a todo lo demás», recalcan.
El colectivo que se reúne en torno a la asociación está integrado sobre todo por «personas mayores que tienen derecho a participar en los programas de envejecimiento activo», insiste la presidenta. Y las mujeres sordas sufren la «doble discriminación» como personas con discapacidad auditiva y por su género. La falta de intérpretes es un obstáculo a la hora de denunciar situaciones de violencia de género, sexual u discriminaciones por razón de sexo en general.
A nivel de espacios públicos, plantean que la accesibilidad se puede mejorar con «todos los apoyos visuales que pueda haber». Especialmente necesarios son estos apoyos en el ámbito de la salud. En los consultorios y consultas hospitalarias «se pueden instalar pantallas para llamar a los pacientes, con el sistema de llamada actual algunas personas pueden perder la consulta», apuntan.
Con más intérpretes de lengua de signos se solucionarían otros muchos problemas de accesibilidad. «Comunicarse es sentirse parte de la sociedad. Sin comunicación, el aislamiento afecta a muchos niveles de la persona», comenta Isabel González Marcos. «La lengua de signos es parte de mi identidad», subraya.
Los avances con implantes cocleares priman la oralidad. La Asociación de Personas Sordas de León San Juan Bautista defiende que también se enseñe la lengua de signos.
«La iniciativa privada también puede ayudar mucho, tanto en aportar financiación como impulsando la accesibilidad», señala Bárbara Tejerina. Tener en León la sede del Incibe y el polo tecnológico que se ha creado a su alrededor es una oportunidad, subraya, para crear dispositivos o aplicaciones de accesibilidad para las personas con discapacidad auditiva.
La asociación celebra sus seis décadas de existencia con una exposición fotográfica que recoge su historia y sus hitos. Se puede ver en el Auditorio de León hasta el 15 de diciembre. Este aniversario se convierte así en un revulsivo para abrir la asociación a la sociedad leonesa.
El aniversario es un momento emocionante para los miembros más históricos y las personas más activas de la asociación. Miguel Crespo es el responsable de la comisión de Cultura y Deporte y uno de los artífices de la exposición fotográfica, que reúne un total de 26 imágenes. Sus preferidas son las fotos en blanco y negro que dejan constancia de los inicios de la asociación. Crespo, gran dinamizador de la asociación, es el autor de la memoria gráfica y visual del colectivo en los últimos años.
«La asociación no se puede estancar. queremos ser partícipes de lo que se hace en León», señala su presidenta. Quieren pasar de ser un club social a formar parte del tejido social activo de la provincia leonesa.