Un libro reúne el Valle-Inclán perdido
l ‘Jardín Peregrino’ rescata sus obras extraviadas
marcos domínguez
Los relatos dispersos y extraviados de Ramón María del Valle-Inclán se publican juntos por primera vez en Jardín Peregrino, un libro de la editorial Drácena con la gran virtud de mostrar muy claramente la evolución del escritor gallego desde sus inicios hasta el culmen de su carrera, el esperpento.
Así lo explica a la agencia Efe el asesor literario de la editorial, el escritor Gastón Segura, para quien «leer a Valle-Inclán es una enseñanza continua», como muestra esta publicación que pretende subsanar las lagunas en las diferentes obras completas, donde un buen puñado de los cuentos y novelas integradas aquí están ausentes.
Dividida en tres grandes bloques: Primeros cuentos dispersos, Jardín novelesco y Narraciones históricas breves, la obra recoge doce cuentos y cinco novelas cortas que muestran otra faceta del célebre estilo del dramaturgo, poeta y novelista gallego perteneciente la Generación del 98 de la literatura española.
Segura añade que Jardín Peregrino parte de ese costumbrismo distorsionado de Valle-Inclán (Villanueva de Arosa, Pontevedra, 1866-Santiago de Compostela 1936), muy atento a la presentación de personajes marginales, hasta llegar al modernismo y «al Valle- Inclán que todos tenemos en la cabeza»: el del esperpento.
En el comienzo del libro Primeros cuentos dispersos se ve a un «narrador en ciernes», aclara por su parte Davide Mombelli en el prólogo. «Por supuesto muy lejos del que andando el tiempo llegaría a ser».
Desde estas obras quizá con menor interés literario pero de una gran experimentación verbal, llega a la construcción de sus relatos más románticos. En este momento, su literatura se encuentra desbordada de naturaleza; «una naturaleza arcaica, misteriosa y mágica», sugiere el autor del prólogo, muy relacionada con la atmósfera de su Galicia natal.
«Se ha afirmado que los libros-jardines valleinclanescos son sus obras gallegas por antonomasia, donde más se refleja el sabor popular y folclórico de la gran tradición gallega, que tiene los grandes antecedentes de Rosalía de Castro y Pardo Bazán», escribe.
Con su llegada a Madrid, su estilo cambió por completo. «El contacto con los modernistas en la capital y su amistad con Rubén Darío hizo de un Valle-Inclán romántico a un escritor que empieza a escribir sobre mundo del bronce y los cafés abiertos a altas horas de la noche», abunda Gastón Segura.
Esta es la época más excelsa del escritor, con obras cúlmenes como Luces de Bohemia y Tirano Banderas.
Acercarse a la forma de escribir de Valle-Inclán es embriagador, explica. En cualquier obra del periodo del esperpento, «uno se siente más cómodo con el español de Valle-Inclán que con el actual, porque hace un uso del idioma de una forma desventurada, deslenguada y totalmente desmelenada», dice el asesor literario y escritor. Jardín Peregrino incluye fragmentos procedentes de folletines y relatos cortos que descartó para su publicación a lo largo de toda su vida, para completar la bibliografía de uno de los autores excelsos de la Edad de Plata de la Cultura Española.