Diario de León

Badiola: «Acabamos con las vacas locas, pero no encontramos la cura»

El científico leonés Juan José Badiola habló en Biológicas de las misteriosas enfermedades priónicas, como la encefalopatía espongiforme bovina que saltó de animal a humano

Juan José Badiola, a la izquierda, en la Facultad de Ciencias Biológicas de León. RAMIRO

Juan José Badiola, a la izquierda, en la Facultad de Ciencias Biológicas de León. RAMIRO

León

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El prestigioso investigador leonés Juan José Badiola clausuró este martes el XVI Curso de Actualidad Científica y Cultural de la ULE con una conferencia dedicada a las enfermedades priónicas, de las que una de las más conocidas es la encefalopatía espongiforme bovina que tuvo en jaque a la comunidad científica a principios del siglo XXI por el salto de especie, de animal a humano.

«Son unas enfermedades que tienen un impacto muy limitado en casos anuales, pero producen muertes seguras y no hay nada para curarlas, ni tratamiento, ni vacuna», señaló. 

El origen de estas patologías priónicas constituye todo un misterio para la ciencia aún a día de hoy. «Se producen por unas proteínas que no tienen ácidos nucléicos, ni ARN ni ADN y curiosamente es capaz de reproducirse. Es realmente misteriosa», apuntó. 

Otro aspecto intrigante de su comportamiento es que la proteína priónica patológica, la llamada PrPsc, que ejerce los efectos dañinos se forma a partir de una proteína celular normal que está en todos nuestros organismos, en las membranas de las neuronas, de las neuroguías e incluso en otras células del cuerpo».

El científico explicó que estas células que ejercen un «efecto muy beneficioso a favor del mantenimiento de la biología de la neurona, se convierten de repente en unas asesinas. Como si fuera un suicidio de la célula y del individuo». A partir de este momento las células van adquiriendo la forma de esponja y van muriendo progresivamente neuronas, causando finalmente la muerte.

Hay algunas que son esporádicas y se desconoce por qué se producen estas mutaciones en el individuo. Otras son genéticas y tienen que ver con la herencia familias y por último están las de tipo infeccioso como la Enfermedad Espongiforme Bovina y la variante humana, conocida como enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, que se produjo por el consumo de productos cárnicos de animales infectados y en un momento determinado fue capaz de adaptarse al cuerpo humano.

Badiola, que repasó la sintomatología y cómo se presentan estas enfermedades, recordó los casos dramáticos de alguna familia entera que murió a causa de la enfermedad durante la crisis de las vacas y el más reciente de un científico en Barcelona contagiado con tejido humano de Creutzfeldt-Jakob, aunque no se sabe cómo, ni cuándo ni dónde. 

«Esta enfermedad puede llegar a tener un periodo de incubación de treinta años, por lo que es muy difícil el rastreo, aunque normalmente es menos», precisó. 

Juan José Badiola, considerado el máximo experto en la EEB, señala que estas dos décadas y media desde la crisis de las vacas locas «conocemos mejor el patógeno pero hay muchas preguntas que no tienen respuesta y, sobre todo, y ahí hago una autocrítica, hemos sido incapaces de encontrar una molécula que sirva como tratamiento. Es una frustración».

Los priones se supone que eran de origen ovino, pasaron a la especie bovina y de ahí dio el salto a humanos. En el Reino Unido se detectaron más de 2.000 casos y en España no llegaron a 1.000. «En Europa hemos acabado con la encefalopatía espongiforme bovina contagiosa, con un programa de erradicación muy costosa». 

La estrategia se basó en la detección de casos con sacrificios obligatorios, la identificación de tejidos peligrosos (MER) , en tercer lugar, la búsqueda del origen de la enfermedad, que se encontró en los piensos elaborados con huesos, músculos de los huesos y vísceras. 

«Se detectaron pocos casos en humanos, pero si hubiéramos dejado seguir el cauce a la enfermedad no sabemos a cuántas personas habría matado», añadió el científico. Juan José Badiola señaló que recientemente se han descubierto dos enfermedades priónicas importantes «que nos preocupan mucho». Se trata de la enfermedad crónica y consuntiva en ciervos que ha causado alarma en Estados Unidos, Canadá y Noruega. La otra afecta a los dromedarios en Argelia. 

La enfermedad hemorrágica volverá con la primavera

Sobre la enfermedad hemorrágica bovina, que ha tenido en jaque a la cabaña ganadera durante el verano, está ahora fuera de riesgo de contagios. Según explicó Juan José Badiola, el mosquito causante de esta enfermedad, que vuela desde África, no está activo con el mal tiempo. Badiola advierte que cuando llegue el buen tiempo, con la primavera, el problema puede volver a reproducirse.

El cientifico leonés, oriundo de Valdelugueros y que ha desarrollado su carrera docente e investigadora en la Universidad de Zaragoza, señaló que hay vacuna disponible para esta enfermedad que es muy parecida a la lengua azul. La tienen en Estados Unidos y en Japón, pero en España aún no está autorizada. 

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