No es un año cualquiera
Los juegos Olímpicos, siempre un acontecimiento mundial.
l. urdiales
rLas elecciones presidenciales en Estados Unidos de 2024 se celebrarán el martes 5 de noviembre de 2024; hacen el número sesenta en la serie de votaciones al que se considera el mandatario más relevante del Mundo. Con más poder.
Solo por eso, 2024 no es un año cualquiera. La liturgia de la elección se repite como una letanía entre los politólogos. Los votantes eligen a los compromisarios que a su vez deberán escoger al nuevo presidente y vicepresidente a través del Colegio Electoral. Los resultados del censo de 2020 determinarán el número de delegados para cada estado en el Colegio Electoral para estas elecciones. El límite establecido por la Vigesimosegunda Enmienda constitucional permite al presidente en cargo, Joe Biden, ser reelecto para un segundo periodo de gobierno. Es probable que las elecciones primarias presidenciales y asambleas electorales se celebren durante los primeros seis meses de 2024. Este proceso electoral es también una elección indirecta, donde los votantes emiten sus votos por una lista de delegados para una convención de nominación de un partido político, quienes luego eligen al nominado presidencial de su partido. Además, se eligen 33 senadores y la totalidad de la Cámara de Representantes. Las elecciones al Parlamento Europeo, en junio de este año que entra a diez días de vuelta de hoja de calendario.
2024 no es un año cualquiera, porque además viene con Juegos Olímpicos. París acogerá los XXXIII Juegos Olímpicos de Verano, del 26 de julio al 11 de agosto.
Se pondrán a la venta más de 13 millones de entradas, a partir de 24 euros, y 15 euros para los Juegos Paralímpicos. En aras de la equidad, el sistema de venta de entradas será 100% digital y accesible a todos, en todo el mundo. París es la tercera ciudad del Mundo que acoge tres juegos olímpicos en la era moderna (después de Londres). París ya fue anfitrión de los Juegos Olímpicos de Verano en dos ocasiones: París 1900 y París 1924. Y Francia de los Juegos de Invierno en tres ocasiones: Chamonix 1924, Grenoble 1968 y Albertville 1992.
Con esta eclosión de eventos que jalonan el nuevo año, poco más importa repasar la secuencia de eclipses, que siempre llaman la atención de los chamanes, y que antes libraban del sacrificio a los dioses o condenaban a la hoguera.